Las cosas en Colombia siguen estando difíciles. Pero las protestas conocidas como Paro Nacional las ha puesto un poco peor para muchas personas, señaladas por el Gobierno. Una de ellas es David Murillo, que reconoce que decir que estuvo en algunos de los puntos de la protesta «me implica jurídicamente».

No es que participara de una manera violenta. Por un lado reivindica una iniciativa cofundada por él que se llama ‘La Universidad para el barrio’ y que trata de formar en derechos humanos a quienes no han tenido la oportunidad de estudiar o conocer una temática tan importante como esa. Y por otro, resalta que «los actos violentos han sido un 1% o 2% de la protesta».

Sin embargo, el Paro Nacional está sirviendo para que el Gobierno sólo se centre en esa respuesta violenta, pero al mismo tiempo se han producido muertes y desapariciones que están sin resolver. Directamente, se refiere al Estado colombiano como una «narcoeconomía» y también que las cosas funcionan de una forma que recuerda a la mafia, según cuenta en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

Ante el cariz que están tomando los acontecimientos, Murillo ha decidido volver a Cantabria, donde ya vivió en su día, porque «mi nombre suena en algunos grupos de ultraderecha que salen a cazar gente». Y como considera que «Cantabria es mi segundo hogar», pues ha decidido volver hasta que las cosas se calmen. «Voy a esperar a que pase un poco el tema de las judicializaciones y las búsquedas», dice.

Reconoce que es un «privilegiado», porque tiene «compañeros que están peor que yo» y que pueden sufrir la violencia que se está produciendo en el país. Las confrontaciones, según Murillo, vienen desde antes de la pandemia, y la violencia que se produce por parte los manifestantes cree que «parte de una población que no tiene nada que perder y que lo que ha recibido toda la vida es violencia».

Por el lado contrario, Murillo dice que ha visto «a gente del Estado haciendo vandalismo» durante este Paro Nacional». Además, cree que la población debe informarse de lo que pasa, pero sin utilizar sólo los canales de comunicación habituales, porque cree que están un poco «viciados». Y eso incluye el Whatsapp, que se encuentra «intervenido», y por eso él usa Telegram para comunicarse.