El brillante camino de la hegemonía de los All Blacks

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McCaw y Carter, los dos mejores All Blacks, con la Copa Webb Ellis

McCaw y Carter, los dos mejores All Blacks, con la Copa Webb Ellis

Acaban de ganar su segunda Copa del Mundo consecutiva, y tercera en total (dos hitos que no ha logrado ninguna otra selección). El debate trae viento favorable para la selección neocelandesa, que empieza a ser considerada por muchos la mejor que ha habido nunca.

Aunque el rugby champagne francés aún resuena por su propuesta preciosista, ofensiva ante todo, o se mencione a los All Blacks comandados por el gran Jonah Lomu, que empezaron a ser dominadores del Tri Nations del hemisferio sur (desde 2012, Rugby Championship con la incorporación al torneo de Argentina), pero que se quedaron al borde de la gloria en el Mundial de 1995, perdido ante Sudáfrica, o quizás otros momentos legendarios de otras selecciones clásicas como Inglaterra, Gales o Irlanda, pero el nivel mostrado por los All Blacks en los últimos cuatro años es estratosférico.

Con Graham Henry como seleccionador conquistaron la Copa Webb Ellis en 2011. Ahí, su asistente Steve Hansen tomó el relevo como máximo responsable técnico del equipo, y la trayectoria desde entonces es imperial.

Casualmente, en 2011 los All Blacks perdieron el Tri Nations en la última jornada ante Australia, como ha sucedido en 2015. Pero desde que arrancó el Mundial de hace cuatro años hasta la final recién disputada en Twickenham, esta selección sólo ha perdido tres partidos: el primero, precisamente en la Catedral del Rugby, ante Inglaterra en el último test match de 2012 (habían ganado todos los partidos ese año); el segundo, ante Sudáfrica en Johannesburgo en el Rugby Championship 2014 (con el torneo ya ganado); el tercero, en Sidney ante Australia el pasado agosto (y que les hizo perder ese mismo torneo).

Es muy complicado ver una racha tan victoriosa en un deporte profesional, aunque algunas hay. En 2012, como se acaba de indicar, se quedaron sin el récord de ser la primera selección de la historia en ganar todos sus partidos en un año natural, pues perdieron el último. Lo lograron en 2013, aunque Irlanda casi les chafa el récord en el último partido también.

Y la generación de jugadores se ha mantenido a lo largo de estos cuatro años. Son muchos los jugadores que coinciden entre ambos mundiales, toda la columna vertebral es prácticamente la misma. En Inglaterra ha faltado el zaguero Israel Dagg por lesión, y por el mismo motivo Tony Woodcock se ha perdido los partidos decisivos, como le pasó a Dan Carter en 2011.

Pero hay 2 demarcaciones que han sido exactamente iguales en las finales de las dos Copas del Mundo: la tercera línea, con Jerome Kaino, Richie McCaw y Kieran Read, y los centros, Ma’a Nonu y Conrad Smith. También coinciden el pillier Owen Franks y el segunda línea Sam Whitelock. Siete jugadores. Sin las lesiones de Carter hace cuatro años y las de Woodcock y Dagg este año, posiblemente hubiéramos visto 10 coincidencias entre ambas alineaciones.

Entre ambas finales, también coinciden dos suplentes que tuvieron sus minutos: Ben Franks y Sonny Bill Williams, y el talonador Keven Mealamu fue titular en la de 2011 y suplente en esta de 2015.

Meses después de ganar su segundo Mundial, Hansen incorporó al equipo a otros dos hombres que han resultado vitales en esta trayectoria casi perfecta: el segunda línea Brodie Retallick (mejor jugador del mundo en 2014) y el medio de melé Aaron Smith, titulares indiscutibles y que serán dos de los líderes del equipo en el futuro inmediato.

El engranaje, a la vista de estos hechos, es perfecto, y he aquí el gran secreto del triunfo. Los jugadores se conocen de memoria, saben perfectamente a lo que juegan, siempre, y se han convertido en la máquina más efectiva del rugby mundial, sin que nadie casi pueda osar a toserles.

Desde luego, no se puede dejar en el tintero el hecho de que en Nueva Zelanda el Rugby es el deporte principal con bastante diferencia, y eso posibilita que un país remoto, en las antípodas del lugar donde nació este deporte, y que tiene apenas cuatro millones y medio de habitantes, sea el gran dominador.

Es cierto que el juego del equipo no es exactamente igual. Hace cuatro años, acostumbraban a ser un equipo terriblemente ofensivo, y eso a veces les pasaba factura en defensa. Ahora consiguen ser más prácticos, y no gastar energías de más si no lo necesitan. Pero, dicho esto, en ataque siguen siendo la potencia más imparable, como Australia pudo comprobar en la final, donde pusieron un dique de contención, basado sobre todo en su excelente tercera línea, pero no pudieron aguantar todo el partido frenando esa oleada de talento y ambición.

Y en defensa nunca se destacan por ser los mejores, pero tienen una capacidad de sufrimiento que les hace aguantar muchas veces cuando tienen al rival al borde de hacerles un ensayo. Forman un marea negra que se va renovando, intentando desquiciar al rival que tenga el balón en las manos. El físico hace el resto para ser un equipo que no encaja muchos puntos.

Nueva Zelanda necesitaba ganar este Mundial para quitarse, arrancarse la espina que tenían clavada muy dentro: nunca habían ganado en una cita mundialista fuera de su territorio, y eso necesitaban corregirlo. Ahora han cumplido con su misión, y se abre el camino de la renovación.

MUCHOS JUGADORES DEJARÁN LA SELECCIÓN TRAS EL MUNDIAL

No están todos confirmados, pero parece que la labor de Hansen, que tiene contrato como seleccionador hasta 2017 y no parece tener muchas ganas de alargarlo más allá de esa fecha, se antoja apasionante, a la par que complicada, a partir de ahora.

El capitán McCaw aún no lo ha hecho oficial, pero tras una carrera larga y llena de triunfos (considerado por muchos como el mejor All Black de la historia), con 34 años y recién ganado su segundo Mundial, y tras 148 partidos jugados con su selección (el jugador que más partidos ha jugado con un país en toda la historia de este deporte), parece que ha llegado un momento más que propicio para dejarlo.

Carter, nombrado tras la final como el mejor jugador del partido, del Mundial y de 2015 (tercera vez que consigue este galardón, igual que McCaw), sí ha anunciado que deja la selección, aunque continuará su carrera en el Top-14 francés, como otros muchos jugadores neocelandeses. El apertura tiene el récord histórico de puntos anotados con un combinado nacional, nada menos que 1.598 (el segundo de la lista es el legendario inglés Johnny Wilkinson, con 1.246, 352 menos).

Los centros Ma’a Nonu y Conrad Smih también se van a Francia. El primero ha sido más espectacular en su carrera, pero la efectividad del segundo, partido tras partido, ha sido encomiable. Han sido parte fundamental y ahora se retiran de los All Blacks en lo más alto.

Con un sabor de boca un poquito peor se marcha Woodcock, que no ha podido disputar cuartos, semifinales y final por lesión, pero también será recordado por ser otro componente que ha ayudado a sostener una melé que no es la mejor, pero que sabe soportar el empuje de otros equipos más potentes.

Otro de la primera línea que se va es Keven Mealamu. Ya no era titular indiscutible, pero ha sido un hombre de refresco, de esos que hace que el nivel del equipo no baje en las segundas partes, una de las grandes cualidades de los All Blacks. Con 132 caps (partidos con la selección), es el segundo de la historia con más partidos vistiendo el negro, sólo por detrás del gran capitán.

Puede que el recambio no acabe aquí y otros jugadores tomen el mismo camino, por lo que será toda una experiencia ver a Nueva Zelanda en 2016, con un equipo remozado, probablemente con Kieran Read con el brazalete de capitán, aunque con el mismo entrenador y el mismo plan de juego. De alguna manera habrán de reinventarse para seguir siendo lo mismo y poder seguir dominando el Rugby mundial, con la intención de seguir descubriendo nuevas fronteras y nuevos retos.

Esa será otra historia, y todos tendrán muchas ganas de medirse a ellos e intentar ganarles. De momento, la historia, esta historia, la han escrito ellos. A ver cuántas páginas quedan por escribir en su libro… negro, claro.

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