En vísperas del reinicio de la actividad parlamentario y ya con los presupuestos del nuevo Gobierno aprobados, por tanto, con la legislatura en marcha, el secretario general del PSOE de Cantabria, exvicepresidente del Gobierno y exconsejero de Cultura, Pablo Zuloaga, hace balance de la gestión de un PP al que ve «sin ideas, rumbo ni proyecto claro», algo que, según señala en una entrevista en EL FARADIO, repercute ya en los indicadores económicos o de empleo, o en la falta de nuevos proyectos.

En ella, el líder socialista lamenta que el PP «pretende borrar la huella del PSOE de las instituciones de Cantabria», obviando logros como el MUPAC o el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo, o el «enredo máximo» con la protonterapia, sin avance en la licitación de las obras y con el encargo a la fundación privada Quirón para que evaluara el proyecto.

Mientras percibe retrocesos en aspectos que implican un cambio de modelo en la economía de Cantabria hacia una mayor innovación, como una menor cantidad de ayudas del IDIVAL o la falta de desarrollo de la Ley de Ciencia, Zuloaga también ve los cambios en una Ley del Suelo que «no era la mejor», pero que deja de ser restrictiva en el suelo rústico gracias a la «coalición-no coalición» con el PRC, al que ve «cómodos» en ese «espectro».

Asimismo, alerta de que ya han empezado las privatizaciones y recortes, repasando casos recientes en el CAD Sierrallana, la tramitación de expedientes sociales en el ICASS, etc, «mientras Buruaga se sube el sueldo».

Además de negar el carácter gestor y no ideológico que enarboló la presidenta en la investidura (recordándole la falta de desarrollo de la Ley LGTBI, el anuncio de derogación de la Ley de Memoria Democrática o el rechazo al centro de acogida a refugiados en Parayas), advierte de que la «hoja de ruta» del PP es, ante la imposibilidad del «que caiga España», hacer «empezar a hacer caer a las comunidades autónomas», y denuncia que «el PP ha convertido la sede del Gobierno en una extensión de Génova» con la búsqueda de la confrontación, dedicando «más tiempo a buscar culpables que soluciones».

Y le pide a Sáenz de Buruaga que cese en los «insultos», «ataques personales» y «ensañamiento» para «trabajar por Cantabria», ofreciéndose a «ayudar al Gobierno» ante «cualquier reivindicación legítima que pretenda en Madrid»