
Política educativa: carrera de fondo o cuestión de apariencias
Se levantó de la mesa ante nuestra sorpresa, sin acuerdos cerrados, sin garantías de que estos se vayan a producir. Sin entender su actitud. Se levantó de la mesa y salió. No porque la negociación hubiera terminado, sino porque tenía algo más urgente que hacer: un acto público en un centro privado-concertado. Un evento. La inauguración de una carrera solidaria como las que hacen un gran número de centros públicos y que, para el Sr. Silva, le pasan desapercibidos. Le esperaba una fotografía y un triste video en una red social. Mientras la representación legítima de los y las docentes de Cantabria se quedaron aguardando una señal sobre el futuro.
La pregunta se hace sola ¿Se gobierna para quedar bien o para trabajar en la mejora de la sociedad? ¿se construye la educación de calidad desde la negociación y la coordinación efectiva o en actos simbólicos? Porque la educación es una carrera es de fondo. Supone resistencia y compromiso. Aunque parece que la política educativa se ha convertido en un sprint de apariencias, siempre a favor de los conciertos con entidades privadas.
Las negociaciones requieren tiempo, voluntad de diálogo y paciencia. La educación aún más. Hablamos de inversión, estructura, estabilidad para quienes sostienen en el día a día la educación pública. Nos sobran los discursos vacíos y los actos diseñados para el ego y la publicidad de unos pocos. No hablamos de actos presenciales fútiles. Hablamos de futuro.
Le quiero recordar que, en esencia, la política es tomar decisiones que afectan a miles de personas, incluso millones. El Señor Sergio Silva debería tener como guía fundamental la responsabilidad con la sociedad a la que sirve.
Un político no es un muñeco publicitario; no valen los gestos vacíos en centros privados y concertados que encubren el cierre de aulas por falta de ratios cuando en estos centros se mantienen abiertas con muy poco alumnado.
Un político debe tener claras las prioridades reales: cuando un Consejero se levanta de una mesa da explicaciones y deja claro el momento en el que se retoma la negociación. En vez de eso, el Sr. Silva se marcha para acudir a un acto publicitario, y al día siguiente, ofrecer a los medios de comunicación una conclusión llena de comentarios incendiarios que, por otro lado, no aportan nada a lo ya dicho con anterioridad.
La adecuación retributiva de los y las docentes está sobre la mesa. Pero también otras cuestiones como ratios, calendario, convocatoria y seguimiento del acuerdo de 55 años, cierre de aulas, reducción de plantillas jurídicas, la Atención a la Diversidad, las aulas y centros de Educación Especial, la salud laboral, y un largo etcétera que pueden completar las personas docentes y las familias implicadas en el funcionamiento de los centros. Con este gesto, el Consejero Silva está dejando claro que sus compromisos son intercambiables supeditándose al márketing de otros.
Esta Consejería ha sucumbido a la “gestión espectáculo”: a la generación de distracciones, al protagonismo forzado, a que la foto importe más que el servicio público, a las declaraciones sobredimensionadas y fuera de lugar.
Mientras, el colectivo docente de Cantabria, las personas que nos rodean, los sectores que nos apoyan, e incluso el Parlamento de Cantabria, seguimos haciendo esfuerzos ingentes para forzar a que Sergio Silva y su equipo se siente a negociar desde la seriedad que pensábamos que encontraríamos en esta ocasión. Pero nos ha vuelto a vender humo. No se quiere ni discutir aquellos extremos que a Consejería no le supone coste. No es cuestión de dinero. Nos ha vuelto a tomar el pelo.
Un político responsable y trabajador siempre recuerda a quién sirve. Esta es una afirmación que puede parecer manida y evidente, pero levantarse de una negociación sin explicación para acudir a un acto público, revela la desconexión de esta Consejería con quienes de verdad importan. Sus acciones son una verdadera declaración de intenciones, más allá de lo que dicen sus palabras.
Esta es la actitud que llevamos mucho tiempo intentando explicar al conjunto de la sociedad cántabra, y que nos responden con acusaciones de absentismo, privilegiados, condescendencia y con comentarios ignorantes de la realidad social actual.
La Consejería de Educación con Sergio Silva al frente, tiene unas horas para poner en marcha la única mesa de diálogo abierta en este momento: Adecuación Retributiva. El resto las enterró antes de nacer. Y es por esta y por el resto de cuestiones que la Junta de Personal Docente mantiene en el calendario de negociaciones, que hemos convocado dos jornadas de huelga el 28 y 29 de mayo, después de cientos de iniciativas y acciones por parte de los centros, docentes, políticos y organizaciones en su conjunto.
Nos vamos a la huelga porque exigimos respeto, diálogo real, negociación por nuestras pretensiones legítimas y por la mejora de la calidad del servicio que prestamos a la sociedad. Nos vamos a la huelga porque queremos soluciones concretas para la Educación Pública, para su futuro. Nos vamos a la huelga el 28 y 29 de mayo porque perdemos dinero para ganar en calidad educativa y mejora de las condiciones de trabajo que son, en definitiva, las condiciones de aprendizaje de nuestro alumnado. ¡NOS VAMOS A LA HUELGA!
Sr. Sergio Silva, no nos escucha, pero no va a oír.