Pasaje Seguro cuestiona y considera lamentables las declaraciones de Santiago Diaz sobre la no retirada de las concertinas del Puerto de Santander. A pesar de los varapalos del Defensor del Pueblo, que criticó su instalación porque no se había valorado la posibilidad de sustituirlas por otros medios alternativos, y a pesar de la resolución del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, que instaba al Puerto, a instancia de Juventudes Socialistas, a mostrar los inexistentes informes en los que supuestamente se basaba la instalación de las concertinas, la dirección del la Autoridad Portuaria persiste en su actitud negacionista y cruel.

No se entiende, señala el grupo ciudadano, «que quien tiene una alta responsabilidad pública no sólo no se avergüence de que sus actos hayan afectado a la imagen reputacional del Puerto, apoyando el discurso xenófobo al dar por bueno que cualquier cosa vale para el control migratorio. No se entiende la incapacidad de registrar el que hayan sido cuestionados por más de 44.000 firmas, por distintos colectivos sociales, por el Defensor del Pueblo o por el Consejo de Transparencia y Buen gobierno sino que, además, se permitan el lujo de sacar pecho de la supuesta eficacia de la crueldad en el control migratorio. El Puerto de Santander no es la Hungría de Orbán».

Pasaje Seguro ha presentado recientemente al Puerto de Santander un escrito acompañado de información sobre las resoluciones del Defensor del Pueblo y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno para que sea tomado en consideración en el seno del Consejo de Administración del Puerto y sea este organismo (y no de modo unipersonal su Presidente o su Director) quien tome la decisión adecuada en relación a las concertinas, que no puede ser otra que la de su retirada.

Pasaje Seguro insiste, ,una vez más, en que las concertinas son un método «cruel» de control migratorio.

Recuerdan que existen métodos alternativos que el Puerto debió considerar y no hizo. La supuesta y falsa eficacia de la crueldad no es aceptable en una sociedad madura, moderna y democrática. Quienes se coloquen en ese discurso no están habilitados para gestionar una institución como el Puerto de Santander en el s. XXI.

Pasaje Seguro insiste en que el Defensor del Pueblo afeó al Puerto que su discurso suponía “un instrumento de criminalización” al “compararse el hecho migratorio a cualquier otro fenómeno de asalto al Puerto de Santander” e incluso llegó a cuestionar la ética del argumentario del Puerto.

Pasaje Seguro agradece a todas las personas e instituciones que han apoyado las protestas frente a métodos crueles de control migratorio en el Puerto de Santander y recuerda que es necesario insistir en la necesidad de que el Puerto retire todas las concertinas que actualmente quedan en sus instalaciones.