Despierta

Tiempo de lectura: 5 min

Imagen de la Instalación Tic, Tac …Despierta!

Quienes duermen se hallan en un estado de inactividad mental y miedo inconcreto, de inseguridad, de vulnerabilidad. Deambulando como almas en pena, vagando sin descanso, en una misma dirección. Nos quieren sumidos en el miedo y la frustración, para poder hacer con nosotros y nosotras lo que quieran y cuando quieran.

Víctimas de un letargo social inducido, artificial, provocado. Cuanto más te repiten una mentira, más fácil es de creer…

Con estas palabras La Asociación Cultural Octubre no  invita, en una de sus instalaciones, a formar parte de ese duermevela que acompaña la vigilia entre las consciencia y  la narcolepsia, entre dejarte llevar por la corriente o transitar la ruta del salmón. Porque, entre la multitud, corres el riesgo de olvidarte de quien eres para dejar de ser tú misma. Porque, demasiadas veces, la multitud se convierte en el trazo grueso que nos vuelve grises, casi invisibles. Y ese letargo social puede llegar de muchas formas diferentes: en forma de miedo, de tarjeta de crédito, en forma de posverdad, de mentira que, de tanto repetirla, nos acabamos creyendo. En forma de convertirnos en actores secundarios, siempre prescindibles, de esa  Sociedad del Espectáculo, de la que nos hablaba Debord, en la que el hecho más cruel puede ser banalizado pasándolo por el filtro del sensacionalismo y la apariencia de la mercancía:

«Y sin duda nuestro tiempo… prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad,  la apariencia al ser…

Y donde solo se escucha el silencio; Un silencio ensordecedor que nos deja mudos. El silencio atronador del despertador como artefacto programado para detonar nuestros sueños y hacerlos saltar por los aires a golpe de su dogmática realidad. De prisa para no llegar nunca a tiempo, porque el tiempo es oro y no llegamos ni a fin de mes. Porque no caminamos, nos dejamos llevar empujados por una multitud de individuos aislados.

Y sonámbulos nos miramos sin vernos, nos hablamos sin escucharnos, nos tocamos sin sentirnos. Y sonámbulos caminamos,  follamos, reímos, compramos, nos vendemos,  reímos, lloramos, nos suicidamos poco a poco para que duela menos. Y sonámbulos pasamos las horas de un tiempo que pagamos con la vida a quienes hacen de la nuestra un artículo descatalogado en la sección de últimas oportunidades de esa Vida de Consumo, de la que habla Zygmunt Bauman, donde nos etiquetan y nos etiquetamos. En la que nuestra fecha de caducidad la ponen otros.

 

«La Asociación Cultural Octubre crea “Despierta” una acción artística formada por diferentes instalaciones en distintos espacios del centro de Torrelavega para expresar, a través del arte, su malestar y desacuerdo con la realidad que nos está tocando vivir » (Imagen de «Despierta»)

 

Y nos movemos, pero no avanzamos, en esa cola interminable donde el penúltimo de la fila ejecuta al último sin darse cuenta que nunca será el primero. Porque está sonámbulo. Porque le han educado en que ganar es competir, en qué beneficio es sinónimo de rentabilidad. En que para ser feliz tienes que tenerlo todo. Un todo hecho de las partes arrancadas de muchos. Y nunca tienen suficiente…

Y en ese letargo que no sabe a quién espera, quizás porque ya no espera nada,  quizás porque no le importa, quizás porque tiene miedo a no poder soportarlo, o quizás porque está saturado de todo, cada vez nos cuesta más ver de lo que ocurre a nuestro alrededor. Cada vez estamos más ciegos ante la injusticia, la corrupción, los desahucios o ante como se privatiza cada bocanada de aire, hasta asfixiarnos…Y no vemos el cuerpo violado y mutilado que camina a nuestro lado, al otro lado de la pantalla, a otro lado de la calle, o al otro lado de la puerta, al otro lado de tu mirada.  Porque nos ponen una venda, porque no lo vemos o porque no lo queremos ver…

Y el tic, tac del reloj sustituye la cadencia de nuestros latidos para convertirnos en perfectas maquinarias al servicio del  “no pienses demasiado…por si acaso” del “no se puede hacer nada” del “preocúpate por ti” o del “sigue a la manada”. Una bomba de relojería programada para no sentir, para no ver, para no estallar a golpe de frustración, e insatisfacción. De demasiado prozac y cada vez menos Platón. Una bomba con los cables enredados en la madeja de discursos de odio, de miedo, del sectarismo, de conformismo,  del dogmatismo, de la sinrazón, del prejuicio y el juicio rápido,  de la moral…

Y se acaba el tiempo y no sabes que cable cortar…Y se acaba el tiempo y no sabes si estás despierto o dormido. Y se acaba el tiempo y no sabes qué pastilla elegir. Cristina Alonso la joven cántabra que se iba unos meses de au pair a Estados Unidos y acabó encerrada dos días en una celda acusada de estar en situación irregular y decidió contar su historia en nombre de quienes pasan por situaciones similares “y no tienen voz”, eligió. Jaime Ferrer al denunciar a agresión homófoba de la que fue víctima, eligió. Como lo hacen todas y cada una de las personas, asociaciones, colectivos que, como La Asociación Cultural  Octubre, se  niegan a caer en ese sueño de esa sinrazón que produce monstruos… (Unos más reconocibles que otros).

Si cada “gesto” es un voto, en ese plebiscito de lo cotidiano que es vivir,  dime ¿Qué eliges tú?…

Nota: A través de este enlace puedes ver algunas de las instalaciones de «Despierta»:

 

 

 

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2 Comentarios

  • Tezanos
    18 de julio de 2017

    Despierta,
    lee las señales que te abren las puertas,
    no hay mayores dificultades, que la propia ceguera.
    Mientas vives, no olvides que la vida esta viva mas alla de la burda rutina….

    Que bien hace este colectivo, en mostrar y ser criticos con aquello que hemos integrado como habitual, sin que sea lo adecuado o normal

    • Jose Elizondo
      JOSE
      18 de julio de 2017

      Que buena reflexión, gracias Tezanos…

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