Los presupuestos de la posverdad montañesa

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De la Serna con Rajoy

De la Serna con Rajoy

El juego de los titulares podíamos haber cambiado De la Serna (PP) por Pepiño Blanco (PSOE) y encabezar la noticia con aquello que leímos de 2007 a 2011, adaptado a los tiempos: De la Serna castiga a Cantabria; sería demagogia extrema (la que él practicaba como alcalde).

Los Presupuestos Generales del Estado trata a Cantabria como tratan a Cantabria: como la última de las prioridades en la montaña de papeles de los despachos de Madrid. Bastante mejor entonces, por cierto, que ahora, porque había más dinero en las arcas públicas. Simple y llanamente.

-Un ministro cántabro no trae más dinero

La posverdad se caracteriza porque cuestiona los datos, que eran irrefutables. Podemos comparar la propaganda de semanas del ministerio de Fomento con los hechos alternativos de Donald Trump, que menos mal que ha entrado en la Casa Blanca, porque ahora podemos culparle de todos los males. Hasta de lo que estaba inventado a golpe de infografía en una pequeña capital de provincia.

Pero lo que es riguroso, cierto e indiscutible es que el presupuesto de Fomento desciende un 18% y tira para abajo de la inversión del estado en Cantabria, que desciende un 2,3% con respecto a 2016.

Es decir, un ministro de Fomento cántabro, como temíamos, no trae más dinero a Cantabria. Sobre la mesa de su despacho, aunque le duela a los Iñigo Believers, están antes las rodalies de Cataluña, el AVE del Mediterráneo o la Y griega vasca, con la integración ferroviaria en todas sus capitales.

De manera que en Cantabria seguimos sin dinero para el tren de altas prestaciones ni para mejorar la red de cercanías. Por supuesto, tampoco, para el corredor ferroviario del Cantábrico.  Es decir, hay poco dinero y además no recoge las prioridades que marca el debate político y social.

Como temían los constructores cántabros, desde que se inauguró el tramo Solares-Torrelavega de la Autovía del Cantábrico (A-8) no se atisba una sola actuación que esté cercana a la entrada de las máquinas a trabajar. No, más allá de portadas, infografías y declaraciones, que seguirán alimentando la posverdad montañesa.

La ausencia de inversiones en infraestructuras es la clave en Cantabria, porque es el reflejo de la extrema dependencia que tiene nuestra comunidad autónoma del dinero que llega de Madrid. Los avisos están ahí, de las empresas que viven de la obra pública, que no ven más que calderilla en el catálogo de obras (innecesarias muchas veces) de los ayuntamientos, sobre todo el de Santander.

-Extrema dependencia del Estado

Más indicadores de dependencia del Estado. El libro amarillo de Cristobal Montoro, capítulo séptimo, recoge los mecanismos de financiación autonómica, que se tienen que revisar este año en un diálogo entre comunidades autónomas que no ha hecho más que empezar (que va para largo, vamos).

Financiación de los entes territoriales. Nos detenemos en el cuadro VII.2.1 para comprobar cuáles son las comunidades con más dinero del Fondo de Suficiencia Global. Cataluña, Galicia, Andalucía… y Cantabria. 457 millones de euros. Si le sumamos los 5,4 millones del Fondo de Compensación Territorial, uno de cada seis  euros del presupuesto autonómico para este mismo año viene de ahí. Y eso sin contar con la cesión de tributos.

La posverdad montañesa es eso también. Que la autonomía no es real, que no somos tan autónomos.

-El sinvivir de Valdecilla

Año tras año, el emblema de la sanidad pública en Cantabria se ve amenazado por otra promesa que podría ser incumplida. En este caso, no aparecen los 22 millones de euros del plurianual que prometió Rajoy para pagar la parte de las obras del megacontrato con Ferrovial para terminar el Hospital Universitario. Los dos ejercicios anteriores (años electorales) se pagaron 28 cada ejercicio y estos dos siguientes (2017 y 2018) deberían haber contemplado 22 millones cada uno. Pues no.

Aquí puede entrar el factor político de que el PP lo quiera incluir vía enmienda en el trámite del Congreso, junto con otras promesas en otras comunidades autónomas de signo PSOE, busca la abstención de los socialistas al primer presupuesto de la etapa de Rajoy en minoría parlamentaria. Veremos.

-Política nacional

El PP busca el apoyo del PNV (rebaja en el cupo vasco) y de Nueva Canarias (con muchas inversiones en el papel para las islas afortunadas). Y la guinda sería la abstención del PSOE, de la gestora susanista. Es decir, tan políticos son los presupuestos que un proceso interno de un solo partido puede condicionarlo todo. Y ahí, Cantabria, de nuevo, es el último problema.

Y seguimos sin abordar los problemas reales de la economía española. A saber: cómo pagamos la buena vida de todos sin quitar de la vidorra de los privilegiados; cómo pagamos las pensiones (casi la mitad del presupuesto de 2017) de las generaciones actuales: si dará para que vivan de las pensiones públicas las generaciones próximas, empezando por la más numerosa, la del baby boom.

O peor, ¿Dará para comer la pensión del actual precariado?

 

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