El Gobierno ordena a los responsables de la tala de Loredo reforestar la zona
El Gobierno de Cantabria ha ordenado a Maderas Ison y a la constructora Emilio Bolado (a sus administradores concursales) que procedan a reforestar la zona de bosque que talaron hace casi dos años en Loredo (Ribamontán al Mar).
Una acción de deforestación que en su día fue autorizada por el propio Ejecutivo autonómico y que suscitó mucha alarma vecinal, canalizada a través de la plataforma SOS POL Somo-Loredo, el partido municipalista Iniciativa Vecinal Ribamontán al Mar y que contó con la implicación del músico Marcos Casal (La Sonrisa de Julia, Billy Boomb Band), vecino de la zona, además de las críticas y acciones políticas de partidos como Podemos, IU o Equo.
La decisión ha sido comunicada públicamente por la plataforma, que especifica que se ha dado un plazo a ambas empresas para que presenten y ejecuten un Plan de Reforestación.
Esta resolución la emite la Dirección General de Urbanismo, dependiente de la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social (a cuyo frente está la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos, socialista), departamento que en su momento levantó la suspensión de la tala que ahora sanciona.
La tala, que afectó a más de mil ejemplares de pino y eucalipto, se benefició de órdenes contradictorias entre distintos departamentos del Gobierno de Cantabria, pero también de que se recurriera al Ayuntamiento para los permisos y de que se obviara a Costas.
En todas ellas se eludió la afección de la zona por el Plan de Ordenación del Litoral (POL). Una vez hecha la tala, la empresa pidió su legalización, no le fue concedida y consta un expediente sancionador que ahora les obliga a devolver la zona a su estado anterior.
Los terrenos de la polémica tala están ubicados en el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, al sur de la Bahía de Santander, frente a la capital de Cantabria. Son propiedad de una empresa histórica del sector de la construcción en dificultades, Emilio Bolado, en concurso de acreedores.
Las normas urbanísticas del municipio contemplaban la construcción de un campo de golf de 18 hoyos y 350 viviendas, sobre una superficie de 745.000 metros cuadrados, según informó en su día eldiario.es en Cantabria.