«El libro intenta narrar, de una manera sencilla y comprensible poniendo experiencias personales y colectivas, cómo el origen de clase está directamente relacionado con todos los aspectos cotidianos de la vida. Nuestro origen nos puede hacer la vida mucho más complicada por el hecho de ser miembros de la clase trabajadora». Con estas palabras comenzaba Maestre su entrevista en El Faradio de la mañana, donde recordaba que el origen, el lugar en el que nacemos y vivimos, va a dificultar y mucho la posibilidad de llegar a lugares de representación social o de éxito económico.

El periodista ha reconocido que, al final, todos sus libros son una enmienda a la cultura de la meritocracia, al discurso de que todo se puede conseguir con trabajo, esfuerzo y talento: «esa cultura que dice que dependiendo del esfuerzo podemos llegar a donde queramos, es una falacia que olvida cual es el punto de partida para llegar a esa meta. El punto de partida para un hijo de la clase trabajadora está 50 kilómetros más alejado que el de una persona que nace ya con privilegios»

El libro, que se presenta este viernes a las 19:30 en La Vorágine, intenta, según explica el propio Antonio Maestre, explicar que la condición social no solo impide prosperar en el ámbito económico, sino en todos los aspectos de la vida «en la estética, en la educación, la salud, la alimentación, el cómo nos vemos, nos valoramos y nos relacionamos. Es como una estructura que te envuelve en el día a día». El autor insiste en que eso no quiere decir que la clase trabajadora no sea depositaria del mérito, del esfuerzo o del talento, pero «los condicionantes, a veces, son tan brutales que no es posible superar esos diques que la propia vida, la sociedad o el origen va poniendo».

TEJER REDES PARA PROSPERAR

Para Maestre, es fundamental tomar conciencia de clase y tejer redes de solidaridad, unirse entre iguales para que resulte más fácil prosperar. En este sentido, reconoce que la pandemia ha radicalizado estos procesos, pero tanto para quienes estaban ya tejiendo redes colectivas y descubren que esa colectividad es necesaria, como para quienes tenían una pulsión individualista. «El tejido asociativo, el tejer redes de unión y  de solidaridad es la única salida de la clase trabajadora y de la izquierda. Es el único camino, aunque desde las instituciones o, incluso, desde la propia izquierda, no se acabe de entender».

En su entrevista en el Faradio de la mañana también ha hablado sobre los impuestos, recordando que es fundamental que la izquierda tenga claro que «los impuestos tienen que ser progresivos. Tienen que pagar más los que más tienen para que los que menos tienen puedan tener una oportunidad cuando la vida les vaya peor y necesiten de verdad una ayuda del estado. Los impuestos son el sostén de supervivencia de la clase trabajadora»

Antonio Maestre ha cerrado su intervención asegurando que, a pesar de las amenazas que recibe, él seguirá trabajando en todos los lugares donde se le permita decir lo que quiere decir. Reconoce que su discurso incomoda también a cierto sector de la izquierda, algo que considera una especie de vendetta de quienes entienden que su discurso no sirve a los intereses de ciertos políticos. «Puede que la cúpula de Podemos considere que soy más útil dejando de trabajar o de ejercer el periodismo, pero se van a tener que aguantar, porque yo voy a seguir trabajando sin tener en consideración las filias y las fobias que la gente tiene conmigo. Voy a seguir defendiendo los intereses de los más vulnerables»