La Guerra empieza aquí: VerS.O.S

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La semana pasada, Santander ha vuelto a recibir a un barco que venía a por armas para después nutrir un conflicto bélico que depara la muerte de personas inocentes. Pero también se ha sabido que esto no ocurre esporádicamente y con una sola empresa, sino que es algo habitual, con muchos barcos acercándose a nuestras costas, y sólo algunas asociaciones sociales han logrado darse cuenta de lo que está sucediendo, sin que las administraciones frenen el problema. De ahí estos VerS.O.S.:

La desnudez de mi cuerpo
se cubre con un tiro en la nuca
estoy hecho de injertos
cosido con puntos de sutura
que les faltan a Ellos
y por eso se desangran…

Hoy me visto
con el brazo amputado de un niño
en una mina del Congo
(o en cualquier otro lugar)
mientras suena el teléfono móvil
y dudo si lo cojo:
¿Quién es?
Y al otro lado el silencio
la llamada en espera
y otro niño muerto
que nadie vela
¿Quié es?
Y nadie sabe quien eras
Ni si existías…
¿Quien es?
Y otra llamada perdida…

Y en un taller clandestino
se deja la piel una niña
y cose la chaqueta de lino
que yo llevo a la oficina:
Buenos días…

Y para ella siempre es de noche
y sus ojos acaban sin vida
mientras me cose
otra camisa

Buenos días
Y ella está atada a una silla

¿Cómo me sienta?
Te sienta como un tiro
La guerra empieza aquí, parémosla aquí

La guerra empieza aquí, parémosla aquí

Hoy me visto
con las lágrimas de sus heridas
con el vómito de sus estómagos
con sus miradas que nadie mira

Y mis gafas hechas con sus ojos
arrancados…
Y en mi ropa está la huella
de quien les ha pasado
por encima…

¿Qué tal me sienta?
¿Me hace mas gordo?
¿Son cosas mías?
Me preocupa un poco…

Y en sus cuencas vacías
pongo una limosna
la laguna estigia
es una marca de moda…

Y no sabes por donde miras
y en sus bocas entran las moscas
del hambre, de la guerra,
de la injusticia
de tantos silencios
de los trajes a la medida
de otro muerto…

Y no puedo quitarme esta ropa
facturada con cargo a sus Vidas
se miran pero no se tocan
les matan mientras nadie mira…

Y este temblor se hace crónico
y no hay tela que lo calme
y quiero volverme loco
para vestirme del aire
de su último aliento…

En la sección de «te doy mis ojos»
hay miradas de descuento

Y acabo ciego…

Estoy hecho del pellejo
que les arrancan a Ellos…

¿Qué tal me queda?
¿Cómo me siento?
¿Vamos de tiendas?
¿Aún tienes tiempo?

Ellos ya no…

Hoy me visto
con su dolor…

Y Nadie contesta al teléfono…

¿Sigues ahí?

La guerra empieza aquí…

Autora: Tú misma

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