Las comunidades de peces de montes submarinos aislados de la costa podrían ser más sensibles al cambio climático y a otras presiones humanas
Científicos del Institutos Español de Oceanografía (IEO-CSIC) han publicado un artículo científico en la revista Marine Ecology Progress Series en el que han estudiado los factores ambientales que condicionan la composición y distribución de las comunidades de peces del talud gallego y del banco de Galicia -un monte submarino a 200 km al oeste de Vigo- y cuyos resultados muestran que el aislamiento de la costa podría hacerlas más sensibles a las presiones humanas y al cambio climático.
Los montes submarinos son puntos calientes de biodiversidad y el banco de Galicia, situado a unos 200 km al oeste de Vigo, no es una excepción. Este monte submarino, que forma parte la Red Natura 2000 marina española, fue objeto de un profundo estudio en el marco del proyecto LIFE + INDEMARES.
Este esfuerzo de investigación, junto con los datos de la serie histórica DEMERSALES del proyecto ERDEM, han sido empleados por los investigadores del IEO-CSIC para analizar en profundidad cómo los distintos factores ambientales interactúan para conformar distintas comunidades de peces.
En concreto, en la zona de estudio, que comprende el monte submarino del banco de Galicia y el talud continental gallego, los investigadores observaron cinco agrupaciones o comunidades de peces distintas. La profundidad fue el principal factor ambiental que determinó la sucesión de especies observada, con transiciones especialmente claras entre las distintas masas de agua presentes en la zona. Además de la profundidad, los investigadores también observaron claras diferencias entre las comunidades de peces en la cima del monte submarino y las observadas en el talud continental, a pesar de estar situadas a similares profundidades. Finalmente, la presencia de corales de profundidad de la especie Desmophyllum pertusum y Madrepora oculata en la cima del monte fue el tercer factor diferenciador observado, con comunidades distintas en las muestras adquiridas en las zonas de coral frente a las que se recogieron en zonas sin presencia de este hábitat esencial.
Dentro de los resultados del estudio destacan las diferencias observadas entre las comunidades de peces de la cima del monte submarino respecto a las comunidades observadas en el talud gallego. La principal diferencia fue la ausencia de especies como el gallo, la merluza o el bocanegra en la cima del monte submarino. Estas especies tienen en común que suelen asentarse en la plataforma continental, en zonas más someras, y van colonizando el talud a profundidades mayores a medida que avanzan en su desarrollo. ”La ausencia de estas especies del banco podría deberse a la ausencia de zonas menos profundas en las inmediaciones del monte, lo que dificultaría la colonización del monte mediante migraciones directas para estas especies y otras con hábitats de vida similares”, explica Jose Manuel González-Irusta, investigador del Centro Oceanográfico de Santander (IEO, CSIC) y primer autor del trabajo.
Sin embargo, la ausencia de estas especies no afectó a la diversidad o riqueza de las comunidades de peces del monte, que fueron similares a las observadas en la plataforma. “Esto es consecuencia de una mayor presencia de especies de hábitats profundos en la cima del monte en relación con lo observado en el talud”, apunta González-Irusta.
Si los resultados observados en el banco de Galicia se confirman en otros montes submarinos con características similares, esto significaría que las comunidades de peces de las cimas de estos montes submarino estarán formadas por una proporción mayor de especies profundas que sus equivalentes en las plataformas y taludes continentales. “Puesto que las especies profundas requieren una temperatura del agua más fría que las especies someras y tienen ritmos de crecimiento y maduración más lentos, estas comunidades de peces son más sensibles a las presiones humanas como el cambio climático, la pesca o la minería submarina”, alerta el científico.