Maite Saiz es una de esas innumerables heroínas (y héroes) que llevan ya un montón de semanas siendo la primera línea de defensa que tiene la sociedad frente a la COVID-19. Ella es de Renedo de Piélagos, pero su puesto de trabajo está en el Hospital Universitario de Canarias, en la isla de Tenerife.

Nada más comenzar abril empezó a notar síntomas que podían corresponder a los de este virus que nos ha cambiado la vida, al menos por el momento. El día 8 de este mes llegó la confirmación: un test determinó que había dado positivo. Ahora sigue aislada en casa, esperando que esta semana le hagan la prueba que de el resultado contrario y poder volver a su puesto de trabajo, como nos cuenta en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

Canarias es, junto con Murcia, la Comunidad Autónoma con menos fallecidos por la epidemia. Los datos oficiales de hoy dicen que son 131, 55 menos que Cantabria, y con una población que casi cuadruplica la de nuestra comunidad. Ser un archipiélago al que llegan aviones con cuentagotas ayuda a controlar el brote de esta enfermedad. Sin embargo, Saiz piensa que hay muchos casos que no se han contabilizado, «como en todas las comunidades».

Sin embargo, ese aislamiento «y muchos recortes en Sanidad» hacen que la situación no sea la mejor posible, porque acusan falta de material sanitario en los centros médicos, tanto equipos de protección como test para poder diagnosticar a la población y al propio personal sanitario. Precisamente, el no poder detectar a todas las personas que llegaban al hospital es lo que esta cántabra cree que ha causado su propio contagio. Cuando llega un paciente con síntomas, se toman todas las precauciones, pero si llega alguien por otro motivo, se toman menos, porque no hay material suficiente para todos

Saiz cuenta que hasta que no se puso firme por su propia salud, no le hicieron un test para saber si estaba infectada. «No estoy bien, no voy a ir, si no me das tú la baja, se lo digo a mi médico de cabecera». En esos términos se expresó para que en su hospital fueran conscientes de que era necesario hacerle el test. Ella «sospecha» que no querían quedarse sin trabajadores veteranos y por eso no les querían hacer test.