Poco a poco, a lo largo de este mes o de alguno de los venideros, iremos notando los cambios que supone el nuevo sistema de tarificación de la electricidad en España. Soledad Montero habla de que, con los sucesivos que hemos ido teniendo en el país, han aparecido conflictos, sobre todo si cabía una intención de beneficiar a los usuarios y no a las grandes empresas. Ahora volvemos a estar ante esa sospecha.

Montero es experta en este asunto. Ha concedido una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM, dentro de la sección ‘La energía del cambio’, que hacemos de la mano de Solabria, la cooperativa de las energías renovables de Cantabria.

La representante de CECU recuerda que se están haciendo cambios legislativos que tengan en cuenta la forma en que se genera energía y que el precio de la electricidad se abarate en un medio plazo porque se contemplen las conocidas en el pasado como ‘primas a las renovables’, que se extienden también a las plantas de cogeneración de alta eficiencia. Y también cuenta que hay un anteproyecto de ley que pretende retribuir por el CO2 no emitido a la atmósfera.

Subraya que este cambio que acaba de entrar en vigor y que pronto veremos reflejado en la factura «es un comienzo de una nueva forma de redistribuir y retribuir en el sistema eléctrico». Ella piensa que se trata de una necesidad medioambiental. «Nuestro planeta está demandando que bajemos el consumo y seamos más eficientes».

Por eso, la discriminación horaria debe ser el elemento central a partir de ahora. El caso es que ya lo era antes, pero para los usuarios «la discriminación horaria era la gran desconocida, aunque se nos aplicaba a todos». «Las empresas contrataban la discriminación horaria, se la autoaplicaban las comercializadoras, pero no trasladaban la rebaja al consumidor. Ahora los consumidores se pueden aprovechar de ella», añade.

Montero tiene claro que «los usuarios podemos salir ganando si nos ajustamos a un cambio de consumo». Al igual que durante muchos meses hemos estado pendientes de la curva de contagios de COVID-19, con la electricidad pasa igual: «debemos aplanar la curva de demanda e incorporar las tecnologías renovables para ello y para favorecer que podamos seguir viviendo aquí» sin que afecte mucho a nuestro modo de vida.

Esta experta se queja de que «no se ha hecho mucha pedagogía» con el asunto. Y es algo imprescindible para entender el por qué de este cambio. Y se puede resumir en alto tan simple como que la «la electricidad no cuesta igual a todas las horas».

Ante la propuesta de una rebaja del IVA en la factura de la luz por parte de la oposición y que el Gobierno parece dispuesto a aceptar de manera temporal, Montero recuerda que se paga un IVA del 21% (que podría bajar al 10%) y también un 5,11% de impuesto de la energía. Y en España hay 29 millones de puntos de suministro energético, con lo que hablamos de unos ingresos enormes para el Estado.

Ante eso hay que tener en cuenta, dice, que «esos impuestos contribuyen al bienestar», por lo que, si se reducen mucho, el Gobierno «tendrá que buscar otros ingresos». A ella le gustaría que si hay que compensar, eso repercutiera en personas o empresas «que se lo puedan permitir, pero no en los vulnerables». Y recuerda que las últimas cifras sobre el nivel de vida en España dicen que un «25% de la población está en riesgo de pobreza».

Por tanto estamos en un momento de cambio, y los cambios se producirán más veces, según la curva de demanda vaya cambiando y sea necesario modular nuestros hábitos de consumo de electricidad. De momento, los horarios más caros son de 10 a 14 y de 18 a 22 horas.

Montero piensa que la apuesta debe ir en aumentar el consumo de energía «fotovoltaica, éolica, también eólica marina o aprovechar la hidroeléctrica». Todo mirando a la lucha contra el cambio climático, que es lo que hace necesarios los cambios que debemos asumir. Pero también sostiene que «la modificación no tendría que ser una subida del precio de la luz, sino lo contrario».

Ahora estamos casi en cifras récord de precio de la energía, y Montero contempla que puede haber un «riesgo de manipulación por parte de las comercializadoras», hasta el punto de que el Gobierno central le ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que haga las comprobaciones necesarias.

Ella explica que la actual subida del precio está motivada por el sistema marginalista que tenemos, porque «pone el precio de todas las fuentes generadoras de energía a la altura de la más cara», y estamos en un momento de «altos precios de gas y de los derechos de emisión de CO2».