Cagigas señala a De la Serna como inductor de la «deslealtad» de Buruaga

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José Antonio Cagigas

José Antonio Cagigas

Entre las muchas voces de militantes y cargos que se habían pronunciado en distintos foros durante la crisis del Partido Popular de Cantabria, se echaba en falta la de uno de los cargos más importantes que tuvo el partido en la legislatura pasada.

José Antonio Cagigas, presidente del Parlamento de Cantabria mientras Ignacio Diego era presidente del Gobierno autonómico -y consejero de Cultura y Turismo en los anteriores Gobiernos del PP-, fue quien en su día, antes de que estallara la crisis de confianza aún no apagada, pidió perdón a los ciudadanos en nombre de las instituciones.

Eran otros tiempos: el PP estaba en las principales instituciones cántabras, Diego y Buruaga funcionaban como un equipo y nada hacía presagiar que algún día en el Parlamento habría ni más ni menos que cinco partidos políticos, o que las alianzas políticas cambiaran, literalmente, de un año para otro.

Cagigas habla por un lado de la falta de autocrítica y de escucha de opiniones diferentes de la época de Diego, pero también de la “deslealtad” de una Sáenz de Buruaga (actual presidenta, exsecretaria general) a la que ha visto “agazapada”, ocultando sus planes mientras se apoyaba en un ministro de Fomento para que recabara apoyos en Madrid.

Desde la distancia de quien ha abandonado el partido por no compartir la línea seguida por la anterior dirección y de no haber formado parte de ninguna de las fotos con las que ambos bandos trataban de demostrar su fuerza, y con el tono de un veterano profesor, Cagigas hablaba en los micrófonos de EL FARADIO DE LA MAÑANA en Arco FM (103.2 y la app Tune In Radio).

-¿Cómo ha vivido la crisis del Partido Popular?

-Con mucha pena, pero en cierto modo era algo esperado: cuando las cosas no se hacen bien, cuando no hay transparencia o diversidad de opiniones, a veces se termina así. Además, yo creo que ha habido una gran deslealtad, y cuando se produce, lleva a la división. No ha habido un debate interno sobre el partido futuro, no se ha reflexionado sobre en qué nos hemos equivocado en el pasado y cómo ayudar a ciudadanos, y luego ha llegado la deslealtad.

-¿Ve un riesgo de escisión?

-La escisión es difícil, puede que haya personas que quieran abandonar el partido, pero teniendo en cuenta que hay una corriente de opinión muy fuerte, lo que hay que hacer es organizarlo desde dentro.

Y los resultados han arreglado poco: por un lado, los militantes apoyaron la candidatura de Diego, y ganó, con el voto directo de los militantes; y luego, por delegados, ganó la de Sáenz de Buruaga, por cuatro votos, una cosa insignificante. Si solamente contara el voto de los afiliados, como ha sido en La Rioja, hubiera seguido Diego. El voto directo es más importante, y luego los delegados han cambiado la opinión de los militantes.

«IGNACIO DIEGO SE EQUIVOCÓ, Y TAMBIÉN BURUAGA, Y TODOS LOS QUE ESTÁBAMOS AHÍ»

Pese a las dificultades, Diego ha ganado en afiliados y estuvo a punto con los delegados.

Y eso pese a lo ocurrido en los últimos años.

Se podían haber hecho las cosas bastante mejor, no quiero decir que hemos acertado en todo.

Nos hemos equivocado: Ignacio Diego se equivocó como presidente, y también la secretaria general, y todos los que estábamos ahí, todos coparticipábamos. Lo que no puede ser es que todos los males del partido sean por Ignacio Diego, y una vez que sea apartado, todo vayan a ser bondades. Ese es un relato simplista que sólo explica la ambición personal de una persona que lleva años agazapada y callada.

Hay un rechazo importante, lo dicen los datos, hay un sector mayoritario, pero hay una división.

Es una pena, porque lo último que quieren los militantes es esta división. El militante se siente indefenso y ve que lo único que se discute es una pelea de poder, sin propuestas para el partido, y ni mucho menos para cuando se gobierne, las ideas para mejorar la situación de Cantabria.

Estamos en una encrucijada bastante complicada y difícil de resolver.

-¿Quizás ha pesado la falta de costumbre del PP de afrontar procesos internos?

-Todo es más cómodo cuando hay un dedo que señala a una persona como sucesor, sin alternativas. La democracia es discusión, es más pluralismo. Eso es bueno y positivo. En el PP no ha salido nada bien, pero como consecuencia de la deslealtad, porque las candidaturas eran el presidente del partido y su secretario general, uno contra otra.

El problema arranca del origen: no hay dos candidaturas en la que una sea opuesta a la otra, sino dos personas que rompen entre ellas. Una se presenta contra la otra, pero la que se presenta como renovación ha venido apoyando al anterior en todos los actos, eso es lo que lleva a los enfrentamientos personales y a olvidarse de lo que había que plantearse, el futuro del partido, de la región, las propuestas para los ciudadanos.

«No se puede estar agazapado disfrutando de todos los cargos y de la noche a la mañana aparecer como la que discrepaba»

Tenían que haber decidido entre ellos como sería esa renovación, pero no puede ser que la secretaria general luche contra el presidente mientras sigue siéndolo (secretaria general).

Tenía, porque tiene derecho a presentarse, que haberlo dicho, primero discrepar, dimitir, y decir públicamente al presidente que no estaba de acuerdo con esto.

Una dirección si quiere renovarse tiene que buscar alguien al margen, y si quiere continuar, alguien de la dirección, pero las dos cosas a la vez, continuidad y renovación, eso es imposible. Es como decir que Cospedal sería la renovación de Rajoy, sería absurdo.

Uno no puede estar agazapado, callado, mientras disfruta de todos los cargos, de todos los puestos, y de la noche a la mañana aparecer como la que discrepaba.

-Hay una parte que nos falta del relato de los hechos. Si se supone que Sáenz de Buruaga ya estaba previsto que fuera el relevo, ¿por qué da el paso para hacerlo, pero por esta vía, que se ha revelado más dura?

Lo que se discute es que tú ocupando el cargo de secretaria general, el cargo de confianza más absoluta, de haber sido vicepresidenta, consejera y estar todavía en la Mesa de Parlamento, que es el puesto de los que más se cobra del PP en estos momentos, y sin dimitir de nada, intentes una operación de acoso y derribo a la persona que te ha hecho ser todo en política, porque sin esa persona no hubieras tenido nada.

La secretaria general no ha hablado directamente de sus intenciones con el expresidente, no ha sido capaz de sentarse, hablar con él de sus intenciones con el partido, de discrepar y dimitir para encabezar una candidatura. Ha sido todo por detrás, a la chita callando. Han intentado doblegar al presidente, pero sin informar.

Pero el presidente se entera de que hay una operación de acoso y derribo, y además por detrás y de gente próxima, porque más próxima que su vicepresidenta no se puede ser.

«De la Serna le ha buscado a Buruaga los apoyos del aparato en Madrid»

Cuando se dice que los presidentes anteriores dejaron el relevo bien encaminado, lo que se oculta es que nunca los secretarios generales de esos presidentes encabezaron candidatos contra ellos, y mucho menos sin decírselo siquiera. Quien tiene que cargar con la culpa, con el error, es quien ha actuado a espaldas, sin decir claramente sus intenciones y exponerlas públicamente.

En ese tiempo ella se dedica a conectar con el aparato del partido en Madrid. Y el ministro de Fomento (Íñigo de la Serna, exalcalde de Santander) la ha apoyado, es él quien le ha buscado los apoyos en Madrid. Por eso le han apoyado los expresidentes anteriores del partido, todo el aparato ha estado con ella.

TODOS PENDIENTES DEL PRC

-Uno de los factores de los que se ha hablado es de la importancia de más diálogo con el resto de fuerzas políticas. ¿Cuál es el papel de la relación con el PRC en todo esto?

-Yo lo único que he oído es que ahora hay que ser más corteses y educados. Pero yo, que he sido presidente del Parlamento de Cantabria, ver que eso lo diga algún exconsejero como ‘Manuel Palomares’ (el sobrenombre empleado por Eduardo Arasti para pedir el voto a favor de Sáenz de Buruaga). Yo he visto el tono de sus intervenciones, las de Arasti, Urrutia y Saénz de Buruaga, que eran quienes más intervenían.

Sí lo que se busca es un entendimiento con el PRC, yo estoy de acuerdo: hay que hablar con todos. Estoy de acuerdo en la capacidad de diálogo de los partidos, y en que muchas iniciativas pueden adoptarse por consenso, porque no todas son ideológicas. Es importante que haya más diálogo y más entendimiento, pero no como cuestión previa de trabajo.

«Lo que no puede ser es que en Cantabria todos los partidos estén pendientes de la chaqueta de Revilla»

Primero es una parte, y luego ya vienen los pactos. Lo que no puede ocurrir es que en esta región todos los partidos se conviertan en estructuras para ver como miran la chaqueta del señor Revilla, porque todos están encantados de sumarse al Gobierno de Revilla.

Y Revilla estará encantado de la situación, porque puede pactar con unos y con otros, todos van a depender de él.

Eso no es un planteamiento serio: primero hay que lanzar propuestas para que los ciudadanos las apoyen, y luego hablar con todos y ver cuál es el mejor acuerdo.

Habría que preguntarles lo que le ha pasado al PSOE, que se pensaban que se arrimaban al PRC, le daban la presidencia y podían estar toda la vida. Pero la política da muchas vueltas y la situación económica da muchas vueltas. Si te conviertes en un apéndice de un partido porque quieres poder, al final eres sólo un apéndice, y cada vez menor, porque la gente votará el original y no la fotocopia.

MALOS TIEMPOS PARA LA AUTOCRÍTICA

-¿Por qué abandonó usted el Partido Popular?

-Yo abandoné el partido, porque me parecía que ante una situación de unos resultados pobres, paupérrimos, o cambiábamos mucho las cosas o nos volvían a caber los diputados en un 600. Lo dije, pero vi que no podía cambiar nada, así que decidí intentar ser libre y tuve que abandonar el partido porque tendría que seguir defendiendo lo mismo.

-Usted hizo un mensaje de autocrítica de las instituciones. ¿Se ha continuado en esa línea después?

-Ese mensaje de autocrítica no ha calado. Uno tiene que ser muy humilde, en política se está para servir, en unas cosas aciertas y en otras te equivocas, y si eres consciente de que te has equivocado, tienes que ser aún más humilde.

Pero sucede que los errores de los tuyos no se reconocen, y los de los demás se abultan. Eso pasa con todos: los nuevos partidos se han convertido en viejos muy rápidamente. La gente ya se ha aburrido de esto, y lo mismo pasa con la corrupción. Con los tuyos miras a otro lado y con los otros parece que se acabe el mundo. Y es al revés: hay que hacerlo mucho más con los tuyos, para que tu casa esté limpia y puedas criticar la de los demás cuando no lo esté.

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1 Comentario

  • Saturnino
    17 de abril de 2017

    Qué cosas tiene Toñín! Cómo iba a dimitir Buruaga de sus cargos? A qué se hubiese dedicado tanto ella como algún/a de sus afines si les llega a salir mal la jugada? Por qué no se molesta alguien en mirar la cotización a la Seguridad Social, quitando la vida política, de los miembros más destacados del PP cántabro?

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