Según el escrito del ministerio fiscal, el acusado aprovechaba cuando la niña acudía a la vivienda de su bisabuela, en la que él también vivía, para, “con ánimo libidinoso” bajarle la braguita y ponerle su pene sobre su vagina.

Señala la fiscalía que estos hechos se produjeron “en varias ocasiones, siempre en el gallinero o en el garaje del tractor”.

A su juicio, el acusado es autor de un delito continuado de abuso sexual, merecedor de cinco años y medio de prisión, seis años de prohibición de comunicación y alejamiento de la menor, cinco años de libertad vigilada y once años de inhabilitación para oficio que conlleve contacto regular con menores.

La acusación particular, que ejerce la madre de la menor, califica los hechos como agresión sexual y pide cuatro años de prisión, así como alejamiento y prohibición de comunicación con la niña por el mismo periodo.