El bisturí con el que la realizadora y activista Mabel Lozano disecciona la explotación sexual de las mujeres le ha valido su segundo premio Goya al mejor cortometraje documental.

En este caso, por ‘Ava’, con partes del rodaje en Cantabria y con financiación del Ayuntamiento de Santander, al igual que su anterior Goya, por ‘Biografía del cadáver de una mujer’.

El trabajo, de hecho, tenía una presentación la pasada semana en Santander, con mucha asistencia de público, y al hilo de la cual la entrevistamos en EL FARADIO.

«Nadie nace para puta»

En ‘Ava’ se pone el foco, a través de una historia concreta, en cómo la explotación sexual de las mujeres se ‘adapta’ tanto a las demandas de los puteros que llega a pensar en explotar a mujeres con discapacidad.

«Decimos que la esclavitud ha desaparecido de toda la civilización europea, pero eso no es cierto, la esclavitud todavía existe, pero ahora solo se aplica a las mujeres y se llama prostitución», reivindicaba desde el escenario de Valladolid Mabel Lozano, cuya actividad como cineasta es parte de su trayectoria activista y se materializa en charlas en colegios o institutos, entre otras acciones.

Fue el rastro cántabro entre los premiados en una ceremonia marcada por la abrumadora victoria de ‘La sociedad de la nieve’, la visión de la tragedia del avión estrellado en los Andes, en este caso dirigida por Juan Antonio Bayona, y que también compite en los Oscar.

Vimos a cántabros sobre el escenario, entre el plantel de profesionales del cine que presentan nominados y entregan premios a sus compañeros.

Ahí estaba Marta Hazas, que junto a Javier Veiga entregaba el premio a Mejor Dirección de Producción, en un año en que tanto ella como Veiga han dado el paso a la producción de su propio trabajo, ‘Amigos hasta la muerte’, que aspiraba en los Goya al Premio a la Mejor Canción Original.

O Nacho Vigalondo, quien entregó junto a Marta Etura el premio al Mejor Cortometraje, –área que en su día le llevó a estar nominado a los Oscar–, y en cuya interpretación ironizó con que a un género que lucha siempre contra la consideración de menor, recordando que podían haber estado nominados a él figuras como Luis Buñuel. Vigalondo, que estuvo nominado a la Mejor Dirección Novel por ‘Los cronocrímenes’, rodada en Cantabria, está trabajando ahora en una serie para Netflix, ‘Superstar’, sobre la historia de la cantante Yurena/Tamara, lanzada por los Javis, presentadores de la Gala junto a Ana Belén.

No pudo ser ninguno de los siete Goyas a los que estaba nominada ‘Un amor’, dirigida por Isabel Coixet, que cuenta entre ese inmenso trabajo en equipo que al final es una película, con Buena Pinta Media, la productora de la cántabra Marisa Fernández Armenteros –en los anteriores Goya logró tres ‘cabezudos’ la película ‘Cinco lobitos’, de Alauda Ruiz en la que también había trabajado-.

Las nominaciones que no se traducen en premios fue una de las anécdotas de la gala, en la que los Javis repasaron con el público –es decir, directoras, realizadores, actores y actrices…- las veces que habían estado nominados y no lo consiguieron, poniendo así de relevancia el nivel de candidaturas que en otras ocasiones no habían logrado premio. Lo plasmaron en una foto en la que invitaron a los no premiados, como el propio integrante del reparto de ‘Un amor’, Hugo Silva. El equipo difundió  después en redes una foto propia.

Tampoco pudo ser para el último trabajo del santanderino Álvaro Longoria, ‘CampeonEx’, secuela de ‘Campeones’ producida desde su Morena Films.