El Centro de danza Belín Cabrillo  vuelve a celebrar su gala de fin de curso este viernes en el Palacio de Festivales después de unos años ausente debido a la pandemia. Una cita muy especial, pues servirá para conmemorar el 40 aniversario de este centro adscrito al Conservatorio Profesional de Música Jesús de Monasterio y único autorizado en Santander para impartir el grado profesional en danza clásica, que este curso culminan 10 alumnos.

Durante la gala, que comenzará a las 20:00 horas, el público podrá disfrutar de 13 números protagonizados por los cerca de 100 alumnos que el centro tiene en los distintos niveles. Desde los más pequeños, que realizarán un baile infantil y los de cinco o seis años que saldrán a escena con una pieza de ballet clásico hasta los que este curso terminan el grado profesional. Habrá flamenco, baile moderno también contemporáneo para cerrar la gala con  los alumnos de los cursos superiores que bailarán el ballet de la Bayadera, una adaptación de Marius Petipa con música de Ludwig Minkus, considerada una de las obras fundamentales del repertorio de las compañías de danza clásica.

«Hemos preparado una gala con gran variedad de estilos para mostrar lo que hacemos en la escuela. Los primeros en salir a escena serán los más pequeños, para que el público aprecie la evolución del alumnado. Pretendemos que los asistentes pasen dos horas disfrutando al máximo con el trabajo de los alumnos», afirma  su directora, Belín Cabrillo.

En el centro, ubicado en la calle Canalejas, los más pequeños comienzan trabajando la psicomotricidad, el ritmo o la elasticidad para iniciar luego el grado elemental, con asignaturas como danza española, ballet clásico y música. Tras culminar los cuatro cursos de esa etapa inicial, los alumnos pueden seguir con la etapa profesional, que consta de otros seis cursos, donde la exigencia es mayor e incluye,  entre otras asignaturas, repertorio, paso a dos, danza contemporánea, flamenco, historia de la danza, anatomía o interpretación. Para entrar en esta última etapa, los alumnos tienen que superar un examen de acceso diseñado por la consejería de educación y evaluado por un tribunal ajeno al centro que es nombrado también por la propia consejería.

Pero Belín Cabrillo explica que la formación de un bailarín no termina nunca. «Es un trabajo y un esfuerzo constante, es una forma de vida que a mí me inspira ternura y me aporta belleza. Es una lucha constante por conseguir que te salgan ejercicios cada vez más complejos».

La gala será este viernes a las ocho de la tarde en la sala Argenta del Palacio de Festivales y las entradas se pueden adquirir online y en taquilla al precio de 12 euros.