“En Gaza sólo existe olor a muerte”
La lluvia, intensa a la hora de la manifestación, no impidió que cientos de personas secundaran la convocatoria de Interpueblos y el Comité de Solidaridad con los Pueblos, junto a decenas de organizaciones sociales de Cantabria, en apoyo al pueblo palestino de Gaza, que vive “un genocidio en directo”.
Desde Numancia hasta la Plaza del Ayuntamiento, el “no es una guerra, es un genocidio” o los asesinatos de palestinos fueron lemas recurrentes de la marcha, respaldada por movimientos sociales feministas, pensionistas, de defensa de los derechos humanos o miembros de partidos como el PSOE, Izquierda Unida, Equo, Podemos o Cantabristas, sindicatos como UGT, CC.OO, CNT o CGT, entre otros.
Lemas que fueron coreados y cantados por jóvenes palestinos residentes en Cantabria. Al término de la manifestación, tomó la palabra Khaled, un niño que lleva toda su vida residiendo aquí, pero que tenía toda su familia allí. En pasado, porque el jueves cayeron bajo las bombas sus abuelos, tíos y primos, incluido un bebe de seis meses.
Es “más que un genocidio”, relataba a los asistentes, a quienes agradecía el apoyo: “hacéis que piense que todavía queda gente buena en el mundo”.
La ruptura de relaciones de la Unión Europea y España con Israel, la prohibición de vender armamento y llevar ante la Corte Penal Internacional a Netanyahu fueron algunas de las reivindicaciones del manifiesto que instaba a una declaración de apoyo en el Parlamento de Cantabria o a que más ayuntamientos se declaren espacios libres de apartheid.
También habló en el Ayuntamiento Dina, palestina en Cantabria, quien recordaba que “esto no empezó hace unas semanas”, sino “décadas” y advertía de que el objetivo es “la destrucción” de su pueblo y la “limpieza étnica”.
Y preguntaba, ante la invocación al derecho de defensa de Israel, si “son suficientes” 11.000 asesinados, un millón de refugiados o los dos millones de gazatíes “secuestrados”, “sin agua ni luz”.
Tras lamentar la “deshumanización” que sufre su pueblo en medios, apelaba a los participantes a “ser su voz”, además de animar a “conservar fuerzas” porque “esto es un maratón, no una carrera” y al final de ella “Palestina seguirá existiendo”. “No hemos olvidado, estamos cansados, pero no derrotados”, aseveraba.
ÉXITO DE LA PRIMERA CITA CON LA MEMORIA
No fue la única cita reivindicativa del sábado: algo más de una hora antes se produjo el primer paseo por la memoria más cercana y a la vez olvidada, la de las calles de Santander.
Convocado por la plataforma Memoria y Democracia de Cantabria, constituida por decenas de organizaciones cántabras ante el anuncio de la derogación por PP y Vox de la Ley de Memoria Histórica y Democrática, casi un centenar de personas acudieron a un recorrido, guiado por María Toca, que les llevó del instituto Santa Clara (una cárcel en la guerra) al escenario del asesinato del periodista Luciano Malumbres, director de La Región (hoy es el bar Tívoli, en Pedrueca, antes era La Sanguina), que conmocionante a toda una ciudad. Fueron los meses en los que los santanderinos se tiraban por el muelle temerosos de la muerte que les acechaba en cuanto –como sucedió– llegaran los nacionales, el bando que dio un golpe de estado militar contra la República, y estando después durante décadas al frente de una dictadura.
La próxima cita con la memoria, programada dentro del esfuerzo didáctico, será el 26 de noviembre, sábado, en torno a la historia menos contada del Pantano del Ebro: una infraestructura cuya construcción supuso el expolio de los pueblos que quedaron inundados y construido también (como el túnel de la Engaña) por presos republicanos.
Una historia que se cuenta también en la obra de teatro ‘Nos echan de casa’: la Comisión Campurriana para la Historia del Pantano del Ebro ha organizado la representación una función para este sábado 18 de noviembre, a las 19:30 horas, en el Teatro Principal de Reinosa. El precio de la entrada es de 3 euros, con venta anticipada en La Casona y de las sobrantes en taquilla.
La obra de teatro «Nos echan de casa» es una idea original de la Comisión Campurriana para la Historia del Pantano del Ebro, está escrita por Jesús Fernández Navamuel y dirigida por Andrés y Camacho (del Grupo Corocotta Teatro), en la que participan actores de Corocotta Teatro, del Grupo Máscaras y aficionados locales.
La obra describe la angustia que vivieron los afectados por la construcción del Pantano del Ebro y las injusticias que tuvieron que soportar, así como las penurias que sufrieron los 258 presos republicanos de la Guerra Civil, que fueron enviados al pueblo de Arroyo para trabajar en las obras del embalse.
También contempla la valiente vida de Amparo, una joven de Villanueva de Las Rozas que se casó con Domingo, preso del Pantano, a pesar de las amenazas y presiones sufridas, que recientemente cumplía cien años.
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