Bravo, Adrián

Adrián Hinojosa ha cumplido su reto. 120 kilómetros corriendo para llegar este martes hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana y dar visibilidad a la discapacidad.
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Este martes, Adrián se levantó a las ocho. Desayunó y, pasadas las nueve de la mañana, se puso en ruta. Salía de Cicera. Por delante, 19 kilómetros. La etapa más corta de las cuatro. La meta, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Cuando llegó, el reloj marcaba la una y pico. Reto conseguido.

Detrás dejaba un recorrido de 120 kilómetros que comenzó el pasado sábado en el Palacio de Festivales, arropado por un nutrido grupo de personas que quisieron estar allí con él para mostrarle su apoyo. Algunos, incluso le acompañaron corriendo durante unos kilómetros.

El mérito de Adrián no es grande, es gigante. Su discapacidad intelectual nunca ha sido para él un obstáculo para lograr sus objetivos.

Cuando a finales de verano nos dijo que quería realizar el Camino Lebaniego corriendo para dar visibilidad a las personas con discapacidad nos pareció un poco locura, para qué negarlo, pero supimos que si se lo había propuesto, lo conseguiría.

Hoy ha demostrado, una vez más, que sus capacidades son mucho mayores que su discapacidad.

En Santo Toribio le esperaban sus amigos, algunos patrocinadores, el alcalde de Camaleño, vecinos de Liébana…. Adrián llegó sonriendo, orgulloso. «Muy contento, estoy muy contento».

En las tres últimas etapas ha corrido acompañado por Emilio González, preparador físico que, de forma voluntaria se ha sumado a este reto. «Me puso en contacto con él el alcalde de Novales. Yo fui a Decathlon a verle, porque trabaja allí y me dijo que me acompañaba». Así es como Hinojosa ha ido sumando apoyos. Llamando a las puertas y explicando en primera persona lo que pretendía hacer. Así ha conseguido no solo patrocinadores; también ha hecho amigos que este martes han querido estar allí esperando su llegada al Monasterio.

Durante el camino ha habido un poco de todo. La segunda etapa fue la más dura para él. A partir de Comillas sintió mucho dolor en las piernas, pero supo sobreponerse y llegar hasta Serdio que era donde estaba marcado el final de la etapa.

«Me han recibido muy bien en todos los sitios, estoy muy contento», explicaba para El Faradio después de «hacer historia», como a él le gusta decir.

Desde luego, nadie le puede discutir que ha conseguido dar visibilidad a la discapacidad. En redes, sus seguidores se cuentan por miles y, si algo tiene Adrián es que una vez que le conoces no puedes dejar de seguir sus hazañas. Eso lo sabemos muy bien en El Faradio. Hace algo más de dos años nos contó sus logros como atleta y, desde entonces, hemos perdido la cuenta de las veces que le hemos entrevistado. Siempre con nuevos proyectos, siempre con más logros deportivos.

Bravo, Adrián.

 

 

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