El referéndum, del Burguer King al Café Pombo

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Homenaje Guerilleros

Homenaje a la Brigada Machado en Bejes (Foto: Republicanos)

Lejos de la ciudad y la guerra de cifras, este sábado en Bejes el homenaje anual a los maquis que lucharon en la posguerra contra el franquismo se vivía esta vez con una emotividad especial.

Sucede cada año, la primera semana de junio. Familiares y amigos de los combatientes en la Brigada Machado se juntan bajo la falda de los Picos de Europa para recordar la lucha que un grupo de guerrilleros libraron durante décadas contra el franquismo.

La cita, que congrega en esta zona a personas de Cantabria, Asturias y País Vasco, se celebraba en la misma semana que Juan Carlos I anunciaba su abdicación del trono, y el mismo día que en toda España se realizaban multitudinarias manifestaciones reclamando el derecho a poder decidir sobre el modelo de Estado, entre monarquía o república.

Los descendientes de los maquis siempre han recordado la relación entre la dictadura que combatieron y la monarquía que se instauró en España con la llegada de la democracia.

Este año, durante el homenaje, se leía entre aplausos el mismo manifiesto que horas más tarde se leería en ciudades de toda España.

DE BEJES A SANTANDER, PETICIÓN DE REFERÉNDUM 

Pombo

Eso era en Bejes. En la ciudad, en la misma Plaza Pombo que en el pasado se llamó Plaza de la Libertad o Plaza de José Antonio, los clientes del histórico Café Pombo eran sorprendidos, entre el desagrado, el desconocimiento y el escepticismo, por la llegada de los casi mil manifestantes reclamando ese referéndum, sin logos de partidos u organizaciones políticas, pero con la simbología de la II Repùblica.

«Qué esperan», «es por lo de la República», «vaya lavado de cerebro», «no le veo mucho sentido, pero bueno», finaliza un curioso, que acaba levantándose de la terraza para ver si son muchos los que entran en la plaza.

Sobre el templete, Marta Peredo, histórica activista contra el franquismo, disimulaba los nervios por hablar en público mientras exponía un discurso contra un «sistema que se tambalea» para el que pedían cambios que no sean sólo «estéticos», que pasen por un proceso «abierto», que combata la corrupción institucional y que sea capaz de resolver los problemas más básicos de los ciudadanos. La educación, la sanidad, la situación de los parados…. son las principales necesidades que enumeraba.

Mientras, a los pies del templete, unos chavales rumanos y dominicanos se esforzaban en entender «qué está pasando» con esa bandera que, decían, se parecía a la de sus países y que llevaba tanta gente allí. Un manifestante les explicaba, ante los ojos de su madre, la diferencia entre una u otra forma de Estado. «No entiendo nada».

Aunque el ánimo de los manifestantes no era exclusivamente histórico y sobre monarquía o república: lo comprobaban los clientes del Burguer King, establecimiento al que, forzando la rima, enviaba alguno a trabajar a Iñaki Urdangarin (había para todos, a Marichalar le derivaban al Pizza Hut y a Leonor, al Hipercor). En la petición de cambios, la cosa no va sólo de coronas, sino también de corrupción.

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