Oxfam Intermón calcula que la pandemia podría arrojar a 500 millones de personas a una situación de pobreza. Este será uno de los puntos que se mencionará esta tarde (18:30) en el seminario online que se va a celebrar organizado por la Coordinadora Cántabra de ONGD y que moderará nuestro director, Oscar Allende. Podrá seguirse a través de este enlace.

José María Vera será uno de los intervinientes. Es director ejecutivo de Oxfam Internacional. En una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, hacía una analogía entre lo que hace el propio Coronavirus cuando entra en un cuerpo afectado por enfermedades preexistentes con la situación de muchas sociedades donde la desigualdad es muy palpable y cuya situación puede agravarse de manera notable por la actual crisis económica.

El seminario se articula como un encuentro virtual en el que, además de Vera, participarán María Jesús Cedrún, consejera del Consejo Económico y Social de España, Juan Ramón Soriano, técnico del Programa de Recursos de Emergencia Movimiento por la Paz, y Silvia Abascal, directora general de Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Cantabria.

Su experiencia en una organización como Oxfam le permite poder dar una visión global de las cosas, refiriéndose a cómo se afrontan las cosas y cómo afecta en la pandemia en lugares como Yemen, sin demasiada incidencia, pero con muchos problemas, o en África, donde muchos países consiguieron tomar medidas para adelantarse a la llegada de la COVID-19, o en América Latina, donde la afectación ha sido grande y los problemas derivados de una deficiente atención sanitaria son muy notables y pueden derivar en otros problemas relacionados con la falta de recursos de muchas familias.

De ahí esa comparación en lo que podemos subrayar en un país como España sobre el sistema de Salud Pública, su precarización y fragilización de los últimos años, especialmente tras la crisis financiera de 2008, y lo que se puede ver en lugares donde el sistema sanitario nunca ha sido fuerte y ahora se ve incapaz de atender a demasiadas personas que pueden necesitarlo y que se ven obligadas a apañárselas por sí mismas.

El retroceso, aludiendo a ese dato de los 500 millones más de pobres potenciales en el mundo que se generarían a causa de la pandemia, es que hay países o zonas del mundo donde el retroceso puede ser de una década, pero en otros puede serlo de «20 o 30 años».

En el polo opuesto, los multimillonarios siguen enriqueciéndose, «especialmente aquellos que están invirtiendo en los sectores farmacéuticos o tecnológicos». Por tanto, se tendría que hablar de un incremento de la desigualdad y no de una caída del sistema económico al completo.

La vacuna es otro punto de preocupación, según expresa Vera. El mundo está atento a que llegue porque se piensa que será lo que solucione la actual situación, pero la desigualdad también puede convertirse en algo que determine a qué ritmo llega esa solución a los diferentes rincones del mundo.

En el tema farmacéutico quiso incidir Vera, puesto que puede ser un motivo del aumento de esa desigualdad, porque las inversiones en farmacéuticas crecen a un gran ritmo porque se puede suponer un enorme beneficio. Sin embargo, esto no significa que hay una fabricación masiva de las vacunas y que lleguen a toda la población mundial de una manera rápida.