La Coordinadora Cántabra de ONGDs recuerda con motivo del Primero de Mayo a trabajadoras del hogar o cuidadoras

Las trabajadoras del hogar quedan excluidas de derechos como la negociación del convenio colectivo o el paro
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La Coordinadora Cántabra de ONGDs ha recordado, con motivo de la conmemoración este Primero de Mayo del Día del Trabajo, el papel de colectivos como las trabajadoras del hogar o quienes se encargan de los cuidados.

Bajo el lema ‘Defendamos a quien cuida’, y en colaboración con la Dirección General de Cooperación al Desarrollo (Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte), la Coordinadora ha lanzado varios mensajes en esta clave.

Enfatizando que “el bien común se construye entre todas, no sobre los hombros de unas” y que “el ascenso social” no puede ser “a costa de la precarización de las mujeres”, la Coordinadora ha llamado la atención sobre, por ejemplo, las trabajadoras domésticas.

Un colectivo que tradicionalmente “ha estado muy alejado de las mejoras en las condiciones de trabajo conseguidas por el movimiento sindical y obrera”, y al que le queda como “deuda pendiente” la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el derecho a una negociación colectiva o el derecho al paro.

En este sentido, inciden en que la Ley de Extranjería ”empuja” a las mujeres migradas a aceptar condiciones de trabajo “indignas” y apelan al recordatorio de que los trabajadores y trabajadores tienen derecho “a no ser discriminados en el empleo por su origen racial o étnico, o condición social”.

También se ha referido al papel de los servicios públicos y a la importancia de los cuidados, advirtiendo de que “la crisis de los cuidados es una crisis civilizatoria en la que la producción es el centro de la economía en menoscabo de la vida y el bienestar social”.

UN TRABAJO INVISIBILIZADO

Según datos recopilados por Oxfam Intermón, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, las mujeres y las niñas realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado en todo el mundo, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que realiza este tipo de trabajo de forma remunerada.

Las mujeres y niñas dedican 12.500 millones de horas diarias a ese tipo de trabajo, que engloba actividades como el cuidado de niños y niñas, personas mayores, enfermas o discapacitadas, además de tareas domésticas como cocinar, lavar o ir a buscar agua o leña.

Ese tiempo supone una contribución a la economía mundial de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología, es decir, del gasto total en tecnología que realizan en todo el mundo personas, empresas y gobiernos.

En su informe, Oxfam Intermón muestra cómo el modelo económico sexista está alimentando la crisis de desigualdad.

“El trabajo de cuidados recae principalmente sobre las mujeres quienes, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir una educación, lograr un empleo con un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad.

Las mujeres y niñas realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. A menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o renunciar a su empleo remunerado para poder hacerse cargo del trabajo de cuidados. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo remunerado porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres.

Dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12 500 millones de horas diarias. Si este trabajo se remunerase aplicando el salario mínimo, esto representaría una contribución a la economía global de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.

En países de renta baja, las mujeres de zonas rurales dedican hasta 14 horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado.

En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo remunerado porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres.

El 80% de los 67 millones de personas trabajadoras del hogar que hay en todo el mundo son mujeres. El 90% no tiene acceso a las prestaciones de la seguridad social y la jornada laboral semanal de más de la mitad carece de un límite de horas.

En España, según recuerda Oxfam Intermón, el trabajo de cuidados no remunerado equivale al 14,9% del PIB, según datos de la OIT de 2018. Las mujeres son el 74,8% de la población trabajadora que recibe los salarios más bajos, mientras que sólo representan el 35,6% de las personas trabajadoras que reciben los salarios más altos.

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