¿La liquidación del contrato implica la creación de un nuevo proyecto? ¿Quién es el responsable de la esperpéntica obra en la senda costera? ¿Cuánto será la indemnización a la empresa Dragados una vez liquidado el proyecto? ¿Todo esto no tiene detrás la elaboración de un campo de golf?

Son algunas de las preguntas que han formulado las más de 50 personas que han llenado la tarde de este martes la sede cultural del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria. Algunas se han contestado a medias, otras se han obviado por completo. El mérito del Colegio de Arquitectos es que han logrado reunir a casi todos los agentes implicados en la polémica del proyecto de la senda costera en una mesa redonda.

Pedro Fernández, Santi Sierra, José Manuel Lombera y José Ignacio Quirós.

No había, y se les ha extrañado, pues son parte principal del proyecto, ningún representante de Demarcación de Costas, el organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno español que tiene la potestad en las áreas de la costa. Según el arquitecto Domingo de la Lastra, moderador de la mesa redonda, desde Demarcación de Costas se han comprometido acudir a una nueva cita durante el próximo año, cuando el nuevo Ministerio con el Gobierno saliente de las elecciones generales esté constituido.

El ambiente en el evento era tenso y reivindicativo por momentos, aunque también animado. Miembros de la Asamblea en Defensa de la Senda y Costa Norte de Santander, a quienes representaba Santiago Sierra; vecinos de Cueto, Monte o San Román, y arquitectos han copado la sala, y han intervenido en el debate.

LOS ASISTENTES EXIGEN MÁS PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Todos han coincidido en agradecer al Colegio de Arquitectos el ser el primero en reunir a los responsables y ponerlos a disposición de la ciudadanía. Y es que una queja unánime de los vecinos que han intervenido es la mala comunicación y la nula participación que se permite al ciudadano en este tipo de actuaciones. «Queremos que haya una comunicación real, cercana y honrada», ha resumido Santi Sierra, representante de la Asamblea.

Y esta comunicación debe ser fundamental a la hora de elaborar un nuevo proyecto. Si es que se elabora, porque nadie ha confirmado rotundamente que vaya a crearse otro desde cero; aunque José Ignacio Quirós, concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Santander, ha afirmado que «el contrato está finiquitado y el proyecto también».

El actual concejal es nuevo en la Corporación, y no estuvo presente durante toda la polémica, aunque ha hecho los deberes en su mayor parte. Ha hecho un repaso sobre la historia del proyecto, que se inició en 2001, con cartografía de 1997, y que no se actualizó cuando se ejecutó la obra en 2014.

Ha insistido en que, de parte del Ayuntamiento, no están de acuerdo con el desarrollo que se ha llevado a cabo porque «resulta visualmente agresivo». Aunque sí ha defendido parte del vallado centrándose en la seguridad. «No significa que vayamos a vallar los Picos de Europa, pero nadie duda de que en el Parque de Mataleñas haya zonas que deben estarlo», ha defendido, aunque eso ha levantado las protestas de los vecinos.

«La ciudad de Santander ha llegado a su costa norte», hacia un territorio «muy rural, con sus propias leyes y estructuras», que para intervenir en él «hace falta conocerlo»

«Por la senda hemos caminado durante siglos y no ha pasado nada», ha respondido Agustín, un vecino, desde el público. «Existe algo llamado sentido común, y que es lo que ha hecho que se haya formado la senda natural», al paso continuo de los caminantes.

Sierra ha hablado en nombre de la Asamblea cuando ha dicho que la reforma que pedían los vecinos era más bien una limpieza, acondicionamiento y señalizaciones y recomendaciones para hacer la zona más segura, «y no un obstáculo visual». Para hacer visible una zona que era «la gran desconocida de Santander», como también ha coincidido el alcalde. «La seguridad es interpretable», ha insistido Quirós, que afirma que el Ayuntamiento está abierto al consenso aunque el proyecto dependa directamente de Demarcación de Costas.

PARA INTERVENIR EN EL TERRITORIO DE LA SENDA «HACE FALTA CONOCERLO»

Al acto también ha acudido el director General de Ordenación del Territorio del Gobierno de Cantabria, José Manuel Lombera, quien ha expuesto la posición del Gobierno, reflejada en el Plan de Ordenación del Litoral (POL), dentro del cual está incluido el Plan Especial de Sendas, que señala la senda costera como de alto valor ambiental.

Los asistentes han llenado la sala del Colegio de Arquitectos.

Es decir, lo prioritario es la conservación y el mantenimiento de los valores naturales, cuyas medidas están dentro de la Memoria Ambiental.

El último incorporado a la mesa, Pedro Fernández, arquitecto – urbanista, quien, junto a otros dos compañeros, Eduardo Cabañas y Juan José Lastra, ganaron el concurso de ideas sobre el Plan Especial de Ordenación, entre Cabo Mayor y Cabo Menor. Un Plan Especial que no se ha puesto en valor como mereciera.

En su opinión, el hecho de que ahora se pretenda «adaptar» la senda para el uso de mayores o niños, cuando ha estado años usándose por los vecinos sin accidentes conocidos, implica que «la ciudad de Santander ha llegado a su costa norte», hacia un territorio «muy rural, con sus propias leyes y estructuras», que para intervenir en él «hace falta conocerlo».

Una opinión que comparte Sierra, que cree que el «proyecto está hecho con unas condiciones de seguridad propias de una obra civil», lo que ha llevado a esas «obstáculos visuales» que denominó Quirós y que tantas molestias han causado entre los vecinos.

«Detrás de la senda está todo el Parque Litoral Norte, y ahí no podemos fallar»

Así que de esta intervención, en la que falta Demarcación de Costas que asegura apuntarse a la siguiente, tenemos varias conclusiones y varias preguntas sin respuesta.

¿La cuantía de la indemnización a Dragados? No se sabe aún. El concejal Quirós ha afirmado que estas negociaciones las está llevando a cabo Demarcación de Costas, y que de momento no cuentan con más novedades aparte de que la empresa ha rechazado la primera oferta.

¿Alguien va a asumir responsabilidades por el fallido proyecto? Nadie ha contestado a esa pregunta. Pedro Fernández ha opinado que «hay técnicos en la región que podrían haberlo hecho bien» pero que «hay que adaptarles las herramientas necesarias».

Y estas herramientas pasan por actualizar los datos, pues el proyecto se basó en una cartografía de 1997. «Si se alarga en el tiempo, el proyecto habría que haberlo actualizado», ha insistido Santi Sierra, que ha exigido una mejora en los mecanismos de participación «porque detrás de la senda está todo el Parque Litoral Norte, y ahí no podemos fallar».

¿Está detrás del proyecto de la senda un campo de golf, como se denunció en su día? A ese respecto, el concejal del Ayuntamiento de Santander solo ha afirmado que «el Plan Especial de Senda debe definir unos usos», aunque no ha concretado por qué en el proyecto consta este.

Esto proyecto ha tenido diferentes presupuestos y adjudicaciones. Las cifras han bailado. ¿Le preocupa al Gobierno de Cantabria? «Si una intervención es mínima el presupuesto será bajo, y si se aumenta la intervención, el precio subirá», ha respondido simplemente Lombera.

Todos han coincidido en la necesidad de crear un nuevo proyecto desde cero, más consensuado y con mayor participación, a pesar de que a la Asamblea se la ha excluido de esta en diferentes ocasiones. ¿Pero se ha confirmado ese nuevo proyecto? De momento solo hay buena intenciones.