Es la guerra: Pablo Zuloaga se cobra la cabeza de Salvador Blanco y Rosa Inés García

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El socialismo cántabro está en guerra: no es nuevo, pero esta vez es más cruenta porque chocan dos poderes, el propio Gobierno, desde donde el viejo PSOE le declaró la guerra al Partido, tras la victoria del joven alcalde de Santa Cruz de Bezana, Pablo Zuloaga en unas elecciones primarias en las que por primera vez eligieron todos los militantes y en las que derrotó a la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos.

Eran otros tiempos.

Y en esa guerra que le ha declarado el viejo PSOE,  el nuevo secretario general va ganando terreno: la actitud de los derrotados, su negativa a aceptar los cambios y la pérdida de confianza del interlocutor de la vieja guardia provocó el cese como consejero de Educación de Ramón Ruiz, cuyo relevo no se había planteado Zuloaga en un principio.

Pero, sobre todo, hoy mismo, en el plazo que se había marcado, la nueva dirección del PSOE ha logrado las dimisiones de los máximos responsables de las principales empresas públicas del entorno de la la vicepresidenta: Rosa Inés García y, fundamentalmente, Salvador Blanco, hipercuestionado desde su nombramiento y a quien Díaz Tezanos había entregado su destino y el del partido socialista.

Estos dos últimos se han ido por su propio pie. Esto para Díaz Tezanos tiene parte de victoria simbólica, porque lo que se le había pedido desde un partido que ya pensaba en su expulsión era que les cesara. Instalada en la rebeldía y la desobediencia, trató hasta el último día de hacer valer una posición de fuerza que no puede esconder que finalmente Zuloaga consiguió lo que quería.

DÍAZ TEZANOS NO PODÍA SEGUIR HASTA EL FINAL

Pero lo cierto también es que Díaz Tezanos no podía permitirse que su desobediencia siguiera hasta el final: el partido pensaba en la expulsión (recordamos que con el aval de Pedro Sánchez) y Revilla, que es quien firma los ceses a petición del PSOE –es lo que sucedió con Ramón Ruiz—le había instado ya a acatar la disciplina de partido, en un mensaje que debería causar bochorno cuando se dirige a quien ha sido líder de uno y la ha exigido en el pasado.

Es decir, la rebeldía de Díaz Tezanos en su ‘desconexión’ del PSOE abocaba a su expulsión del partido y al cese de un Gobierno del que ya había demostrado que no quería irse; las amenazas en primarias desde su bando de que si ganaba Zuloaga dimitirían los consejeros, incluida ella, jamás se cumplieron, ni por asomo.

O sea,  desde fuera del Gobierno no tendría ni visibilidad ni recursos, y un proceso de expulsión del PSOE que se habría buscado por su desobediencia a las normas internas la inhabilitaba para presentar batalla por el poder del partido en próximas citas:  las primarias locales que marcarán este otoño, pero sobre todo las primarias a candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno en 2019.

EL VIEJO PSOE DESCUBRE LA ESTRATEGIA

Las dimisiones de hoy han estado, más que coordinadas, coreografiadas: el viejo PSOE ha demostrado estos dos días más estrategia que nunca desde las últimas décadas del oficialismo: el reto de Díaz Tezanos, las dos ruedas de prensa que se han celebrado a la misma hora “por casualidad” –una justificación que sólo puede calificarse de insulto a la inteligencia— y con el mismo argumentario del “acoso”, repleto de victimismo y de loas a Díaz Tezanos, y en la previa al homenaje de este próximo fin de semana a Ramón Ruiz en el que participará, y hablará, la propia vicepresidenta (que hoy ha declinado hacer declaraciones).

Esa estrategia a la que durante años había renunciado el PSOE evidencia también que el tezanismo va a dar batalla por volver: el propio Ramón Ruiz señalaba en su primera entrevista tras su cese a la agrupación de Santander, con críticas al dirigente Pedro Casares, colaborador estrecho de Zuloaga y miembro de la Ejecutiva Federal. Una agrupación de la que no ha querido hablar Rosa Inés García, exsecretaria de la capital cántabra y en la que tendría mucho que decir la inteligente mandataria socialista.

HABRÁ GUERRA

Una guerra de guerrillas agrupación a agrupación, parcela a parcela de poder.

Díaz Tezanos cuenta todavía con su propia Consejería – macroconsejería con Política Social, Medio Ambiente, Urbanismo o Universidades. Y donde es previsible una próxima disputa por la elección de los relevos de Blanco y García en las dos empresas públicas (SODERCAN y MARE). Unos nombramientos que dependen orgánicamente de la vicepresidenta, pero para los que Zuloaga tiene perfiles en mente.

En el Parlamento, la mayoría del Grupo Socialista deberá decantarse ahora en sus lealtades: en la dirección del partido o en la exdirección del partido.

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Es una guerra en la que Zuloaga puede contar con la lealtad de una parte del Gobierno, las consejerías de Economía y Sanidad, además de Francisco Fernández Mañanes, el relevo de Ramón Ruiz en Educación Cultura y Deporte.

Va a ser una guerra graciosa: los más mayores se conocen todos de sobra porque han trabajado juntos o se han enfrentado en distintas ocasiones.

Y los dimitidos o cesados tendrán a partir de ahora un tiempo libre para ‘cerner’ del que carecen quienes tienen más responsabilidades, y menos tiempo.

Pero esto, las dimisiones de este viernes 6 de octubre, es una victoria más que política…

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