Un total de 78 municipios están en nivel 3 de riesgo alto por COVID-19 y los 24 restantes en nivel 2 de riesgo medio

Satse denuncia un aumento de las agresiones a enfermeras y CCOO denuncia el "desprecio" al sobreesfuerzo de los sanitarios
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La evaluación del semáforo COVID sitúa esta semana a 78 municipios de Cantabria en nivel 3 de riesgo alto, mientras los 24 restantes permanecen en nivel 2 de riesgo medio. Las medidas sanitarias de prevención asociadas a cada nivel de riesgo entrarán en vigor a las 00.00 horas de mañana, miércoles 12 de enero.

Los 24 municipios en riesgo medio son Soba, Camaleño, Ruesga, Luena, Cieza, Molledo, Villafufre, Escalante, Los Tojos, Miera, San Roque de Riomiera, Valdeprado del Río, Peñarrubia, Pesaguero, Valle de Villaverde, Anievas, Lamasón, Santiurde de Reinosa, Las Rozas de Valdearroyo, Polaciones, San Miguel de Aguayo, Tudanca, Pesquera y Tresviso.

 

CCOO denuncia el menosprecio del Servicio Cántabro de Salud a los profesionales de los hospitales durante la sexta ola COVID

El problema es desde hace tiempo la sobrecarga y cansancio de los trabajadores sanitarios.  La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras de Cantabria (CCOO) ha denunciado  el “menosprecio” del SCS a los sanitarios “que siguen dando el do de pecho con un coronavirus que no acaba de dar tregua”.

El sindicato ha criticado que nuevamente el SCS pretende abonar las horas extras de este personal por debajo del valor ordinario de su salario y ha resaltado la nula comunicación de las Gerencias con las Organizaciones Sindicales, que se enteran de estas medidas a través de WhatsApp y correos electrónicos que reciben de los y las trabajadoras.

“Mientras que otras Comunidades Autónomas han buscado mecanismos de compensación del sobreesfuerzo de sus profesionales, ya sea incrementando los valores de las horas extraordinarias o recompensando con descansos adicionales una vez disminuya la sobrecarga asistencial, en Cantabria no se ha buscado ni una solución para recompensar a su personal, únicamente la pura explotación del mismo”, ha señalado Arantxa Cossío, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Cantabria.

Para la secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, “no sólo no se agradece la labor que vienen desempeñando los profesionales, sino que se aprovecha la coyuntura para modificar sus condiciones laborales y dificultar la ya maltrecha conciliación familiar ”.

Según CCOO, se está viendo la saturación y el colapso de profesionales sanitarios en el resto de comunidades autónomas, que están provocando que renuncien a sus puestos de trabajo o que caigan enfermos en bajas laborales. Ante esta situación, el sindicato ha considerado que en Cantabria deberían tomarse medidas al respecto porque parece que se mantiene la falsa ilusión de que los profesionales cántabros tienen paciencia infinita y resistencia ilimitada y lo que va a suceder es que se agravará la situación si no se interviene en cuidar a los profesionales.

Así las cosas, desde CCOO, en base a todo este maltrato, no puede más que recomendar a los y las trabajadoras del Servicio Cántabro de Salud (SCS) a negarse a realizar horas extraordinarias en estas circunstancias. “Es la única medida para que puedan proteger su salud, para que sean tenidos en cuenta y para que se mejoren las condiciones laborales de los profesionales”, ha concluido Cossío.

EL SINDICATO DE ENFERMERÍA PIDE MEDIDAS CONTRA LAS AGRESIONES A SANITARIOS

El Sindicato de Enfermería, SATSE Cantabria, ha denunciado que, mientras aumentan los casos de agresiones físicas y verbales a los profesionales sanitarios, la Consejería sigue sin tomar acciones y medidas concretas para luchar contra esta lacra que afecta especialmente a las enfermeras y enfermeros.

SATSE Cantabria subraya que» el entendible hartazgo y frustración de la población al constatar los problemas de recursos y medios que tiene nuestra sanidad pública en plena sexta ola del Covid-19 está propiciando que un mayor número de personas lo esté pagando con unos profesionales que, además de no ser los responsables de la situación, están haciendo todo lo posible para que no repercuta en la atención y cuidados pese a llevar ya dos años de incansable lucha contra la pandemia».

“Las enfermeras no solo estamos sufriendo una sobrecarga laboral terrible si no que estamos, además, soportando un aumento de agresiones tanto físicas como verbales por parte de una ciudadanía harta que está padeciendo la falta de recursos y de plantilla de nuestro sistema” declara Ana Samperio, Secretaria Autonómica de Satse Cantabria.

Según relatan, los casos de episodios de violencia verbal (amenazas, insultos, descalificaciones…) y física (empujones, puñetazos…) van en aumento en Cantabria tanto en Atención Primaria como en atención Especializada, mientras que el Gobierno autonómico «no impulsa medidas eficaces» para evitar este tipo de situaciones que afectan, especialmente, a las enfermeras y enfermeros por su contacto más cercano y continuado con pacientes y familiares.

“La enfermera es el profesional que está siempre más próximo al paciente y esto hace que sea la que mayor número de agresiones e insultos recibe y no estamos dispuestos a soportar la inactividad del Gobierno Regional” añade Samperio. “las enfermeras estamos muy hartas de esta situación y de soportar la falta de respeto de la ciudadanía y la Consejería” concluye Samperio.

CCOO RECLAMA GARANTIAS EN LA VUELTA A LAS AULAS

La Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras en Cantabria ha reclamado «un protocolo claro de gestión del COVID-19» que permita una «presencialidad con garantías en las aulas de Cantabria», como ha reivindicado Conchi Sánchez, secretaria general de la Federación.

Sánchez ha lamentado que el regreso a las clases tras las vacaciones esté marcado por «la falta de previsión y la improvisación» y se haya dejado todo, de nuevo, «en manos de la buena voluntad del personal educativo, las familias y el alumnado». «Esto –como ha advertido Sánchez-, parece un sálvese quien pueda».

Ha reclamado «la recuperación y mejora de medidas que nunca debieron eliminarse, como la provisión de las plantillas extra –actualmente hay unas 200 personas por baja COVID en la educación cántabra-, y demás medios y medidas racionales, como asegurar la vacunación de todo el personal o garantizar que ninguna persona esté contagiada habilitando lugares para hacer test masivos, por ejemplo».

Sánchez también se ha referido a la nueva decisión de confinar las aulas a partir de cinco personas contagiadas: «Hay un nuevo protocolo que cambiaron de la noche a la mañana y va a ser muy difícil que haya aulas en cuarentena, porque no hay protocolos claros, ni seguimiento de los casos ni cribados masivos», ha denunciado.

 

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