El expresidente de Cantabria y exdirigente del Partido Popular de la comunidad autónoma, Ignacio Diego, ha anunciado a través de su página oficial de Facebook su “firme compromiso” de no formar parte “ni encabezando ni formando parte de ninguna candidatura” en las próximas elecciones de 2019.

Ignacio Diego.

Diego, que lleva en la vida política desde 1995, ha anunciado de este modo su abandono de la política, tras una “decisión muy meditada” y ha recalcado su intención de dedicar los próximos años a su familia y a retomar su actividad profesional como docente.

Hasta entonces, el también diputado autonómico se centrará en las labores parlamentarias “que me encomiende la dirección”.

El expresidente del PP ha anunciado su decisión parafraseando al cantautor Joan Manuel Serrat para proclamar que está “harto ya de estar harto” de la situación que se vive desde hace un año dentro del PP de Cantabria.

Diego ha asegurado que la decisión es “firme” y “sin ningún género de ambigüedades”, por lo que no podría cambiarse “ni tan siquiera en el caso de que los tribunales anulasen el Congreso por las irregularidades denunciadas y hubiera de repetirse tal proceso”.

DENUNCIA QUE LA ACTUAL DIRECCIÓN LE HA UTILIZADO COMO “CORTINA DE HUMO” PARA “ENMASCARAR UNA GESTIÓN DESASTROSA”

Harto. Es la palabra que el antecesor de María José Sáenz de Buruaga al frente del PP ha utilizado para explicar su estado de ánimo en las guerras abiertas que continúan dentro de la formación desde el Congreso Autonómico del pasado mes de marzo, donde la que hasta hacía poco era su número dos le arrebató por cuatro votos la presidencia del partido tras una campaña plagada de acusaciones de irregularidades.

En el transcurso de estos comicios, novedosos dentro del PP, fue evidente el traspaso de poderes con el apoyo a Buruaga desde las principales instancias de la formación, desde Génova arropada por el entonces recientemente nombrado ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, y sus aliados dentro del partido como la alcaldesa de Santander, Gema Igual.

Diego critica que se ha especulado con su nombre “y con mis presuntas actuaciones” para utilizarlas de “cortina de humo”, con la que cree que la actual dirección del Partido Popular intenta “enmascarar una gestión desastrosa” y una dirección política que ha calificado de “inexistente, por ser magnánimo en el calificativo”. Considera, de hecho, que el PP vive una etapa “de extrema división y debilidad”.

LAS “DIVISIONES” Y “TRAUMAS” DEL PP

María José Sáenz de Buruaga e Ignacio Diego antes de la escisión de la formación por el Congreso regional.

Diego ha expresado que la decisión de no ser el candidato autonómico para 2019 ya se la expresó a Mariano Rajoy en diciembre de 2016 y a la dirección del partido. La propuesta que realizó, asegura, era “continuar al frente del partido» hasta entonces «con el fin de una transición sin divisiones ni traumas”.

Sin embargo, tras falta de consenso con el partido, que presentó a su propia candidata, se acabó presentando, perdiendo finalmente en la última ronda por los votos de cuatro compromisarios, y tras diferentes acusaciones de irregularidades en el pago masivo de cuotas.

Los críticos, que alcanzaron los 70 dirigentes entre alcaldes y portavoces municipales, llegaron incluso a pedir a Génova que suspendiera la dirección de Cantabria y la creación de una gestora, aunque la solicitud no fue atendida.

Tras la celebración se han presentado varias denuncias judiciales, la mayoría por la vía civil y otra por la vía penal hacia la actual dirección del partido que ha sido archivada, junto a la de el pago de cuotas masivas en Laredo.

Sin embargo, continúa abierta otra demanda cuyo juicio está previsto para el próximo 15 de mayo, una fecha curiosamente icónica dentro de las protestas sociales contra la crisis y los recortes que llenaron España en el año 2011, justo antes de la victoria masiva del PP en las elecciones autonómicas, en las que Diego fue nombrado presidente de Cantabria.

LOS CRÍTICOS DEL PP FORMAN SU PROPIA FUNDACIÓN

La división dentro del Partido Popular es tal que la mayoría de los diputados parlamentarios, afines a Diego, se negaron a cambiar el portavoz en la Cámara, actualmente ostentando por Eduardo Van den Eynde y que la dirección quería sustituir forzadamente por la actual presidenta.

Este pulso interno ya se ha traducido en la apertura de los primeros expedientes, en una guerra abierta en la que la dirección nacional no se ha querido mojar y han tratado, infructuosamente, de restar importancia.

La primera cabeza que rodó fue la de Carlos Bedia, cuya expulsión ha recurrido a los órganos del partido, y que ha fundado, junto al director general de Cultura del Gobierno de Diego, Joaquín Solanas, el movimiento Lealtad Popular.

Este hecho tuvo la respuesta inmediata del PP, que anunció que había iniciado los trámites para expulsar a los afiliados que se asocien a ella, amparándose en que los estatutos de su partido establecen como causa de la pérdida de la condición de afiliado “promover la afiliación a otro partido o asociación política o afiliarse”.

Los dirigentes de la asociación, que han reaccionado asegurando que la marcha de Diego no le resta valor a su proyecto,  no han “descartado” convertirse en partido político, aunque por el momento prefieren compararse con FAES, la fundación ligada al PP que preside José María Aznar.

Precisamente, coincidencia o no, tras el anuncio de Diego, el Partido Popular ha anunciado que este miércoles organizara una Junta Directiva Regional, en el Hotel Santemar, junto a su sede regional, a partir de las 20:00.