Banco Santander: un gigante cada vez más sujeto a los fondos de inversión
En los tiempos que vivimos, la economía también cambia a toda velocidad, algo que deja un rastro muy visible en nuestros barrios y pueblos. Toda la vida hemos visto al Banco de Santander como la entidad financiera de la familia Botín, pero esto es cierto sólo en parte.
La cabeza visible de la empresa es Ana Patricia Botín, que se convirtió en esa figura tras el fallecimiento de su padre Emilio. Sin embargo, aunque esa familia esté implicada en la gestión del Banco, no es su propietaria.
El accionariado del Santander está dividido en muchos paquetes distintos. La familia Botín, como explica Fonsi Loaiza en su libro ‘Oligarcas. Los dueños de España’, sólo posee un 1,24% del total de las acciones. Pero no hay una persona o una empresa que controle la mayoría de esa propiedad.
BlackRock, el fondo de inversión estadounidense, es quien tiene un porcentaje más alto, pero sólo tiene poco más de 7% de las acciones. No puede tomar una decisión por sí mismo para dar un cambio de rumbo o entregarle de facto la propiedad del Banco a nadie.
Sin embargo, destaca que sea una entidad de este tipo la que tenga el mayor porcentaje de acciones de un banco ‘de los de toda la vida’, con más de siglo y medio de historia, que nació en una pequeña ciudad del norte de España y que se ha convertido en una empresa bancaria de referencia a nivel mundial, que hasta recibe elogios del político más importante del mundo, Donald Trump. Y, por supuesto, es el mayor banco de España.
Los cambios bruscos tienen estas cosas. Resulta que ahora es un fondo el que tiene intereses en toda la banca española y de otros países, pero también invierte en empresas de telefonía, energéticas o grupos de comunicación. Además de la inversión en vivienda. y eso es lo que cambia (junto a otros fondos de inversión) el paisaje de nuestras calles. La búsqueda de la rentabilidad hace que quieran amasar inmuebles para ponerlos en alquiler o a la venta. Y en el alquiler, da igual si nos referimos al alquiler habitual o al turístico. Una consecuencia evidente de esto: los desahucios.
BlackRock es una empresa que nació en 1988 y que ahora, según refleja Loaiza, tiene 11 billones de dólares en activos gestionados. Mueve más dinero que España y Argentina juntas. Una sola empresa. Y hay más fondos de inversión que siguen la misma estrategia y también tienen porcentajes pequeños del Banco Santander, pero destacan por esa propiedad tan repartida.
Se mueven en muchas direcciones, pero también tienen interés en mantener acciones en empresas que teóricamente son grandes, fuertes y seguras, porque es un refugio que garantiza que el tamaño del monstruo pueda seguir creciendo. Esta misma semana, el Santander presentaba sus resultados de los nueve primeros meses del año, en los que ha obtenido un beneficio récord de 10.337 millones de euros, un 11% más que en el mismo periodo de 2024, y ha alcanzado un nuevo hito en su número de clientes, que asciende a 178 millones.
En el libro, el periodista tiene un capítulo específico para Ana Botín y el Banco Santander, otro para el cártel de las constructoras, uno para Rafael del Pino y Ferovial, empresa que decidió mudar su sede principal de España a Países Bajos, también uno dedicado a Florentino Pérez y ACS, otro a Amancio Ortega e Inditex, y uno último a Juan Roig y Mercadona. Lo presentará este sábado, a las 12 del mediodía, en la Asociación Cultural Octubre de Torrelavega, donde estará acompañado por EL FARADIO.
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