Desde el Gobierno se comprarán 20 viviendas a través de fondos europeos para apostar por un nuevo modelo que posibilite el acceso a un derecho universal sin exigencias irrealistas o utópicas a través de un programa piloto de housing first. En Torrelavega está en proyecto un futuro centro de acogida que dispondrá de habitaciones individuales, unidades familiares y dos housing first que será un impulso y supondrá un alivio a las necesidades actuales.

 El pasado 3 de marzo más de cien personas en la sede de la Fundación Botín  indagan en el diagnóstico dibujado en la futura Estrategia por la Inclusión de las Personas sin Hogar en la región, apostando por políticas integrales con la implicación activa de todos los actores posibles con algo que decir, aportar y sumar y con la inestimable experiencia de entidades como Nueva Vida, la Cocina Económica, Cruz Roja o Caritas y los servicios sociales de atención primaria que son la puerta de entrada al sistema de protección social.

Urge un cambio de mentalidad que abogue por dar respuesta a personas en situaciones de extrema vulnerabilidad acompañadas por los técnicos creando redes solidarias y un trabajo comunitario imprescindible a 300 personas sin hogar que se calculan en Cantabria. Según la ETHOS también se considera sinhogarismo, las personas que están hacinadas, o en infraviviendas, o institucionalizadas temporalmente por enfermedad, discapacidad o violencia, las que trabajan de internas, las que se prostituyen y otras tantas. Las cifras se dispararían si tuviésemos en cuenta todas estas situaciones.

Más que las cifras nos interesa la historia detrás del número, detrás de cada rostro. Desarraigo, apatía, desgana, ansia de libertad, anomia, aislamiento, soledad, depresión, adicciones…son consecuencia de un sistema que hace aguas y un modelo de sociedad que invisibiliza al que no prospera según unos valores predominantes  y cuestionables. Evitar que mueran de frío o se tiren a las vías del tren como ha acontecido es una responsabilidad de toda la sociedad.

Muchos jóvenes tuteladas por el gobierno se encuentras divididos entre volver con sus familias y situaciones deprimentes y cargadas de toxicidad o verse abocadas a la calle pura y dura, durmiendo en portales, cajeros, o tiendas de campaña y poder desde ahí ver hacia donde reconducen sus vidas, teniendo dificultad para adaptarse a programas de apoyo a la emancipación cuando existen situaciones de exclusión social severas.

El housing first «la Casa primero», afirma Roberto Bernard,  de la Consultora Fresno, supone una alternativa muy satisfactoria para aquellos casos graves, dejando de exigir a la persona lo que no puede dar y posibilitando un hogar por el simple hecho de que es un derecho fundamental. Los centros institucionales, albergues y centros se convierten en ratoneras para el contagio en tiempos de pandemia siendo esta alternativa una salida que garantiza derechos y previene la salud y aborda con confianza la relación profesional. Tener una vivienda supone sentir una seguridad, una pertenencia a la comunidad, siendo el trabajo social comunitario la clave para el éxito de este tipo de iniciativas y la asignatura pendiente.

Guillermo Fernández, de la Fundación Hijas de la Caridad, explica las dificultades de estar en la calle agravadas por los tiempos de pandemia donde cada pequeño acto se convierte en hazaña, realidad plasmada en un estudio con la universidad y FACIAM, entidad que trabaja desde hace 40 años de interlocutor entre la administración ofreciendo un acompañamiento integral a personas sin hogar, un problema de muchas caras, todas útiles y necesarias, la atención, la investigación, la sensibilización, dar nombre a las historias de vida centrándose en la persona y la manera de cambiar la realidad.

Álvaro Lavín nos cuenta el plan de inclusión de Santander y los recursos que establecen para coordinados hacer frente a esta problemática, de la que ya tienen una trayectoria relevante a través de programas como la red Enlace, programa de ola de frío, oficina para la inclusión, colaboración con el tercer sector, unidades de trabajo social e itinerarios de inclusión y el programa de servicio de emergencias.

En la Estrategia se observa que los recursos se concentran principalmente en la capital cántabra, siendo el Centro de Acogida Princesa Letizia el que más plazas y cobertura tiene para ofrecer una salida digna y alternativa a la calle, habiéndose detectado dificultades para acceder a personas y familias que no cumplen requisitos de su protocolo interno bien por no disponer de documentación o porque les da miedo el trámite en policía como es el caso de los inmigrantes en situación irregular o por otras razones. El Ayuntamiento de Santander desde hace días pone a disposición de los refugiados ucranianos las instalaciones del Centro de Acogida Princesa Letizia.

Julio Soto, director general de políticas sociales cierra la jornada explicando la Estrategia que dará pronto a luz y que supone una mejora para muchas personas en su atención integral, en su salud mental, en el acceso a los recursos y  desde  los grupos de trabajo activos se apuesta por una coordinación efectiva y eficiente que suponga una luz al final del túnel para aquellos que necesiten donde vivir, asearse, comer, encontrarse, calentarse, compartir, tomar un té, relacionarse…para muchos algo cotidiano y para otros un lujo asiático.