Cuando la alcaldesa de Santander, Gema Igual, se vio forzada a hablar sobre el mercado de Puertochico al estallar la crítica vecinal por la instalación de un McDonalds, trató de reducir la polémica a una cuestión de gustos gastronómicos, como si en el barrio molestara simplemente que fuera una cadena de hamburguesa porque les gustara más otra tipo de comida. Esas declaraciones obviaron que la crítica en realidad –bastaba con escucharles o leerles- se refería a las molestias que les causará una salida de humos directa a sus ventanas o una terraza de madrugada en una zona ya saturada de locales de ocio nocturno, o, más de fondo, el tremendo cambio de modelo de ciudad que supone que el mercado marinero de toda la vida pase a tener al gigante por excelencia de la cadena rápida.

Más allá de eso, en esa respuesta a los vecinos –más moderada que aquel callar bocas que les dedicó a los de Mataleñas, aunque acompañada de la actuación exprés para retirar la pancarta en la comunidad de Andrés del Río crítica con su gestión— se le deslizó una cuestión económica que late en toda la concesión de la parte hostelero: Bakia, que hizo la obra de reforma del mercado a cambio de gestionar –ingresar por- meter locales de hostelería, no había sido capaz de atraer a más empresas y eso había generado el ‘imprevisto’ que McDonalds vaya a ocupar más del 60% del espacio.

En estos días, los vecinos han tenido que oír también al concejal de Mercados responder en el pleno municipal que habrá más bares aparte de la cadena de comida rápida –algo que ya sabían y que no habían puesto en cuestión– o un extraño reproche por la falta de quejas durante los años de abandono –en todo caso, municipal– que se dirigía a unos residentes a los que de repente se les trató como unos empresarios con obligaciones de invertir en lo que el Ayuntamiento había dejado de atender.

El caso es que los números del contrato sí que revelan que Baika, la empresa concesionaria del contrato del mercado, va a tener una cierta dependencia económica de McDonalds, sobre todo teniendo en cuenta que el beneficio económico que espera la sociedad va ligado a la más alta ocupación posible de Puertochico.

La presencia de McDonald’s en el Mercado de Puertochico podría estar generando más de 60.000 euros anuales en ingresos para la empresa concesionaria del espacio, Baika Puertochico S.L., según los precios por metro cuadrado fijados en el contrato de concesión firmado con el Ayuntamiento de Santander.

Sin saber el detalle concreto del contrato entre Baika y McDonalds, lo que dice el papel, la proyección económica, analizada por EL FARADIO y con un precio estipulado según metros cuadrados, sitúa el coste que supondrá para el mercado entre los 148.956 y 219.576 euros anuales.

Esto supone que McDonald’s instalado en el Mercado de Puertochico podría estar generando entre el 48 % y el 71 % de los ingresos anuales previstos por la empresa concesionaria del espacio, Baika Puertochico S.L., según los datos del contrato y la licencia de actividad municipal.

En detalle, el local, autorizado por el Ayuntamiento a través del expediente LYALAI 202500019, ocupa una superficie de 400,42 metros cuadrados dentro del mercado, una dimensión muy superior a la del resto de locales, cuya media ronda los 60 m².

En el contrato de concesión, Baika estableció tarifas de arrendamiento para locales interiores de 31 euros por metro cuadrado al mes —como los gastrobares—, y para espacios de mayor valor, como la vinoteca, un precio de 45,7 €/m²/mes.  Con la primera consideración, estaríamos hablando de 148.956 €/año, y con la segunda, 219.576 €/año

En ambos casos, el ingreso procedente de una sola franquicia superaría con creces el canon total anual de 6.800 euros que la empresa Baika abona al Ayuntamiento por la explotación de todo el edificio.

Baika asumió una inversión inicial de 1.390.000 euros (sin IVA) para acondicionar el mercado. A cambio, explota los espacios comerciales del edificio durante cuarenta años, hasta 2057. La previsión económica de la propia empresa incluida en el contrato de concesión cifra los ingresos brutos anuales en 310.056 euros, con una ocupación estimada del 85%.

El canon abonado al Ayuntamiento es fijo, no está vinculado al volumen de negocio ni se revisa con la inflación. Durante todo el periodo, el retorno público previsto es de 272.000 euros, mientras que los ingresos privados estimados podrían superar los 18,7 millones de euros.

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