La denuncia del Ferrari de Valores Santander sale de boxes hacia el juzgado

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La denuncia de Antonio González (ya conocido como Antonio el del Ferrari) al Banco Santander por sus Valores, un producto financiero tóxico que muchos comparan con las participaciones preferentes, ha cogido impulso judicial después de una temporada en que se había quedado atascada en los juzgados.

Antonio, vecino de un municipio de la zona oriental de Cantabria y de orígenes humildes, obtuvo, en plena burbuja inmobiliaria, dos millones de euros por la venta de unos terrenos que heredó de su antiguo jefe.

Dedicó la mitad a pagar deudas y a comprarse dos coches (un Mercedes y su ya famoso Ferrari, rojo como el que patrocina el Banco presidido por Emilio Botín a Fernando Alonso).

La otra mitad, un millón de euros, la invirtió en los Valores Santander, producto que le ofreció directamente la entidad financiera.

Valores Santander fue una fórmula ideada por el banco para sufragar la adquisición del holandés ABN Amro (junto a The Royal Bank of Scotland Group y Fortis), que convertía al cliente en financiador de la operación a través de este producto, concretado en unas aportaciones que luego, en función de la rentabilidad de la compra, se convertirían en acciones del Banco, a una cifra establecida que luego resultó ser inferior.

Antonio no se arredró y se lanzó a una campaña de denuncia y protesta que incluyó el uso de su Ferrari, mismo modelo que el que patrocina el Banco, que condujo por las calles para difundir su problema y las características de Valores Santander.

Antonio González a bordo del Ferrari con el que denuncia Valores Santander

Antonio González a bordo de su Ferrari

 

En los últimos meses, los tribunales se están inclinando por estudiar y dar la razón a demandas por los Valores, un producto cuya denuncia ha encontrado más bien poco reflejo en los medios de comunicación y que ha tardado en ser atendido por la justicia, pero que ya está llegando a entidades como la Audiencia Nacional.

En el caso de Antonio, tras un período de parálisis, ahora, el Juzgado de Santoña ha incoado diligencias previas y, además, ha accedido a pedir la práctica de la principal prueba que reclamaba: una pericial sobre la orden de compra, el documento que autorizó la operación y que los denunciantes consideran que fue falsificado.

La cuestión de la falsificación tiene que ver con la necesidad de ‘cuadrar’ las fechas para que los días de las operaciones, ya ejecutadas, fueran posteriores a cuando se aprobó el folleto en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el 19 de septiembre de 2007, tal y como ordenó que se hiciera una instrucción del Banco.

En el caso de Antonio el del Ferrari, su denuncia llega a hablar de que para hacer encajar esas fechas se recurrió al tipp-ex para soslayar la fecha real e insertar otro, extremo que se quiere probar con esa prueba pericial que acaba de ordenar el Juzgado de Santoña.

Para ello, este órgano judicial ha pedido al Juzgado de Primera Instancia número 7 de Santander, el primero que atendió el caso, que le remita el original de la orden de compra de Antonio, con el fin de poder practicar esa prueba que han solicitado, en lo que supone un nuevo impulso a este caso en particular relacionado con Valores Santander.

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