Reinosa contra el miedo

Marcos Gutiérrez, campurriano, recuerda los sucesos de la Primavera del 1987
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En la primavera de 1987 Reinosa saltó a los medios de comunicación: era la época de la reconversión industrial, especialmente cruenta en la cornisa cantábrica (Euskalduna, Gijón) y que venía ya desarrollándose desde principios de los ochenta, en Reinosa tocaba con los aceros especiales como excusa.

Ya desde diciembre del año anterior  en la comarca de Campoo, se venía gestando una fuerte incertidumbre laboral, en un principio eran CENEMESA sobre la que se cernía un oscuro futuro, y Farga Casanova donde ya se había planteado un expediente de regulación de empleo.

Forjas y Aceros de Reinosa- Naval- como siempre la hemos llamado no escapaba a la lista de empresas seleccionadas para la reconversión de aceros especiales, entonces daba empleo a 1.763 trabajadores y a decenas de empresas y talleres instalados en el valle. Por la comarca se comenzó a rumorear que en base a las pérdidas de los últimos años el Gobierno ,entonces de Felipe González, preveía sacar de la plantilla a 1.300 trabajadores.

El 11 de marzo, con el nombramiento de expresidente del Consejo de Administración de Forjas y Aceros , Enrique Antolín, comienzan a visibilizarse los problemas. Antolín había sido nombrado Consejero de Obras Públicas del Gobierno vasco y acudió a recoger sus pertenencias a la empresa. El comité de empresa le retuvo durante la noche en el edificio de control de calidad y el 12 de marzo , después de dejar incomunicada por vía telefónica la empresa, las Unidades de Intervención de la Guardia Civil ,asaltan el búnker donde se encontraba, lo liberan y trasladan a Bilbao.

El ministro del Interior José Barrionuevo declara que han intervenido en la operación 321 números. Después de liberar a Enrique Antolín la Guardia Civil se emplea con contundencia ,nueve guardias civiles son acorralados por la ciudadanía en un callejón, tras cuatro horas de enfrentamientos el primer balance de lo que luego se conoció como “los sucesos de Reinosa o la Primavera campurriana “ es el siguiente: ocho heridos graves y sesenta leves.
Los enfrentamientos seguirían , el 4 de abril cortes de vía férrea, el 5 de abril tanquetas contra trabajadores de Cenemesa, en esta ocasión 15 heridos leves.

En el ambiente del pueblo se hablaba de que las cosas, después de lo que había sucedido en el callejón el día 12 de marzo cuando la Guardia Civil fue acorralada no quedarían así. Recuerdo perfectamente ,a pesar de los años transcurridos , aquella tarde de Jueves Santo. Tanto en Reinosa como en Matamorosa separadas solo por un puente, los enfrentamientos fueron constantes .Un ataque desmesurado de tanquetas corriendo por el pueblo, apoyadas por un helicóptero, sirenas de la fábrica sonando mezcladas con las de las ambulancias no se olvida tan fácil.

Fue en Matamorosa el pueblo donde residía Gonzalo y en su garage donde echaron los botes de humo que provocaron que días después falleciera en Valdecilla.

A partir de ahí la sociedad civil de Reinosa y comarca se organiza en la Asamblea Ciudadana, Asamblea de Mujeres, la solidaridad desde todo el país es impresionante, aquí y allá se pedía la presencia de alguien de Reinosa para que contase lo ocurrido. A los pocos días Gonzalo fallece.

El sentimiento de indignación convive con el oscuro futuro de la empresa y de la comarca, se habían vivido días de enfrentamientos que parecían haber ocultado el problema laboral de la fábrica. Después del 6 y 7 de mayo y tras las huelgas generales ,vuelven las movilizaciones, manifestaciones en Cantabria, en Madrid, pero los expedientes de regulación están ahí ,el 3 de julio la Dirección General de Trabajo aprueba el expediente de regulación de empleo de 436 trabajadores de Naval.

Años después la Audiencia de Cantabria condenaría a dos de los guardias civiles participantes en el lanzamiento de botes de humo contra Gonzalo Ruíz a seis meses y un día de prisión y a 20 millones de pesetas a pagar a su viuda .

Tanto CENEMESA como NAVAL ,empresas sobre las que recaía el peso industrial de Campoo resultaron muy dañadas , también la comarca tuvo un fuerte descenso de población del que aún no se ha recuperado.

Recuerdo que un año después, con motivo de realizar entrevistas y recopilar materiales para un pequeño libro colectivo : “REINOSA CONTRA EL MIEDO” la gente narraba con verdadero sentimiento por un lado con tristeza por lo ocurrido, pero a la vez con orgullo de haberse enfrentado a una reconversión salvaje que aparte de truncar la vida de un trabajador como Gonzalo Ruiz, llenó la comarca de precariedad y sombrío futuro.

Hace unos años, creo que con motivo del 25 aniversario en una entrevista comenté que “Reinosa mostró ,en lo que pudo, que la historia está llena de gestos de rebeldía contra la resignación”. Hoy con los tiempos tan complicados que se nos avecinan a todos y a todas no encuentro una frase mejor.

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