La probabilidad de disturbios durante la protesta por la visita de Pablo Iglesias a Cantabria el pasado 27 de octubre a un acto de Podemos en el que se produjeron ataques a la prensa y asistentes –y que ya cuentan con una sentencia firme y con sanciones a los organizadores– ya se vislumbraba en el grupo de Whatsapp desde el que se organizó la protesta.

Algunos de los protagonistas de los incidentes en el acto de Pablo Iglesias.

Si días antes ya se habían lanzado mensajes como «rojos al paredón», ya a las 00.00 de ese día una de las últimas incorporaciones al grupo insta a otro miembro a pasarse por la convocatoria «a ver si con suerte vemos ostias (sic)».

El acto lo organizaba Podemos Cantabria, se celebró el mismo día de la fugaz declaración de independencia de Cataluña y se produjeron incidentes a la salida: un grupo de personas se encaró con la prensa, entre ellos una reportera de Europa Press TV que fue golpeada con el palo de una bandera y rodearon al director de EL FARADIO; además de increpar a participantes en el acto, tanto señoras como una niña menor de edad de origen latinoamericano a la que instaron a irse «a su país».

«ESTA TARDE VAMOS CON TODO»

A primera hora de la mañana uno de los miembros del grupo repite el «a por ellos» que había sonado esos días en las despedidas a los guardias civiles desplazados a Cataluña.

Algunos participantes, a las puertas del Palacio de Festivales, donde se produjeron los incidentes.

Desde primera hora de la mañana se lanzan mensajes como «le tiro de la coleta como está mandao», a lo que otro le responde que «estaría bien» y que así «se le van a quitar las ganas de venir aquí otra vez».

«Esta tarde vamos con todo», apostilla otro. «Hay que prepararse para todo», insiste otro de los integrantes del grupo de Whatsapp.

«Habría que impedir hasta que entrara, habría que putearle», «no dejarle entrar», sugieren otros.

«Goma», sentencia otra persona tras escuchar a un compañero que «habrá rojos» con banderas republicanas o independentistas.

En el grupo, en el que se cruzan llamadas a boicot de productos catalanes o se dice abiertamente «puta Cataluña» son frecuentes las alusiones a que es un «pijo perroflauta» y un «bastardo», un «cochino», un «gorrino», a sus «piojos», además de llamar «maricón» a Revilla.

«NOS OBLIGAN A DEFENDER ESPAÑA A PATADAS»

Según se acerca la hora, los participantes informan de que se van preparando para ir y piden detalles sobre los accesos al Palacio de Festivales. Los más puntuales informan de que «hay mucha rata ya», como afirma uno de los administradores del grupo, que va dando instrucciones para quedar, al igual que otros de los administradores.

Hubo varios incidentes más ese día

«En dos minutos empiezan las hostias», afirma otro poco antes de las tres y media de la tarde. «Estos comunistas cobardes con unas hostias salen corriendo», afirma otro pasadas las cuatro de la tarde (el acto empezaba a las cinco y los disturbios se produjeron a la salida).

El objetivo, expresado otro, era: «Fuera el perroflauta de Santander, fuera el coletas y todo su séquito», mientras otro escribe que «no pasarán» y «hay que sacar España adelante a pesar de tanto perroflauta».

«Nos obligan a defender nuestra patria y nuestra democracia a patadas. PUES PATADAS TENDRAN», señala un usuario que habla de «dale democracia de la mano abierta».

«Le voy a meter una ostia (sic) que le voy a hacer bailar», añade uno que previamente se ha identificado como miembro de Falange (paradójicamente, antes ese mismo usuario había dicho que ese partido condena la violencia) y que también habla de llevar a Revilla al «paredón» o pregunta si alguien ha llevado huevos.

Algunos de los asistentes a la protesta que desembocó en altercados llevaban banderas franquistas (Foto: Diario Montañés)

Todo esto sucedía el mismo día en que el parlamento catalán aprobó su declaración unilateral de independencia, una situación ante la cual desde el grupo se recetaba «Ejército a las calles», «tanques y para casa» y «estado de excepción».

También critican a la Policía: «que asco, que se vende» ya que a su juicio «deberían estar con los ciudadanos insultando al coleta». Varios agentes sufrieron empujones en el transcurso de la tarde por parte de un grupo que quiso acceder al recinto, algo que la Policía impidió.

Este usuario, que recuerda lo que sucedió en Zaragoza, donde cargos de Unidos Podemos participantes en un acto fueron cercados por un grupo ultra sin poder salir del reciento,
considera que «pegar al coletas es deber nacional».

Una vez sucedido todo, uno cuenta como insultó arriba a Pablo Iglesias y otro habla de una señora que «parecía un camionero».

Otro, que es administrador del grupo, repite el mensaje que lanzó uno de los implicados en los incidentes: «Los enemigos de España fuera, no dentro».

«TODOS AL AEROPUERTO»

Los planes no acabaron en el Palacio de Festivales: a las cinco ya se empieza hablar de ir «todos al aeropuerto» para cuando coja el avión para ir a Madrid.

Poco después, algunos informan de cómo están las cosas por el
aeropuerto: «la rata todavía no llegó» y luego avisan de que «ya está aquí la rata», mientras alguien presume de haberle insultado.

«ESTO NO ACABA AQUÍ»

Momento de la agresión a la reportera de Europa Press

A las seis y cuarto alguien dice que «hay que preparar más y mejor» iniciativas (sic) como esta.

El grupo se cierra dando a todos «gracias por su participación» y advirtiendo de que «volveremos a defender España, sea aquí o en otro grupo o concentración».

«Esto no acaba aquí, seguiremos defendiendo España ante la amenaza comunista» afirma uno, que añade el lema «una, grande y libre».

SANCIONES Y CONDENAS

La protesta fue convocada a través de un grupo de Whatssap, a cuyos administradores se ha sancionado como organizadores de la misma, ya que incumplieron la Ley de Seguridad Ciudadana que ordena comunicar a la autoridad concentraciones y manifestaciones.

Otro de los participantes ha sido condenado por un delito leve de lesiones al considerarse probado por la Justicia, y tal y como reflejaron los vídeos, que golpeó por la espalda con el palo de una bandera a una reportera de Europa Press TV que cubría los actos y que fue hostigada por varios miembros del grupo.

Y está pendiente otra acción judicial, la interpuesta por el director de EL FARADIO por amenazas, lesiones y coacciones, entre otros delitos.