Las mujeres colombianas reivindican su protagonismo en el proceso de paz

Mundubat, de la Coordinara Cántabra de ONGDs, congrega en un seminario a mujeres activistas para recoger su lucha y aportaciones
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La asociación Mundubat, que es miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, organizaba el pasado 14 de enero la segunda jornada del Seminario virtual Retos y perspectivas del Proceso de Paz en Colombia, del que se cumplen ahora cuatro años.

En concreto, este segundo evento se llamó “La voz de las mujeres y del movimiento LGTBI sobre la paz: Construir poniendo la vida en el centro” y fue organizado por el Departamento de Soberanía Alimentaria, de la Fundación Mundubat, y la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO), gracias al Proyecto

“Construyendo la paz con las mujeres campesinas de FENSUAGRO: una apuesta de fortalecimiento organizacional en el marco de los Acuerdos de Paz en Colombia”.

Este trabajo se hace con el apoyo económico del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Bilbao, en Bizkaia.
Las activistas que intervinieron recordaban su papel en los años de lucha, todos los sacrificios y los riesgos de que se perdiera todo eso.

Amanda Tascón, de la Consejería de Mujer de la Organización Indígena de Antioquia, recordó como el movimiento indígena tuvo que exigir “su espacio” en medio de las negociaciones del Acuerdo de Paz y luego, con la ejecución del mismo se necesitó traducir el documento a la lengua de su pueblo y comprender lo qué es la paz en un proceso de formación política, “pusimos sobre la mesa los sentires y las propuestas de las mujeres en la implementación”.

Pelear para ser respetada es la especialidad de Bibiana Peñaranda, coordinadora de la Red Mariposas de Buenaventura. Declaró que están construyendo paz, dando su aporte como sujetas de derecho y desde sus apuestas organizativas y personales. Y fue más allá al afirmar que buscan una reconciliación que no se quede sólo en palabras.

Es decir, ya que el Acuerdo de Paz tiene una perspectiva de género y tuvieron en cuenta a las comunidades LGTBI, pues entonces quieren que transforme la sociedad y se dé la aceptación de la diversidad.

“Somos mujeres que pertenecemos a unos pueblos racializados, donde luchamos contra el racismo”, sostuvo Peñaranda, mujer afro. “Estamos en territorios con unos planes de desarrollo diferentes al sistema capitalista neoliberal”. Esto, por supuesto, las coloca en el punto de mira del Gobierno que no comparte su visión, sin embargo a este le exigen “aceptar la diversidad étnica sin racismo” y advierten de que junto al racismo se mueve el sistema patriarcal, su aliado estratégico.

La lucha por la defensa de los territorios del expolio capitalista que únicamente busca el lucro sin importar la vida, los derechos ancestrales de las comunidades, la protección de los recursos naturales, marca los 40 años de existencia de FENSUAGRO, una organización que defiende los derechos humanos del campesinado y que “ha sufrido una violencia generalizada por el modelo capitalista patriarcal”, señaló Nidia Quintero, tesorera de FENSUAGRO, cuya voz, durante el seminario virtual, tenía de fondo el ruido de las aves de un gallinero y el ladrido de una mascota perruna.

“La voz de las mujeres no se escuchaba, aunque siempre han estado en la lucha desde Simón Bolívar”, recordó la campesina. Ese caminar junto a los compañeros las llevó a vivir la violencia política y estructural y a buscar con el movimiento social, la paz. Ahora, a pesar de la difícil situación, hace un balance de que el Acuerdo de Paz es importante, porque dio fin a un proceso de enfrentamiento armado, tiene un capítulo sobre las mujeres, permitió un acercamiento entre los y las colombianas y el movimiento social dejó de ser estigmatizado como terrorista.

Quintero asume que hay un antes y un después de la firma del Acuerdo de Paz, pero indicó que Colombia todavía presenta una brechas “inmensas” de desigualdad y preocupa el asesinato de los líderes y lideresas.

El dato escalofriante de las personas asesinadas lo mencionó Marina Gallego, la coordinadora de la Ruta Pacífica: 250 ex combatientes asesinados desde 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz; 378 líderes y lideresas asesinados, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y 44 son mujeres. Se registran como mínimo 60 masacres en 2020…

A pesar del duro panorama, Gallego dijo que las mujeres son activas y protagonistas, “somos agentes activos en la implementación de los Acuerdos de Paz” y mencionó una frase de las más jóvenes que encierra el objetivo de la lucha: “vencer el patriarcado”.

En el Seminario virtual fue un hecho evidente la conciencia del movimiento de las mujeres colombianas por fortalecer sus derechos y que tiene entre sus aliados a la cooperación internacional.

En nombre de ellas habló ese día Silvia Abascal Diego, directora general de Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Cantabria, quien expuso que las políticas públicas tienen como fin último el bienestar de las personas y que sean estas las protagonistas de sus vidas, además de luchar contra la pobreza y la desigualdad.

La responsable de las políticas de Cooperación cántabras se mostró orgullosa del trabajo que realizan con Mundubat en el campo de la defensa de los derechos humanos, en especial de las mujeres y haciendo realidad el objetivo de la cooperación descentralizada desde las 17 comunidades autónomas del Estado español.

Por parte de la ong vasca, Isabel de Gonzálo, del equipo del Departamento de Soberanía Alimentaria y moderadora del Seminario virtual, agradeció el apoyo institucional que permite visibilizar el trabajo de las mujeres y acompañarlas en los procesos de empoderamiento.

El cierre de la actividad recayó en la jueza Garbiñe Biurrum Mancisidor, magistrada del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y profesora de Derecho, que vivió en 2017 la experiencia de ir a Colombia en una Misión Internacional de Verificación sobre la Implementación del Acuerdo de Paz con enfoque de género, organizada por Mundubat y las Brigadas Internacionales de Paz (pbi), que hizo público el Informe “En los territorios la paz no se siente, la esperanza se mantiene”.

Después de escuchar cada intervención de las colombianas, la jueza vasca las calificó de “vibrantes” y que eran “un grito de esperanza”, porque las realidades expuestas las había podido comprobar en el viaje de la Misión a Colombia.

Les recordó que “el tiempo está con nosotras, con las mujeres” y que son agentes claves de los procesos de paz, y que aunque siguen excluidas, a pesar de todo ello, “seguimos trabajando…vamos a ser protagonistas de los diferentes conflictos. No queremos ser solo víctimas, testigas, sino hacedoras de paz”.

Una paz que necesita el aporte de todos los pueblos y de ahí la tercera jornada del Seminario virtual Retos y Perspectivas del proceso de paz en Colombia “Una mirada internacionalista: balance sobre la actualidad y el futuro de la paz en Colombia”, el próximo 11 de febrero de 2021.

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