La Caseta de Bombas recorre la ruta de las especias en homenaje a Juan de Santander

Marino santanderino que partició con Magallanes y Elcano en la búsqueda de la nueva ruta de las especias
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La Caseta de Bombas, el establecimiento del grupo Deluz en el Dique de Gamazo, ha lanzado una serie de platos en su carta en reconocimiento a Juan de Santander, el marino cántabro, natural de Cueto, que viajó en la expedición de Juan Sebastián Elcano y Fernando de Magallanes.

Dado que el viaje de Magallanes y Elcano, que acabó convirtiéndose en la primera vuelta al mundo, se trataba de buscar una nueva ruta de especias —alternativa a las de Cristóbal Colón— , la propuesta fusiona en distintos platos las las especias que traen de los países que recorrió Juan de Santander con los productos de los pastores de Cantabria.

Chencho, el pastor de Polaciones, y sus ovejas. Uno de los productores de Deluz

De ese viaje los marineros trajeron clavo, jengibre, cúrcuma, nuez moscada, pimienta, comino y todo tipo de especias.

Así, en la carta se encuentran platos como brochetas de lechazo ecológico de Chencho, de alta montaña, con especias al estilo de la plaza de Yamaa el Fna, la más famosa de Marrakech; brochetas de cochinillo salvaje de La Sota (San Pedro del Romeral) al estilo filipino y de las Islas de los Ladrones (Marianas), brochetas de ternera ecológica de Siete Valles de Montaña –la cooperativa formado por distintas ganaderías con apoyo del grupo Deluz– al estilo de los gauchos del Estrecho de Magallanes y Cabo Deseado; y brochetas de pescado de roca del día, de la lonja de Santander, al estilo de la Isla de los Tiburones (Puka Puka).

JUAN DE SANTANDER, EL GRUMETE DE CUETO

El 10 de agosto de 1519 partió de Sevilla una expedición de cinco barcos y más de 250 hombres, capitaneados por los navegantes Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano.

Lo que comenzó como una expedición comercial que buscaba nuevas rutas para el comercio de especias, finalizó con un hito histórico como fue la primera vuelta al mundo que confirmó la redondez de la Tierra.

Después de tres años, el 6 de septiembre de 1522, de las cinco naves solo regresó una, la llamada ‘Victoria’, que estaba capitaneada por Elcano y que traía a 17 supervivientes y 3 indígenas que estaban hambrientos, enfermos y exhaustos tras un viaje en el que vivieron todo tipo de penalidades.

Entre los más de 250 navegantes, se sabe que había tres ciudadanos de lo que ahora es Cantabria. A su vuelta, solo uno había completado la vuelta al mundo que partió hacia occidente y volvió por oriente. Los otros dos murieron en la travesía.

Placa de homenaje a Magallanes y Elcano en Sánlucar de Barrameda

Muchos murieron de enfermedades, otros se amotinaron y no completaron el trayecto, uno de los barcos se hundió y otros fueron apresados por los portugueses en Filipinas. En aquella época, España y Portugal se disputaban el liderazgo de la tecnologías y las rutas comerciales. De hecho, fue la propia Corona Española quien sufragó los gastos de este viaje.

A pesar de que pocos sobrevivieron al viaje completo, los navegantes del la Nao Victoria trajeron consigo un cargamento de especias tan valioso que cubrió todos los gastos de la expedición y dejó 346.220 maravedíes de beneficio.

Uno de los pocos hombres que regresó de ese viaje fue Juan de Santander o Santa Andrés –como también queda reflejado en la poca documentación que se ha conservado en el Archivo de Indias-, que se ha probado por documentos históricos que procedía de Cueto.

El historiador Arsenio Callejo Fernández, que ha revisado toda la documentación a la que ha podido acceder del Archivo de Indias, así como la de la Casa de Contratación en Sevilla que, dese 1503, obligaba a registrar los barcos y navegantes que salían a las Indias, ha podido confirmar que procedía de Cueto y que su madre se llamaba Catalina del Río y su padre se llamaba Gonzalo Debo o de Boo.

Hay una discrepancia entre cuál es el verdadero apellido del padre, que aparece reflejado de diferente manera en algunos documentos. Aunque Callejo defiende que el real, probablemente, sea ‘Boo’, ya que en aquella época se apellidaban por los lugares de los que procedían.

Él sirvió como grumete en la nave ‘Trinidad’ y fue apresado por los portugueses pero logró regresar en la nave ‘Victoria’ entre los pocos afortunados que volvieron con Elcano (el propio Magallanes falleció en un enfrentamiento con indígenas).

Su nombre quedó reflejado en un azulejo conmemorativo que pocos días después de su regresó colocó el Ayuntamiento de San Lucar de Barrameda para homenajear a los supervivientes y donde se refleja claramente el nombre de ‘Juan de Santander de Cueto’.

Una de las cuestiones más llamativas de este personaje histórico es que se le perdió la pista y no se ha podido averiguar qué fue de su vida después de volver en el barco.

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