Tras casi tres meses de parada, miles de ciudadanos saharauis volverán a partir de este viernes a la normalidad tras la suspensión del Estado de alarma declarado en el país por la Covid-19, como recoge el medio ‘ECS Saharaui’. Se trata de una de las decisiones más arriesgadas que ha tomado el Gobierno desde que decretó el Estado de alarma y el confinamiento forzoso, el pasado 18 de marzo, para hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Las voces críticas con esta medida son nulas, ya que casi todos los ciudadanos pedían el desconfinamiento para volver a la normalidad porque no se registraron casos positivos de Covid-19 en la región desde el estallido de la pandemia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta del riesgo de levantar las restricciones de forma apresurada. Frente a todas estas dudas, el Ejecutivo de Beyun insiste en que no hay ninguna relajación de las medidas contra el Covid-19, pese a que, objetivamente, estas serán ahora menos estrictas. «No estamos desescalando ni desconfinando», señaló este martes el jefe del gobierno.

El Gobierno reconoce que pisa un terreno peligroso, dentro de una emergencia sin precedentes. De ahí que casi todas las frases de los miembros de la Comisión Técnica de Seguimiento de la Coronavirus tengan un tono defensivo.

Desde el inicio de la Pandemia, el Gobierno saharaui adopta medidas estrictas para la prevención del Covid-19: Confinamiento total, servicios de desinfección y campañas de sensibilización.

La República Saharaui fue firme en introducir estrictas medidas de confinamiento, primero en los Campamentos de Refugiados Saharauis y después en los Territorios Liberados del Sahara Occidental, siguiendo precisamente el modelo del Gobierno chino ante la expansión del coronavirus. A diferencia de los países de la región, que han tomado solo medidas de Toque de Queda, la RASD ordenó el confinamiento total desde el primer día para salvar la vida de sus ciudadanos.

LA DIFICIL SITUACIÓN DE LOS PRESOS

La Comisión Nacional Saharaui para los Derechos Humanos (CONASADH) ha enviado en forma de carta una solicitud de intervención para liberar a los presos civiles saharauis recluidos en las diferentes cárceles marroquíes, dirigida a Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

La intención de la Comisión es dar un toque de atención a Cruz Roja y mostrar su profunda preocupación, por la grave situación en la que se encuentran los presos civiles saharauis recluidos en las cárceles marroquíes, a la que se suma la propagación del COVID-19, informa sobre el terreno Equipe Media, grupo activista e informativo colaborador de Cantabria por el Sáhara, entidad miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs.

Las precarias situaciones reinantes dentro de las cárceles marroquíes y las condiciones higiénicas deplorables, además de la escasez acuciante dentro de las misma da lugar a un servicio sanitario deficiente “por no decir inexistente”, lo que constituye una amenaza para la vida de estos presos y defensores de los derechos humanos saharauis, como han confirmado todas las organizaciones internacionales.

Manifestación en Madrid por los presos Saharauis

“Están recluidos cumpliendo condenas injustas sólo por sus opiniones políticas y por su activismo pacifico como defensores de los derechos humanos” lamentan desde la Comisión.

El CICR que se rige, entre otros, por el Artículo 5 de sus Estatutos que preconiza la implementación de los Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales, que constituyen la esencia del derecho internacional humanitario, ha recibido numerosas cartas y comunicaciones instándolo a visitar a estos reclusos y trabajar para su pronta liberación.

Al hilo de lo anterior, el CICR recibió varias comunicaciones de diversas organizaciones y asociaciones instándole a tomar la iniciativa de presionar a Marruecos para que ponga término a las violaciones de los preceptos del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de derechos humanos contra los civiles saharauis en ausencia de cualquier mecanismo internacional encargado de supervisar los derechos humanos en el Sáhara Occidental.