«La persona que huye de su país no lo hace porque quiere sino para sobrevivir»
«Perdemos muchas veces de vista el hecho de que la persona que huye de su país no lo hace por que quiere, ni viene aquí por que quiere ni para arrebatarnos nada, sino porque necesita sobrevivir».
El actor Pepe Viyuela, en una entrevista a El Faradio en Arco FM, le dedica especial reflexión, una jornada antes del ‘Día de los Refugiados’, a esta situación. “Ojalá estemos a la altura en ayuda los próximos años”.
Además, recuerda que “en otros momentos de la historia lo hemos hecho nosotros». «Los españoles hemos tenido que salir muchas veces para buscarnos el pan o escapar de una represión.” y concluye que “el nacionalismo tiene una mirada muy corta de las cosas, al final, el planeta no es de nadie.”
El humorista, de carácter comprometido, es además de actor, vicepresidente de la ONG Payasos Sin Fronteras. Bajo esa la imagen de hombre alegre y risueño, también hay situaciones que le enfadan. “La sonrisa y el humor lo intento utilizar para que no me coma la moral todo lo que me indigna”, comenta.
Afirma que “aunque pueda parecer un tópico, me preocupa mucho el hambre y la desigualdad, también la autodestrucción humana y del planeta, y ya va siendo hora de ponerse manos a la obra para arreglarlo.” Asimismo, se muestra triste ante “la incapacidad de darnos cuenta de que la cultura y la educación nos dan los mayores valores y riquezas de la sociedad.”
Viyuela pasa por Cantabria para presentar su obra ‘Encerrona’, en la Asociación Octubre de Torrelavega este fin de semana. El sábado 22 a las 20.30 horas se ofrecerá el espectáculo ‘Encerrona’ y el domingo a las 11:30 horas, con pase libre hasta completar aforo, pasarán un rato con Viyuela hablando sobre «el humor y la supervivencia», diversas experiencias del protagonista en su faceta más desconocida y social.
Además de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid, Viyuela estudió arte dramático y se inició en este mundo realizando parodias con objetos y sin palabras. Posee una larga trayectoria en televisión, desde el programa ‘Un, dos, tres’, pasando por ‘Aida’, ‘Águila Roja’ o ‘El Chiringuito de Pepe.’
No sólo está presente en la televisión, también es un asiduo de los escenarios y teatros de España. Ha interpretado obras como: ‘El baile’, ‘Los habitantes de la casa deshabitada’, ‘La tempestad’ y su última obra ‘Encerrona.’
Sobre esta trayectoria reflexiona Viyuela, y comenta que ha tenido la suerte de «trabajar haciendo lo que me gusta, y aunque haya habido momentos en los que haya visto en mi algo que me etiquetase, nunca me he chocado con grandes fronteras.” «Quizá porque he tenido suerte y las etiquetas no me han preocupado mucho», añade.
Viyuela afirma que ser actor, humorista o clown tienen muchas cosas en común porque “la mejor manera que tenido siempre de expresar lo que pensaba hacer en la vida ha sido a través de personajes” y es con estos personajes que encarna con los que refleja “esa sensación de fragilidad que tenemos los seres humanos ante lo que nos rodea.”
“Tropezamos muchas veces en la misma piedra y es bueno reconocerlo, y a través del payaso quería expresar mi visión de las cosas con sentido del humor, porque sin sentido del humor no existiríamos como especie” reflexiona Viyuela. Además, “los errores y fracasos», y «saber reírse de ellos», «nos humanizan”.
LA ‘ENCERRONA’ DE LO COTIDIANO
Esta última obra que aterriza en Torrelavega, ‘Encerrona’, es una reflexión sobre lo cotidiano desde la vida del payaso. El personaje vive la experiencia de haberse quedado atrapado en el escenario y cuando entra en escena no sabe dónde se está metiendo. Es un personaje engañado que entra allí porque le han dicho que ese es el camino y, de pronto, se encuentra frente a un público que le mira y parece exigirle algo. Él no viene a actuar, pero se ve obligado a ello.
Durante una hora y veinte minutos, como un bufón de corte arrojado al salón del trono, se ve obligado a actuar para el público que le observa, utilizando objetos de la vida cotidiana como una escalera, una silla o una chaqueta.
Esta obra intenta ofrecer una metáfora en la que el payaso es cada uno de nosotros y su juego no es otro que nuestra vida, estamos obligados a existir y obligados a actuar, no sabemos dónde nos hemos metido, pero debemos seguir adelante.
Viyuela explica que “como lleva tantos años haciéndose se ha ido dorando a fuego lento». De hecho, «hay gente que dice que no tiene nada que ver con lo que era hace 30 años, pero quiero pensar que ese paso del tiempo le ha ido dando al espectáculo mayor fluidez y capacidad para hacer pensar.” “Es un espectáculo para todos los públicos, reír y reflexionar”, apostilla.
Su ironía sobre un tipo de payaso triste llega a relacionarla, por ejemplo, con las redes sociales, con las que no se lleva especialmente bien “gente hablando con esa virulencia y muchas veces detrás de una máscara no me entusiasma, prefiero hablar cara a cara las cosas». «Cuando se habla desde la catacumba se convierte uno en hooligan.”