La Asociación de Madres y Padres del CEIP Cisneros de Santander participa este viernes 23 de mayo por séptima vez en la jornada europea Streets for Kids, una iniciativa promovida por la campaña Clean Cities. La acción, que se replicará en decenas de ciudades del Estado español y centenares en Europa, pretende visibilizar la necesidad de reducir la contaminación y el tráfico en los entornos escolares.

En esta edición, el AMPA organiza un bici-bus con dos recorridos simultáneos desde Cuatro Caminos y la Biblioteca Menéndez Pelayo hasta la Plaza de Numancia, con la colaboración de la asociación Cantabria ConBici y las familias del Colegio Magallanes. Además, la calle Cisneros se cerrará al tráfico para que el alumnado pueda disfrutar de un recreo en la calle, como medida simbólica de recuperación del espacio público.

El evento de este viernes incluirá juegos en la calle, actividades pedagógicas y espacios de reflexión sobre el uso del espacio urbano. Además, se suman otros centros educativos como el IES La Albericia, o los colegios Verdemar, Marqués de Estella y Menéndez Pelayo, ampliando el alcance de la jornada reivindicativa en la ciudad.

La acción culminará con la presentación de los resultados del informe sobre contaminación en entornos escolares a cargo de José Antonio Sánchez Raba, miembro de Ecologistas en Acción y exdirector del CEIP Cisneros. El acto tendrá lugar el jueves 22 de mayo a las 17:00 horas en el colegio, y está abierto al público.

Santander suspende en calidad del aire en los entornos escolares, según Ecologistas en Acción

La demanda es clara: entornos escolares más seguros, saludables y sin tráfico. El mensaje se enmarca en un contexto europeo donde el 90% de las niñas y niños acuden a escuelas ubicadas en zonas con niveles de contaminación superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según datos de Ecologistas en Acción. En España, solo el 16% de los centros analizados cumple con la nueva directiva de calidad del aire aprobada por la Unión Europea en octubre de 2024.

En el caso de Santander, la situación tampoco mejora. Según una medición ciudadana coordinada por Ecologistas en Acción, el 100% de los entornos escolares analizados en la ciudad superan los niveles de NO₂ recomendados por la OMS, y el 93,3% rebasan incluso los nuevos límites legales europeos. En el IES Alberto Pico y el CEIP Ramón Pelayo, se superan los límites legales actualmente vigentes.

Pese a estas cifras, no existen mediciones oficiales públicas de la calidad del aire ni del ruido en las zonas escolares de Santander, a la espera de los resultados de las estaciones instaladas por el Ayuntamiento a principios de 2024. Una de ellas se encuentra en la zona de Numancia, aunque no en las inmediaciones directas de centros educativos.

El problema, según denuncian familias y colectivos, es estructural: el 68% del espacio público urbano está destinado a los coches, lo que expulsa a la infancia de las calles y agrava los problemas de salud derivados del tráfico, como el asma infantil, vinculado directamente al 33% de los casos en Europa.

Frente a esta realidad, ciudades como París planean recuperar el entorno de 300 escuelas para 2026, y Barcelona, aunque ha visto ralentizado su programa Protegim les Escoles, ha demostrado que las medidas más efectivas son aquellas que eliminen completamente el tráfico en las inmediaciones escolares.

La Universidad de Cantabria, reconocida como la más comprometida con la movilidad sostenible

En Santander, las familias llevan años proponiendo medidas viables, muchas de ellas consistentes simplemente en cumplir la legislación vigente. También reclaman una mejora de la limpieza y condiciones del entorno de los centros. La experiencia reciente durante las obras de canalización eléctrica en la calle Cisneros —que obligaron a su cierre al tráfico durante meses— demostró que una reducción del tráfico es posible y viable sin alterar significativamente la movilidad.

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