El Parlamento acoge el estreno de un documental sobre el ‘Caso Almería’

'Almería 1981, retrospectiva del caso Almería' , de Andrés Barrio y Alicia Céspedes es el nombre del corto documental que se estrena este miércoles en un acto organizado por la asociación Desmemoriados
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El crimen ocurrido en 1981 en la provincia de Almería, en el que tres jóvenes residentes en Cantabria fueron torturados y asesinados es uno de los temas sobre los que más ha trabajado la asociación Desmemoriados.

En mayo de 2018 el Parlamento de Cantabria rindió homenaje a esas víctimas, en un acto solemne celebrado en su sede, aprobado entonces por todos los diputados de todos los grupos parlamentarios.

En octubre de 2021, se colocó en la plaza de las Estaciones de Santander una escultura del artista campurriano Nacho Zubelzu, en homenaje a aquellas víctimas. El pasado mes de enero, casi 42 años más tarde, en un acto público, la directora general de la Guardia Civil pidió perdón a las familias, que reconocen que es un gran paso, pero todavía insuficiente.

Este próximo miércoles, 10 de mayo, en el 42º aniversario del crimen, Desmemoriados vuelve al Parlamento de Cantabria, -sala polivalente- con un nuevo acto de homenaje a las víctimas. A las 19 horas, se estrena el corto documental «Almería 1981, retrospectiva del caso Almería», de Andrés Barrio y Alicia Céspedes, en el que ha colaborado la asociación Desmemoriados.

Tras una breve presentación del acto y la proyección del corto -16 minutos-, habrá un coloquio-debate y al final, hacia las 20 horas, los asistentes que lo deseen podrán desplazarse hasta la plaza de las Estaciones donde se realizará una ofrenda floral en el citado monumento a las víctimas: Luis Cobo, Juan Mañas y Luis Montero.

EL CASO ALMERÍA

El 10 de mayo de 1981, tres jóvenes trabajadores de Cantabria aparecieron calcinados en una carretera de Gérgal (Almería). Habían sido detenidos dos días antes por la Guardia Civil y supuestamente confundidos con unos etarras que unos días antes habían atentado contra un teniente general, jefe de la Casa del Rey, en Madrid. Pocos días después, el Gobierno reconoció que se había tratado de un trágico error.

Los tres jóvenes salieron en coche de Cantabria y se quedaron a dormir en Madrid, el mismo día en que el general Valenzuela, jefe del Cuarto Militar del Rey, sufrió un atentado en la capital. Al día siguiente, las víctimas retomaron el viaje, pero su coche se averió y alquilaron otro vehículo en una localidad de Ciudad Real.

Una de las personas con las que coincidieron ese día mientras buscaban una solución para poder llegar hasta Almería creyó reconocerles como los tres terroristas que aparecían como presuntos autores del atentado en una imagen publicada por los medios de comunicación y se lo comunicó a la Guardia Civil, que les detuvo el día 9 en Roquetas de Mar.

El 10 de mayo aparecieron en el coche alquilado los cuerpos de los tres jóvenes «calcinados, desmembrados y con múltiples balazos». La versión oficial fue que murieron en un tiroteo tras un intento de fuga aunque las familias nunca lo creyeron.

En 1984, la familia de Mañas recibió una carta anónima y redactada a máquina por un supuesto guardia civil en la que se detallaba la implicación de 11 agentes de la Benemérita en el secuestro y asesinato de los jóvenes, entre ellos el teniente coronel Castillo Quero.

Únicamente este alto mando de la Guardia Civil, que fue el jefe del operativo en el marco del cual se detuvo a los tres jóvenes, y otros dos agentes fueron procesados y condenados por el ‘caso Almería’.

Incluso, la Guardia Civil trató de falsear hechos y eliminar indicios, la investigación y el juicio estuvieron llenos de irregularidades y amenazas, sólo tres de los once participantes cumplieron condena (mínima y luego rebajada con indultos) .

Gracias al dolor de los familiares, a la tenaz actividad de su abogado (que soportó múltiples amenazas e incluso intentos de hacer explotar su coche) y al apoyo de algunos periodistas, se pudo poner en duda la versión oficial y procesar a tres de los once guardias civiles implicados en el secuestro y asesinato de las víctimas.

Finalmente sólo esos tres procesados fueron condenados por 3 homicidios (no asesinatos): El Jefe del Operativo, Teniente Coronel Castillo Quero, a 24 años de prisión y dos de sus subordinados a 15 y 9 años de prisión, aplicando el Tribunal la circunstancia atenuante de cumplimiento del deber, como eximente incompleta, en el primer condenado, y con la circunstancia atenuante de obediencia debida, como eximente incompleta en los otros dos.

Además, cumplieron tan sólo una parte de las condenas: Castillo Quero logró el tercer grado en 1988 y salió en libertad condicional en 1992, con lo que estuvo 11 años en prisión, dos de ellos en régimen abierto. Murió libre, de muerte natural, en 1994. Gómez Torres estuvo en la cárcel 7 años y Fernández Llamas no llegó a 5 años. El cumplimiento de las penas fue en unas condiciones privilegiadas, hasta que la prensa lo destapó, recluidos en establecimientos militares.

Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas fueron los tres jóvenes asesinados, en un caso que tuvo seguimiento en medios de comunicación y sobre el que existe incluso una película. En los últimos años ha logrado reconocimiento institucional, con declaraciones de apoyo en el Ayuntamiento de Santander o el Parlamento de Cantabria, así como un monumento conmemorativo en las estaciones, de Nacho Zubelzu.

 

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