Hacia las once de la mañana, un grupo de escolares del colegio Eloy Villanueva llegaba, acompañado por sus profesores, hasta el Instituto Cantabria. Allí estaba convocada una concentración a las once y cuarto coincidiendo con la hora del recreo del centro, para protestar por las obras de construcción de una gasolinera a tan solo unos metros del instituto. «Nos parece importante mostrar nuestra oposición a esta obra junto al instituto donde vendrán nuestros niños de primaria cuando terminen el sexto curso. Los niños han venido con nosotros porque uno de los principios de nuestra educación es ejercer los derechos de la ciudadanía en una sociedad democrática. Si pudiera elegir un entorno ideal, me gustaría que los alumnos tuvieran espacios verdes y no una gasolinera al lado de la ventana de clase. Es una cuestión de seguridad y también medioambiental», explicaba para El Faradio Rosa, una profesora del Eloy Villanueva.

En cuestión de minutos se fueron sumando vecinos, profesores de otros centros y familiares de alumnos y a las once y cuarto, se sumaron todos los alumnos y profesores del IES Cantabria, portando carteles con mensajes similares a los que se pueden leer en las distintas  pancartas que cuelgan de la valla perimetral del centro. Gabriel Moreno, presidente del AMPA mostraba su asombro por la velocidad a la que se están realizando las obras. Ayer se colocaron los depósitos y hoy ya estaban enterrados. «Si siguen a este ritmo, yo creo que en junio está la gasolinera funcionando. No hemos presentado todavía la demanda porque estamos pendientes de que nos entreguen documentación que hemos solicitado. El ayuntamiento nos ha facilitado ayer el expediente de obra y estamos a expensas de que nos faciliten el informe completo de la actividad».

Moreno no ocultaba estar invadido por «sentimientos de rabia, frustración e incomprensión» y decepcionado por la inexistencia de un informe que diga que una gasolinera tan cerca de un centro educativo es un riesgo para  la salud de las personas que están a 10 metros de unos surtidores que, «además, no van a estar atendidos por personal».

«NO QUEREMOS GASOLINA, QUEREMOS UNA PISCINA»

La megafonía del centro servía para lanzar argumentos en contra de la instalación de esta nueva gasolinera y los más pequeños, animados en esta mañana de actividad inusual, improvisaban consignas con cierta gracia, como «no queremos gasolina, queremos una piscina», mientras otros que ya sumaban más años pedían responsabilidades políticas en sus voces.

Para la directora del colegio Manuel Llano, cuyos alumnos también están adscritos al Instituto Cantabria, es inadmisible que se construya otra gasolinera junto al centro. Explica que en esta ocasión no han ido acompañados por los alumnos, porque ha sido muy precipitado, pero que la próxima vez irán todos a sumarse a la protesta. «Creo que por encima de la legalidad está el sentido común y hay un montón de valores que debemos transmitir a nuestros alumnos. Tiene que haber criterio, tenemos que ir hacia ciudades sostenibles. Estamos trabajando sobre ello y ahora las autoridades van hacia otro lado. Es inadmisible e incongruente».

A la protesta acudían también profesores de otros centros más alejados físicamente. El Faradio hablaba con un profesor del instituto Pereda que afirmaba smarse a la concentración por una cuestión de solidaridad. «Es inconcebible que al lado de una gasolinera se pueda poner otra gasolinera y, menos, pared con pared con un centro educativo. Esto puede ser un mensaje para el mundo educativo. No nos importáis y nos da igual, podemos poner una gasolinera o una central nuclear. Entiendo que es un problema de cómo se entiende la educación en este país y en esta comunidad autónoma».

JORNADA INFORMATIVA PARA FAMILIAS

La junta directiva del Ampa ha organizado para este viernes a las cuatro de la tarde en el salón de actos del Instituto Cantabria una asamblea informativa para familias sobre la situación de las obras, las decisiones adoptadas y los siguientes pasos a dar