Autor: Alex Frías

Si lloras te mato

Tiempo de lectura: 5 min
Autor: Alex Frías

Autor: Alex Frías

“Si lloras te mato” y la mató.  Si lloras te mató y la mató otra vez. Y lloró ella y lloramos todos. De rabia, de dolor, de impotencia, de… Un mar de lágrimas, el calentamiento de la sangre global, un día negro, otro día negro, y van 38, y van 54, y van 59, las sin nombre, las muertas llorosas, las vivas temerosas, las ocultadas, las maquilladas, las negadas…Las…

Si lloras te mato y me mataste, me ahogaste en un mar de palabras, me cogiste  del cuello con tu  “no eres capaz” con “sin mí no puedes”, con “yo soy el que más…” y “como te quiero yo… nadie te querrá”, y apretabas mientras decías, deja ya de llorar, no ves que como yo te quiero nadie te querrá, por qué me obligas a hacer esto, sabes que yo no quiero, si no hablaras así, si no vistieras así, si no pensaras así, si no fueras así, si no sintieras….

Si lloras te mato, y murió el amor, y nació el dolor, y nació el terror. Muere una y contamos veinte que nos enteramos de lo que es y no es el amor. Si duele no. Si duele, no. Si duele… la lágrima, te avisa del dolor. La lágrima te salva, la lágrima te avisa, la lágrima te viste, la lágrima te acompaña. Cógela. Síguela. No renuncies a ella, que nadie te la arrebate.  El recorrido de una lágrima que no tiene perdón, que no supo verlo, que hizo caso omiso de cómo se sintió. Y siguió… y siguió… Hasta que el surco de la lágrima se secó porque ella murió, hasta que el surco de la lágrima desapareció porque ella murió y solo quedó un número, una estadística. La viva al hoyo y el vivo al odio. La madre que te parió. Su lágrima.  La lágrima de todos. De sus padres, de sus hijos, del mediano que todo lo vio. Y ella no vivió para explicarles, no vivió para sentarles y contarles… Eso no. Eso no, hijos míos…. No. Fijaos bien. Escuchadme. Fijaos. No paséis por donde he pasado yo. Prestad atención. La lágrima… la lágrima es vuestra muerte o vuestra salvación. La lágrima es una esquela en los ojos del barrendero que se levanta con las aceras y se encuentra una joven desgarrada en un banco, en un cajero automático, mientras vario jóvenes se hacen selfies junto a su cuerpo seminconsciente: Mira se parece a un maniquí  dice uno, este año se lleva el “rojo manada” dice el otro, y los grupos de wasap se convierten en escaparates de muñecas a la carta de la última moda. Y la intimidad es un te quiere más quien más te controla.

Una lágrima invisible tuvo la culpa porque nadie la vio. Nadie se alarmó, nadie noto nada. Era una pareja normal. Discutían, lo normal. La gritaba, lo normal. Se enfadaba pues normal,   es que ella vaya pintas que traía, y a las horas venía… eso es que no le respetaba, que no se respetaba a ella. 

Lo que pasa en un matrimonio, es cosa de dos. Y por uno empezó la cosa y en ella terminó. Dos: Uno y dos.

Tres fue su hija quien cogió el testigo del dolor, y la lágrima tatuada no puedo escapar de su salón. El barrendero que la vio gritó bajo el balcón: no se tire, no se tire, que ahora mismo subo yo. La lágrima en la escoba de barrio en barrio viajó, limpiando las calles de marcas de machos sin respeto ni amor. ¿Nadie les quiso nunca? ¿Nadie les enseño? Ya no hay excusas. Si tú no quieres, tampoco quiero yo. Disparo la lágrima al viento y se la lleva un pajarito lento que con su lentitud no vio el cristal de las gafas del hombre serio y la lágrima se estampó.  Quiere ser su dueño, su protector, tener celos e infiernos, y caer dentro del hoyo del miento porque si no reviento. Pero no reventó y  la lágrima saltó sonriendo por haber evitado una defunción, un “la mató porque perdió el control”. No se pudo hacer nada. Un padre nuestro y adiós. Un “Sálvamé” y adiós. Un número para la mujer muerta y adiós. Un “esto de ahora no es nuevo” y adiós. Un “siempre ha sido así” y adiós. ¿No vamos a hacer nada? Lo que pasa en una casa, es cosa de ellos dos.

Y saltó de continente la lágrima con más grosor y como una gran bola de nieve creció su contorno y su expresión. Ahí viene la bola del miedo, la lágrima helada, el iceberg del terror. Salgamos todos corriendo por no ahogarnos en nuestro propio dolor. No hay manera de secar lo que el hombre inundó. Ya es muy tarde, ya es muy tarde, corramos, huyamos, por el amor de dios. ¿Por el amor de quién? De dios. ¿De quién? De dios ¿de quién? …. De dos. Porque “dos” ya es cosa de todos… “dos” no es cosa de dos.

Llora y despierta…. Llora y alerta… primero mata  el amor, la siguiente asesinada soy yo. “Si lloras te mato”, pero fue Él quien murió. Porque era cosa de una, porque no era cosa de dos.

PORQUE ES COSA DE TODXS.

NOTA: Artículo escrito por María Castillo y Jose Elizondo.

 

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