Piden la dimisión de Julia Casanueva desde la propia RFEV

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Julia Casanueva, presidenta de la Real Federación Española de Vela

Julia Casanueva. Foto: Real Federación Española de Vela

Eugenio Díaz, miembro de la Comisión Delegada de la Real Federación Española de Vela (RFEV), no ha tenido reparos en escribir a los mandamases de este estamento para criticar lo que está pasando en el Centro Especializado de Alto Rendimiento (CEAR) Príncipe Felipe de Santander.

A Díaz no le cabe duda de que hay cosas que no han cambiado en el seno del ente federativo con el cambio en la presidencia, y que se sigue menospreciando al centro y a los alumnos que a él acuden a dar clases de iniciación o perfeccionamiento en la práctica de este deporte náutico. Con José Ángel Rodríguez, presidente hasta el pasado seis de octubre, el camino era el mismo que ahora.

Por esta situación, Díaz pide la dimisión de la presidenta, Julia Casanueva. Considera que debe marcharse del cargo, «y no haga más daño a la RFEV y al mundo de la vela», afirma categóricamente. Y esto poco más de tres meses después de llegar al cargo tras derrocar a Rodríguez en una moción de censura.

Pero Díaz no apunta solamente a la presidenta, también tiene cosas que decirle a su equipo: «Los que están detrás de Casanueva, desistan, corrijan y nómbrese una comisión de gestión hasta las próximas elecciones, donde por favor no esté ninguno de los que han participado en esta barbaridad».

Los intereses de la vela no coinciden con los de las personas que dirigen la federación. Los motivos de que las cosas se estén torciendo, piensa Díaz, es que se está «vaciando la RFEV de contenido a favor de las federaciones autonómicas». Ellas son las deficitarias, pero lo que se intenta es hacer creer que lo deficitario es el propio CEAR, con el presunto objetivo de desmantelarlo.

Díaz denuncia que, como miembro de la Comisión Delegada de la RFEV, debería poder comprobar cómo están las cuentas, qué pagos debe y y cuáles se le adeudan. Pero esto no es así: «Es tal la opacidad actualmente, que ni los miembros de la Comisión Delegada de la RFEV podemos saber ni comprobar ya esas cosas».

Al parecer, los diferentes líderes territoriales critican al CEAR de Santander, pero no proponen alternativas para encontrar otro modelo que sea aún más rentable. El problema es que las cuentas hablan a las claras de que no hay pérdidas en el centro. Pero la RFEV busca la forma de que parezca que sí, derivando ingresos fuera de Gamazo y aumentando los gastos.

Las acusaciones siguen, señala que los responsables de estos sucesos aplican «otra vez el mismo estilo, la mentira, la tergiversación, la manipulación de la realidad…». Y lamenta que los jóvenes sean «el epicentro de su objetivo a destruir», porque acaban pagando las consecuencias de esta gestión.

UN INFORME DE JAN ABASCAL AVALABA LA VIABILIDAD DEL CEAR

Díaz se apoya en un documento presentado por Jan Abascal en junio de 2015, en el que desmiente los comentarios de la directiva de la federación española, señalando como deficitario al CEAR. El miembro de la Comisión Delegada de la RFEV tiene claro el por qué de la decisión de apartarle de la dirección: «Había que quitárselo del medio como fuese para llevar adelante sus inconfesables intereses y objetivos».

Cifras aparte, aquel documento de Abascal, remitido a la RFEV, alababa el CEAR por unas cuantas cosas que se deben tener en cuenta, y además formulaba sus opciniones como técnico de reconocido prestigio a nivel internacional.

En primer lugar, el medallista olímpico en Moscú 1980 ensalzaba la calidad de Santander como lugar para practicar la vela. Es por una cuestión climática, de viento, de lluvia, que no se puede encontrar en cualquier sitio de España. Y por si eso fuera poco, la localización dentro de la ciudad es perfecta.

Pero es aún más importante, para Abascal, no desmantelar algo que funciona bien y en lo que se han volcado muchas instituciones públicas. Son 21 años ya con el centro en funcionamiento, y Consejo Superior de Deportes, Ayuntamiento de Santander, Gobierno de Cantabria y Autoridad Portuaria se han volcado. Otras instituciones con menos posibles tamb ién han aportado su granito de arena.

El ‘tasazo‘ impuesto por la directora del centro, la presidenta misma de la RFEV, ha provocado una caída sustancial en el número de alumnos de la Escuela Municipal de Vela integrada en el CEAR de cara al trimestre de clases que ha comenzado este pasado fin de semana. Concretamente, se ha pasado de 94 alumnos a 56.

Esta es una muy mala noticia para el CEAR y para la propia vela, que tiene en la capital de Cantabria un centro que sirve para uso de la federación española, de la cántabra, incluso para el uso de algún club, y para los deportistas olímpicos, que tienen que representar a España en las competiciones internacionales.

Sin las clases, el CEAR empezará a ver cómo no cuadran las cuentas, empezará a ser gravemente deficitario, y eso lo pondrá en riesgo, hasta que la federación decida cerrarlo o trasladarlo a otro lugar. También cabe la posibilidad de venderlo, o regalarlo, a alguien interesado, como un club marítimo.

Abascal tampoco se olvida de decir que, cuando fue la Federación Cántabra de Vela la que se hizo cargo de la gestión del CEAR, con Casanueva de presidenta, los ingresos por los cursos de la Escuela Municipal descendieron claramente. Cuando la española relevó en esa responsabilidad a la cántabra, con el propio Jan de director, la situación dio un vuelco que ahora se revierte.

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