«Es muy interesante ver cómo otras personas viven la vida, no sólo pensar en cómo se vive en tu entorno»

Quim Vives ha vivido recientemente una experiencja laboral y humana que le ha dejado muy satisfecho. De la mano de Intered, que forma parte de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, ha viajado a Mauritania para hacer un trabajo sobre infraestructuras educativas y desarrollo de comunidades urbanas y rurales, poniendo, además el foco en las mujeres. Este jueves se podrá visitar su exposición fotográfica sobre ese viaje en el Espacio en Blanco de Santander, en la calle Cuesta del Hospital, 5
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‘Los valores que nos unen’ es la charla que propone InteRed, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, este jueves a las 19:00. Se trata de una organización que se preocupa especialmente de los valores educativos y tratan de ayudar a que la infancia tenga acceso a ese derecho. En la charla intervendrán Ana Arancibia, directora de InterEd, y la actriz cántabra Esther Lastra, moderadas por el periodista Oscar Allende, director de EL FARADIO.

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Además, se podrá ver la exposición fotográfica de Quim Vives, titulada ‘Gente que vibra’. Se trata de hacer un recorrido visual del viaje que este fotógrafo de rodaje ha hecho a Mauritania de la mano de InteRed. Un viaje del que Vives ha vuelto muy satisfecho, por lo que ha podido vivir allí, lo que ha encontrado y lo que ha podido hacer en el ámbito fotográfico.

Explica Vives en una entrevista concedida a EL FARADIO que el viaje se ha dividido entre la capital de Mauritania y una población rural limítrofe con Senegal. Precisamente por ver cómo se desarrollan las comunidades en un ámbito urbano y en otro rural, con la educación y las mujeres en el centro de la observación.

La idea de este trabajo la tuvo Belén Atienza, la productora de cine con la que Vives colabora habitualmente. Ella fue la productora de ‘La sociedad de la nieve’, la película de Juan Antonio Bayona en la que se recreaba la tragedia de Los Andes en 1972 y en la que Vives también trabajó. «Ella me engañó», dice él en un tono cómico y cariñoso refiriéndose al viaje al país africano.

No es la primera vez que este fotógrafo hace un trabajo así, pero sí es la primera vez que lo hace con InteRed. Y destaca que es en el que se ha sentido «más correspondido y más satisfecho». Se ha adentrado en un lugar donde «hay un salto cultural y en todos los sentidos». Prefirió viajar sin expectativas, simplemente tener la mente y los ojos bien abiertos.

A nivel técnico, decidió viajar con un juego de ópticas medias y angulares «para permitirme estar cerca para retratar lo que tuviese delante de mí». Al inicio del viaje tenía la sensación de estar invadiendo a las personas que fotografiaba, puesto que el trabajo se realizaba en un contexto de gente local, mientras que una compañera suya y él eran las únicas personas europeas. Con el paso de los días ya se sintieron más integradas y eso les hizo trabajar mejor.

Otra característica del trabajo es que Vives también decidió fotografiar en formato analógico «para darle más autenticidad. Y se dispara de otra manera, con otro tempo, eso ayudaba a aclimatarse al ritmo de ellos y no estar con esa inquietud de sacar muchas imágenes que tenemos en Europa», reflexiona.

Lo que se ha encontrado es con una sociedad de personas «hacen un montón de cosas, pero las hacen una detrás de la otra», como siguiendo un orden, sin atropellarse. Como si tuvieran menos ataduras de las que nos dotamos, mentalmente, en el viejo continente. Pero sí tienen muchas cosas que hacer y en un lugar desértico, duro, plano, con el polvillo generando una especie de niebla constante que hace ver las cosas de otra forma a quien llega de nuevas.

«Es muy interesante ver cómo las personas viven la vida, no sólo estar pensando en cómo se vive en tu entorno». Lo dice un fotógrafo, claro. Uno que se ha llevado un pedazo de Mauritania en su bolsillo. Le ha sorprendido mucho «la tranquilidad que tienen frente a la muerte, como que forma parte de la vida. Aquí parece ser todavía un tabú, algo dramático y poco maduro». La sociedad mauritana le ha enseñado que tiene un «no miedo a morir y no miedo a vivir».

Vives refleja que se ha encontrado con personas que «saben aprovechar muy bien todo lo que tienen alrededor, sabiendo que cualquier detalle es útil» y todo eso le ha llevado a la conclusión de que «ante una situación apocalíptica, es un país que resistiría mucho mejor que nosotros».

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