Esta semana, bajo la coordinación de la Asociación Nueva Vida y dependiente de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales, se abrirá un segundo centro de acogida para personas sin hogar que viven en la comunidad autónoma de Cantabria.

“En 15 días hemos habilitado dos espacios que podrán acoger y atender a un total de 75 personas que actualmente viven en la calle”, explica Julio David García, gerente de la ONG, colaboradora de la Coordinadora Cántabra de ONGDs.

La semana pasada el albergue juvenil “Gerardo Diego”, en Solórzano, se puso a disposición para alojar a las primeras 34 personas, entre hombre y mujeres. El martes de la próxima semana, el Convento de Nuestra Señora del Soto, en el valle de Toranzo, estará disponible con una capacidad de hasta 40 personas.

Entre ellas, se encuentra un grupo de jóvenes de nacionalidad albanesa que hasta ahora vivían “en condiciones infrahumanas” en un edificio abandonado en Nueva Montaña. “Gracias a la acción y solidaridad de algunos vecinos y al compromiso del Gobierno de Cantabria, se ha dado solución a estas personas”.

La mediación de la ONG Nueva Vida que cuenta en su equipo con dos voluntarios albaneses, ha sido clave para convencerles del traslado. “Estos jóvenes han visto truncado su proceso migratorio. Con la crisis, las fronteras se
han cerrado completamente. Y de repente, se han visto atrapados en territorio de nadie”.

Durante el tiempo que dure la crisis sanitaria, el equipo de Nueva Vida atenderá las necesidades básicas de estas personas: alojamiento, manutención, asistencia sanitaria, e incluso, clases de español. También les brindarán apoyo
psicológico e intentarán contactar con sus familias. García ha querido señalar que esta crisis nos recuerda la importancia de poner la vida en el centro de la actividad económica, política y social. “Hay que generar
las condiciones necesarias para garantizar que todas las personas puedan vivir una vida digna. Y en eso estamos”.