Hace años, Carmen Martín, coordinadora de Accas, la asociación de ayuda a personas con VIH en Cantabria y vicepresidenta de Eapn, la red contra la pobreza, tuvo que socorrer y ayudar a una mujer trans que había sido víctima de una violación. Todavía recuerda como contenía las lágrimas cuando la víctima, que venía de una historia de bullying y abusos, le contaba como se tiró de un coche en marcha para tratar de huir de su agresor..

Esta misma semana, Mónica Rodero estaba en Puente Viesgo en una acción para tratar de frenar el desahucio de la familia de Santi, cuya vivienda pasó a manos de un fondo buitre, en medio de un despliegue policial propio de una acción antiterrorista.

Estas son las historias que ambas quieren llevar al Parlamento y las instituciones: en esta campaña encabezan la lista de Podemos-Izquierda Unida al Parlamento de Cantabria, donde las encuestas les dan la representación con dos diputados y opciones de influir en las políticas reales, incluso dentro del Gobierno.

Por eso reciben casi con sorna los mensajes que apelan al miedo a la llegada de la izquierda al Gobierno, enumerando las medidas que tomarían y que dan tanto miedo: desde una Ley de Vivienda hasta refuerzo de la atención primaria, la salud mental o políticas de transporte o cuidado del territorio, incluyendo la lucha contra la precariedad y el impacto de los fondos internacionales en la economía, de la vivienda a la dependencia pasando por la industria.

«Tienen miedo de que seamos un altavoz en el Parlamento que reivindique derechos», dice Martín en la entrevista que ambas han concedido a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en ArcoFM. Es una declaración de intenciones. La experiencia de ambas les hace saber mucho de necesidades reales, y quieren que eso se plasme desde el principio en su labor parlamentaria.

En la conversación afloran palabras como humanidad, empatía o sensibilidad. Una manera de hacer política que no elude la crítica que es lógica dentro del Parlamento, pero que se puede hacer sin descalificaciones personales, ni en un sentido ni en otro.

Martín expresa lo que ha ido sintiendo en estos últimos cuatro años, sobre todo en su especialidad, el tercer sector, y eso es lo que la empuja a querer un papel protagonista dentro de la política. Tiene detectadas muchas cosas que deberían mejorar para que no haya tantas personas que necesiten una ayuda extra y, para aquellas que la necesitan, las cosas se pueden hacer una manera más ágil y efectiva.

Cuando no se consigue un buen funcionamiento de las instituciones, la desesperanza se profundiza entre las vecinas y vecinos que reclaman una segunda oportunidad o que alertan de una vulnerabilidad. La vivienda es un ejemplo para ellas dos. Y por eso tienen la intención de plasmar en Cantabria la Ley aprobada a nivel estatal.

Los fondos buitre son los que causan muchas veces que haya familias que se sientan indefensas y sin un derecho constitucional garantizado. Pero no es sólo en la vivienda donde se ve eso. La Sanidad también se ha visto afectada por ellos, con el ejemplo claro de los servicios no sanitarios de Valdecilla.

Cuando hablan de derechos, también lo reflejan en la falta de igualdad de las mujeres respecto a los hombres, o en la necesidad de que los derechos del colectivo LGTBI+ estén cada vez más garantizados. También se ha aprobado legislación en este sentido, a nivel regional y estatal, y creen que es un primer paso que deberá ser ampliado en el futuro.

Para conseguir los avances que ven necesarios piden el voto «a todas las personas de Cantabria», sin importar a quién votaron antes. «Queremos tener la oportunidad de que Cantabria sea una tierra con futuro y digna», refleja Rodero.