El ataque fue, como los anteriores, denunciado y las pintadas limpiadas. Y aclaran desde la redacción: “Dijimos que el fascismo no lo limpiábamos, que lo pasábamos por encima. Con el machismo decimos lo mismo”.

“También dijimos que entendíamos que los ataques son a Pikara Magazine porque es un lugar visible, identificable y físico, pero en realidad son contra todas. A todas las Charos, a todas las putas. Por eso, lo dijimos en su momento, pero lo repetimos ahora, frente al «a por ellos», respondemos #APorTodas. Queremos volver a subrayar también que consideramos que este ataque va más allá de un ataque al movimiento feminista, atenta también contra la libertad de prensa”, manifestaban en su página web.

Tras conocerse, han recibido numerosas muestras de cariño y apoyo de todo el Estado, también desde Cantabria (a las que nos sumamos, por supuesto, compañeras).

Desde el colectivo de La Vorágine han enviado “lazos de profunda solidaridad y toneladas de energía”, tras verse, “una vez más”, que “los fascistas demuestran lo poco que cabe en algunos cerebros y el daño que puede hacer la testosterona”.

“No creemos que estos ataques sean anecdóticos ni que deban ser pasados por alto. Demuestra que el clima que alimenta la política institucional de polarización, fascismo social y antifeminismo seguirá generando –y legitimando- ataques como este último”, continúan. “Esos ataques son sólo la punta del iceberg de una sociedad patriarcal que reacciona ante las luchas de aquellas que tras siglos de invisibilidad ya no soportan ni el silencio ni el oprobio”, inciden.

En La Vorágine saben bien lo que es recibir ataques similares: en 2017 su espacio se encontró con pegatinas con insultos como «Robagallinas» o «Buenista, asesino de mi pueblo», que se mueven en círculos de ultraderecha.

Las pegatinas aparecieron  el día que este espacio de cultura crítica acogía una asamblea de activistas y colectivos que luchan contra el racismo y la xenofobia, que preparaban acciones en respuesta a la manifestación que había convocado una asociación que defiende la «prioridad nacional», es decir, la discriminación de los inmigrantes en el acceso a los servicios públicos.

Esta situación hizo recordar los ataques, más violentos, que en los inicios de la transición, recibía la librería del periodista y escritor José Ramón Sáiz Viadero.

El monumento a los cántabros muertos en los campos de exterminio aparece con insultos

LA AGENDA SIGUE, LE PESE A QUIEN LE PESE

Este miércoles, a las 19:30 horas, La Vorágine continuará con su agenda de compromiso y cultura crítica, de la mano de la filósofa Carolina Meloni.

Lo harán de forma presencial en su sede (c/ Cardenal Cisneros, 69) y con aforo limitado, dada la situación por la COVID-19.

‘Polifonía del #Apocaelipsis: enfrentando a la comunidad intocable’ es el título de la charla sobre la comunidad intocable asumida (o no) como parte de las medidas para enfrentar la crisis sanitaria.

Los asistentes podrán profundizar junto a la filósofa y profesora de Ética y Pensamiento Político de la Universidad Europea de Madrid sobre las consecuencias de “renunciar al contacto de las pieles para la organización de las comunidades de afectos y militancia y el potencial del virus para convertirnos en seres abyectos”.