“Lo que tiene interés es lo que comían nuestras abuelas”

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Esta semana, los cursos de verano de la Universidad de Cantabria han tratado el tema de la comida saludable. El curso, denominado ‘Alimentación y nutrición en los distintos ciclos vitales’, se ha desarrollado en la sede de Laredo.

Estaba dirigido tanto a profesionales como a alumnos que estudien Ciencias de la Salud y pretende poner al día distintos temas como la alimentación en ciclos evolutivos: la alimentación antes de la concepción, cómo prepararse para tener un niño o niña más feliz, también la alimentación durante el embarazo o la alimentación en el trabajo y durante la tercera edad.

Javier Aranceta, profesor de Nutrición alimentaria de la Universidad de Navarra.

Uno de sus directores, el profesor de Nutrición alimentaria de la Universidad de Navarra, Javier Aranceta, destacó que lo que se ha querido remarcar es “la importancia de nuestra dieta tradicional, la dieta mediterránea” y otros factores que son importantes como “la necesidad de destinar más tiempo a cocinar o a hacer la compra” porque “al final hablamos de más tiempo destinado a comer mejor y menos tiempo dedicado a la consulta del ambulatorio”.

“Lo que está claro es que lo que tiene interés es lo que comían nuestras abuelas, un poco matizado porque nosotros deberíamos comer más fruta y verdura”, aseguró Aranceta que también es presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). “Hay que cambiar la filosofía de comprar, ir más al mercado, a la pescadería”, insistió.

LA IMPORTANCIA DE LA SOSTENIBILIDAD

La otra directora del seminario, la presidenta de SENC, María del Carmen Pérez-Rodrigo, trató del concepto de sostenibilidad. “No podemos hablar de alimentación saludable sino hablamos además de una alimentación sostenible, solidaria con nosotros mismos y con la gente de nuestro entorno”, recordó, y advirtió que “mantener la estacionalidad de los productos que consumimos nos ayudará a cuidarnos mejor y a cuidar mejor nuestro entorno, a mantener puestos de trabajo”.

La profesora recordó que “hemos perdido calidad de convivencia en torno al alimento y eso realmente influye y se refleja en los hábitos alimentarios”, y continuó con otra reflexión: “La comida tradicional basada en los productos de temporada llevaba a una comida racional”. Para Pérez-Rodríguez es clave sentarse en la mesa a disfrutar de la comida y evitar las prisas y las tareas paralelas mientras nos alimentamos, como puede ser ver la televisión o utilizar el teléfono móvil. “En muchas casas ya sólo se come en familia uno de los dos días del fin de semana, mientras que antes se compartía mesa todos los días”, dijo.

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