El modelo urbanístico derivado del Plan General de Ordenación Urbana de Santander se está revelando como el principal hilo conductor de la mayoría de los movimientos sociales y vecinales que han surgido en los últimos años en la capital cántabra, empezando por el vial de Amparo, pasando por El Pilón y el Prado San Roque, para llegar a la costa norte de Santander o, el último, Antonio Cabezón.

Con el lema de ‘La ciudad es de y para los ciudadanos’, el pasado 3 de mayo se reunioneron 11 asambleas, asociaciones y plataformas ciudadanas para intercambiar información, análisis y experiencias respecto a la situación actual del urbanismo en Santander.

Las pancartas y la bolsas de basura son una de sus señas de identidad.

Y todos llegaron a un consenso básico centrado en las características del Plan General así como en la falta de participación ciudadana (en un Ayuntamiento en el que el alcalde descalifica a los movimientos vecinales bajo el despectivo «plataformitis»).

Así, consideran que el PGOU «está hecho al servicio exclusivo del interés económico de un pequeño número de promotores y agentes inmobiliarios, hasta el punto de haberse convertido en el elemento más agresivo contra la calidad de vida de los vecinos y el futuro diseño urbano de la ciudad que incidirá en temas tan básicos como la movilidad, la volumetría constructiva, los equipamientos, los servicios, los espacios para el ocio…»

Y en lo relativo a la participación ciudadana «real», lamentan que ha sido sustituida «por una mera estructura burocrática de información ocasional y un control ciudadano inexistente en la realidad».

Porque, según señalan, lo que ellos hacen es ejercer su «legítimo derecho de participación ciudadana» que, sin embargo,  el equipo de gobierno municipal «impide».

Y centrarán su trabajo a partir de ahora en intentar introducir en el Plan General las modificaciones que sean necesarias «para conseguir que el diseño de la ciudad esté al servicio de la calidad de vida de sus habitantes, contrariamente a lo que está ocurriendo ahora».

Tras esta primera reunión, los diferentes colectivos volverán a reunirse para concretar acciones y sumar nuevos protagonistas.

De momento, ya son once: la Asamblea en Defensa de la Senda Costera, la Asociación de Vecinos Calle Antonio Cabezón y Francisco Giner, la Asociación de Vecinos Los Arenales, la Asociación de Vecinos Piedras Blancas, la Asociación Náutico-Deportiva Role, CIVES, Conciencia Ciudadana de la Parroquia de la Bien Aparecida, la Mesa de Movilidad de la Bahía de Santander, la Plataforma «El Pilón del Alta», la  Plataforma DEBA, y Salvemos Prado San Roque y Rio de la Pila.

EL AYUNTAMIENTO DEFIENDE QUE EL PGOU ES FRUTO DE UN “INTENSO PROCESO PARTICIPATIVO”

El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Santander, César Díaz, ha rechazado que se ponga en cuestión el amplio acuerdo social con el que asegura que se elaboró el PGOU.

Asegura que el Plan General de Ordenación Urbana asegurando que es fruto de un “intenso proceso participativo” en el que se escuchó a instituciones, colectivos y ciudadanos particulares y se incorporaron la mayor parte de sus aportaciones.

“No puede haber mayor ejemplo de transparencia y participación”, ha enfatizado el concejal de Infraestructuras, quien ha señalado que el Ayuntamiento hizo un “esfuerzo informativo sin parangón” para garantizar la máxima participación en el proceso y para dotar a la ciudad de un planeamiento con el mayor consenso posible.

Díaz se ha apoyado en que que en la última fase de información pública sólo se recibieron 277 alegaciones de entre casi 180.000 habitantes; lo que, a su juicio, muestra el “importante respaldo social y ciudadano” que había detrás.