Corocotta

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||por DANIEL AHUMADA, enfermero en el Hospital Tres Mares, campurriano, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos||

Por todos l@s cántabr@s es conocida la historia de Corocotta, el legendario líder cántabro que se enfrentó al Imperio Romano llegando incluso a plantarse ante la tienda de César Augusto a reclamar la recompensa que ofrecían por su cabeza. No quiero entrar en el análisis histórico del relato, al respecto simplemente recomendar “Los Cántabros en la antigüedad. La Historia frente al Mito”, publicado por nuestra querida Universidad de Cantabria. Lo esencial del relato es que la guerra pudo ser épica, desigual y heroica, pero la perdimos, de la misma manera que unos siglos después, ya en parte romanizados, volveríamos a caer derrotados, esta vez frente a los visigodos.

El Corocotta

El Corocotta

Ya en septiembre de 1937, tras la caída de Potes, Cosgaya, Vega de Liébana y Tresviso en manos del Bando Nacional en la Guerra Civil, volvemos a encontrar en los montes de Cantabria guerrilleros dispuestos a resistir a un Ejército y un Estado infinitamente superiores en número y recursos. Las Brigadas Machado, Cristino, Pasionaria o Malumbres, entre otras, resistieron mientras pudieron hasta que sus integrantes fueron progresivamente abatidos o se vieron obligados a huir a Francia ante la soledad de su resistencia.

En 1957, con la muerte de Juanín y Bedoya, una capa de olvido va cubriendo lentamente sus nombres hasta que, en años recientes, familiares e historiadores los van recuperando para nuestra memoria colectiva borrando la injusta tacha de bandidos con que el franquismo los había marcado. Nuevos Corocottas ejemplares, heroicos, y nuevamente derrotados.

Tras la muerte de Franco, y con la llegada de la democracia, la sombra de la guerra se disipa, pero la lucha sencillamente se transforma.

Con la mal llamada reconversión industrial comienza un ciclo de privatizaciones que, desde el Gobierno del Estado, se traduce en despidos masivos de trabajadores y un enorme enriquecimiento de altos funcionarios y directivos próximos a ellos.

En este sentido, el año que viene se cumplen treinta y veinticinco años de lo que, desde el gobierno de Felipe González, se llamaron “los incidentes” de Reinosa y de SNIACE en Torrelavega.

Los guerrilleros son ahora obreros y, lejos de los montes, defienden sus derechos y libertades en los núcleos urbanos industriales.

Enfrente, la estructura económica y represiva del Estado encabezada por nombres que hoy no nos son desconocidos: Felipe González, José Barrionuevo, Luis Roldán, José Luis Corcuera o Mario Conde entre muchos otros.

Los trabajadores, esta vez con el apoyo de comerciantes, vecinos, familiares, parroquias y jubilados, eran muy superiores tanto en número como en razones, pero tampoco fue suficiente: derrotados nuevamente, gran parte de los despidos previstos se llevaron a cabo, comenzando la ruina progresiva para ambas ciudades, el exilio forzoso de jóvenes y trabajadores y el profundo dolor y el desencanto de la lucha perdida.

Tal vez en esta marea colectiva no aparezca la figura de un Corocotta en concreto, pero en nuestra memoria simbólica quedará siempre el recuerdo de Gonzalo Ruiz, aquel trabajador de Forjas y Aceros que murió asfixiado en un garaje por seis botes de humo lanzados por la Guardia Civil. Y como imagen del dolor, la lucha y la derrota, la impresionante manifestación del día de su entierro.

Ya en 2007, y al abrigo de la crisis financiera internacional, desde las elites dirigentes europeas, comienza la batalla que llega hasta hoy.

La clase obrera, ya derrotada, prácticamente ha desaparecido como identidad mientras se ha ido extendiendo la de ciudadanía. Las ciudades y los barrios, tras la burbuja inmobiliaria, han ido perdiendo su función social diluida ahora en urbanizaciones y ciudades periféricas habitadas, en muchos casos, por vecinos llegados de las cada vez más despobladas zonas rurales y de los núcleos industriales en declive.

Las guerras cántabras se siguen librando

Las guerras cántabras se siguen librando

El sector servicios ha ganado peso frente a la industria, pero los ciudadanos, pese a todo, siguen teniendo consciencia de sus derechos que con el paso de los años identifican con el Estado del Bienestar. Las grandes empresas y los grandes bancos marcan el compás a una clase política adormilada y frecuentemente corrupta, y así consiguen no sólo evitar la crisis sino rentabilizarla a través de un proceso de transferencia de renta de la mayoría social a sus balances y cuentas corrientes.

Las consecuencias para l@s cántabr@s son de sobra conocidas: El aumento del paro como herramienta para el hundimiento salarial y la precarización de contratos hasta límites inimaginables hace diez años; el robo directo de dinero a través de las acciones “preferentes” que, cuando se demuestra insuficiente, se suple a través de los rescates a la banca;

…..el robo de viviendas y de vidas a través de los desahucios al amparo de una Ley Hipotecaria de más de 130 años, ilegal según la Unión Europea, pero aplicada injusta y continuamente por los gobiernos de PP y PSOE sin intención de cambiarla, ofreciendo simplemente excepciones caritativas; los recortes en las pensiones, sustento ahora de familias completas, que tienen que estirarse para pagar los crecientes pagos de facturas de la luz, de medicamentos y de tantos servicios básicos inevitables;

…..los recortes en sanidad, que reducen personal para aumentar las listas de espera y las ineficiencias de manera que se traduzca en beneficios para las empresas sanitarias privadas, cuando no provocando la muerte para los que más atención necesitan, los enfermos de hepatitis C, los dependientes…;

…. los recortes en educación a beneficio también de instituciones privadas o concertadas que impiden el acceso a los niveles superiores de educación a l@s hij@s de las familias expulsadas del mercado laboral o arruinadas sin salir de él, o de aquell@s que simplemente trabajan por 600 euros para pagarse sus estudios y que no pueden afrontar una segunda matrícula;

……la progresiva despoblación de Cantabria, donde los padres y madres que pagaron los estudios de sus hij@s por la vía directa y la impositiva ven que, tras tanto trabajo y esfuerzo, conocen a sus niet@s por Skype mientras los países más ricos de Europa rentabilizan su formación a coste cero.

Enfrente, también los poderosos se han ido transformando. Desde el poder político han repartido empresas a amiguitos del alma, han regalado Cajas con todos sus ahorros a fieles compañeros de pupitre y han colocado en puestos de alto funcionariado a los que traen el pan para el partido.

Y así nos encontramos dentro de Sodercan con Salvadores Blancos del PP y el PSOE por los mismos caminos, invirtiendo millones en nombre del Empleo y de la Industria dentro de los bolsillos de los mismos, los que siempre han mandado, llámense Nestor Martin, llámense GFB, llámense sus amigos.

Esta es la gran batalla actualmente en marcha, nunca hemos sido tan superiores en número y, como tantas veces, la razón está de nuestra parte ante un enemigo enorme. Tras el despertar del 15M, Podemos nació también en Cantabria para esto, para canalizar esta inmensa fuerza mayoritaria, y desde el enorme cariño que tenemos por la leyenda de Corocotta, esta vez no queremos ser como él. No hemos venido para caer de nuevo heroicamente derrotados, ni para ser recordados con ternura nostálgica y dolor dentro de treinta o cuarenta años, hemos venido para quedarnos, hemos venido para ganar y para escribir un nuevo capítulo en la larga historia de nuestra región.

Cantabria necesita hace tiempo de nueva identidad no mitológica, de una identidad real forjada por tantas generaciones anteriores a la nuestra que sufrieron lo indecible para dejarnos una región mejor para nosotr@s.

Enfrente ya no están los romanos, ni el franquismo, ni Madrid ni ningún otro lugar de Europa: enfrente está una clase dirigente empeñada en mantenerse en la invisibilidad, que pensaron que podían abordar esta batalla sin tener que afrontar casi ninguna consecuencia. Pues esta vez se han equivocado, en la nueva Cantabria nunca más seremos héroes, en la nueva Cantabria seremos solamente vencedores.

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