El Ayuntamiento era «consciente» de que las alarmas podían estar «inoperativas»

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Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) || Archivo

SIEC la constructora responsable de la reforma del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) elude cualquier tipo de responsabilidad en el incendio del pasado 20 de noviembre en el que se perdió la mayor parte de su biblioteca (28.000 volúmenes) y ocho de obras de arte.

Lo hace en un informe que había requerido la arquitecta municipal – el único que faltaba por trasladar a los grupos municipales tras la comisión que abordó el incendio- y al que ha tenido acceso EL FARADIO.

En su respuesta al Ayuntamiento, la empresa constructora de la reforma del MAS se desvincula de cualquier responsabilidad sobre los sistemas anti incendios – desactivados desde el mes de junio, como reveló CODELSE, según la empresa de mantenimiento del edificio en una intervención «ajena» a ella-.

Sin embargo, SIEC explica que no desmontó las centralitas de seguridad anti incendios y anti robo  (MAS) por «prudencia», aunque el proyecto así lo indicaba, y al mismo tiempo subraya que el Ayuntamiento era «consciente» de que las alarmas podían estar «inoperativas», según el mismo contrato de reforma del museo.

RESPUESTA DE LA ARQUITECTA MUNICIPAL

En el expediente municipal que el Ayuntamiento trasladará a los juzgados, la arquitecta municipal, Emma Báscones, responde a la constructora SIEC.

Considera que la empresa conocía que era su deber mantener la seguridad del edificio durante las obras, subraya contradicciones entre las versiones de CODELSE y SIEC, además de considerar probado que la primera actuó de subcontrata de la constructora – y no como adjudicataria del servicio de seguridad del edificio municipal-.

Además, Báscones carga contra el jefe de obra de SIEC, que se había ido de vacaciones unos días antes del incendio, y subraya que la propia documentación aportada por la constructora (correos electrónicos entre las partes) evidencia su actitud «olvidadiza o desorientada».

En el mismo sentido, apunta que fue requerido por ella misma por «incumplimiento de las más básicas medidas de seguridad».

¿QUIÉN DESCONECTÓ LAS ALARMAS ANTI INCENDIOS?

«SIECSA no tiene ninguna obligación de garantizar la operatividad de los sistemas anti incendios y anti robo instalados en el museo», aclara el gerente de la empresa, Juan de Miguel, en un escrito dirigido a  la concejala de Cultura, Miriam Díaz, y registrado en Delegación del Gobierno el 19 de diciembre -un día después de la comisión de Cultura que analizó toda la documentación que obraba en poder del equipo de Gobierno del PP.

Aunque SIEC recuerda que los sistemas de seguridad dependen de CODELSE, en las determinaciones del proyecto constaban, como actuaciones previas, la retirada de las centralitas de protección contra incendios e intrusos y su recuperación para la reubicación con la reforma finalizada.

Como expone posteriormente, la constructora aclara que la retirada de las centralitas de seguridad no se llegó a hacer «por prudencia», por lo que podían haber estado operativas «en todo momento».

«Es decir, lo que SIEC tiene contratado es la retirada de las centralitas, su custodia, y una vez ejecutadas las obras de reforma, la colocación de los equipos recuperados. En consecuencia, el Ayuntamiento en todo momento es plenamente conocedor de que durante algún tiempo los centralitas existentes pueden estar inoperativas».

Como muestra de que el proyecto no contemplaba la sustitución de las alarmas desmontadas durante la reforma, la constructora señala que la partida reflejada en el contrato es de 39,76 euros,  una cantidad «suficientemente significativa del alcance de la misma», para «un simple desmontaje y embalaje».

Y » a mayor abundamiento», SIEC asegura tener constancia de que CODELSE advirtió al Ayuntamiento antes del inicio de las obras de que la parte del edificio sobre la que no se intervenía – como las dependencias en las que se registró el incendio y donde se quemaron los libros y las obras de arte- «podía quedar desprotegida» y «presentó presupuesto al Ayuntamiento con una propuesta de instalaciones adicionales para garantizar la seguridad del área donde se preveía almacenar los fondos museísticos».

Una propuesta que, según SIEC asegura que le indicó CODELSE, no fue «tomada en consideración». El informe de la arquitecta municipal responsable de la supervisión de las obras apuntó que el director del MAS, Salvador Carretero, no consideró necesaria vigilancia específica de la planta en la que se produjo el incendio.

Según relata De Miguel, SIEC encargó a CODELSE «no el desmontaje de las centralitas como el proyecto preveía, sino el desmontaje de los elementos de detección en la zona de intervención, imprescindible para desmontar los falsos techos». Además, apunta que cada detector es independiente, por lo que se podían haber desmontado unos detectores y dejar activos otros.

EL PROYECTO DE REFORMA Y LAS INSTRUCCIONES DEL MUSEO

En su informe SIEC se ciñe al proyecto de ejecución de «accesibilidad arquitectónica y reforma de cubierta», por lo que «en la mayor parte del edificio» la constructora subraya que «no realiza intervención alguna».

Además, añade que procedió a cumplir las instrucciones del MAS, que consistieron en el empaquetado de las obras y el traslado de «todos los fondos» a «locales fuera de la zona de obras», así como «la construcción de más cierres en las plantas baja y primera», que «permanecieron estables» hasta la llegada de los bomberos que forzaron la puerta para acceder a la zona del fuego.

Por otra parte, el informe revela que las medidas complementarias de seguridad, un vigilante que estaba la noche del incendio, estaban en el pliego adjudicado a la constructora pero se sacaron del contrato con SIEC «por decisión de los responsables municipales» y «fue encargado directamente por el Ayuntamiento a una empresa especialista».

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