Uno diría que en uno de los sectores más feminizados –y más identitario- de Cantabria, como es el de las conservas, la elaboración de productos tan emblemáticos y promocionados como la anchoa, no se produciría una discriminación salarial por motivos de género al ser mayoría las mujeres (más del 90%).

Pero los caminos de la brecha salarial son así de irracionales y el de las conservas es un ejemplo concreto que baja a nivel de detalle las estadísticas de desigualdad que afloran periódicamente, en genérico, y que se suelen vincular a la mayor presencia de mujeres en los trabajos peor pagados o a la mayor tendencia en ellas a las jornadas parciales o reducidas ligada a la conciliación familiar.

Es esto lo que se esconde en los recovecos de los convenios colectivos, en concreto, bajo la aséptica denominación de grupo 5 y grupo 6 , y uno de los puntos que llevará a la jornada de huelga general del sector de este viernes 21 desde las 00.00 horas (que seguirá los días 3 y 4 de febrero), convocada por FICA-UGT y Comisiones Obreras.

El sector ya ha protagonizado manifestaciones por el convenio

En estos momentos se intenta negociar el nuevo convenio colectivo de conservas, semiconservas, cocidos, secados, elaborados, salazones, aceite y harinas de pescados y mariscos, que sustituya al anterior, caducado desde 2020.

Dentro de esa denominación más amplia se incluye el sector de las conservas.

En el conjunto de los oficios afectados por ese convenio trabajan en Cantabria 2.500 personas, y específicamente en las conservas, 1.200, más del 90%, mujeres (uno de los oficios de las ‘Mujeres de la mar’ retratado en su documental por la realizadora Marta Solana).

En el convenio colectivo de conservas de pescado hay dos grupos profesionales, el 5 y el 6; donde los de la categoría de auxiliares del primero, en su mayor parte empleos ocupados por mujeres, llegan a cobrar una media de 850 euros mensuales menos que la categoría de ayudantes del siguiente grupo cuando hacen las mismas labores productivas.

Y en la categoría de encargados o maestros, la diferencia salarial entre los mencionados grupos profesionales 5 y 6 ascendería a unos 1.700 euros.

En el tramo de personas trabajadoras que cobran menos de 900 euros al mes solo se encuentran mujeres y, cuanto más alto es el tramo, la cifra se invierte y cada vez aparecen más hombres, según detalló en un informe la Federación de Industria de CCOO

Hablamos de diferencias salariales del 30% muy ligadas al género, convirtiendo a la parte del sector en la que más mujeres trabajan en la más precaria, lo que convierte la reivindicación de la equiparación salarial entre ambos grupos profesionales en una lucha por la equiparación salarial de género.

Esa equiparación es uno de los principales puntos de debate en las negociaciones del convenio, en las que se plantea también la alternativa de un cambio en el sistema de clasificación profesional que establezca un agrupamiento por puestos de igual valor, entre otros.

Hay más puntos de conflicto: también se reivindica que los salarios tengan una cláusula de garantía salarial y que se incluyan mejoras en los permisos para poder conciliar,  a través de más permisos y la creación de una bolsa para asistir o acompañar al médico.

Y no es el único foco de discriminación de género en el sector: además de la desigualdad salarial, hay que hablar de la temporalidad. El porcentaje que representan las fijas permanentes baja hasta el 38% y el 100% de los contratos a tiempo parcial están ocupados por mujeres, mientras que ocho de cada diez hombres del sector cuenta con un contrato de trabajo fijo.

Sólo el 50% tiene un contrato indefinido, un 30% lo tiene temporal y un 20% es fijo discontinuo

Cantabria cuenta con unas 80 conserveras de salazón y semiconserva (anchoa):. de hecho es la segunda Comunidad –solo por detrás de Galicia- donde hay más empresas dedicadas a este sector.

Es  un producto con el que se asocia automáticamente a la comunidad –y a su presidente– y que tiene una importante promoción nacional –con exhibiciones en el stand de FITUR, por ejemplo–, y con un reconocimiento a la calidad que se traduce en premios internacionales y en su mayor presencia en los productos gourmet.

Las conservas de anchoas y de bonito ocupan el segundo y tercer puesto de los principales productos fabricados en la industria en la zona Costera Oriental de Cantabria, cuyo valor de producción es de más de 80 y de 60 millones, respectivamente, que supone un 32% del empleo total del sector industrial alimentario. Sólo en 2020 movió 224 millones de euros.